LOS QUE DIRIGEN LA GRAN MATANZA
No son «reptiles» Son humanos sin conciencia, bestias
inmundas
Los monstruos parásitos de la humanidad son humanos como usted y como yo. Los humanos somos capaces de todo lo bueno y de todo lo malo. Hay una etnia que depreda el planeta que se considera superior, a la que pertenecen banqueros, financieros y CEO’s de las más importantes multinacionales, que ha diseñado el exterminio de la mayor parte de la humanidad.
No porque esperen un meteorito purificador, sino precisamente porque no cabe esperar que sea la Naturaleza la que extermine a los que ellos consideran sobrantes, indignos de compartir los recursos del planeta, «comedores inútiles». Si el meteorito existiera como amenaza segura, se limitarían a esperar el cataclismo poniéndose a salvo en sus refugios. No es así. El exterminio han de perpetrarlo ellos mismos.
El Plan Covid tiene una doble función: matar inmensas cantidades de humanos y dominar la voluntad de los inoculados. Una buena parte no tolera el grafeno y muere, gente joven, atletas, modelos perfectas. Mala suerte. Otra parte enloquece, como el bestia que se lanza a los parabrisas de los coches para dejar de sufrir, suicidas. Otra parte simplemente enferma gravemente y espera la muerte sin remedio.
Quedará un resto que será capaz de
albergar el grafeno en sus cerebros sin morir ni enfermar. Esos serán los
transhumanos, los que sobrevivirán. Queden los que queden. Y morirán cuando
dejen de ser útiles a las élites sin prepucio pulsando simplemente un botón.
Fin de las jubilaciones y de los derechos humanos, nadie los va a exigir nunca
más.
¿Y nosotros? Seremos perseguidos al final y cazados por esos transhumanos organizados en batallones de exterminio. Para eso queda algún tiempo, unos pocos años. Si pudiéramos organizarnos antes para defendernos, tendríamos escapatoria. Pero no va a ser fácil. La disidencia está muy fragmentada, engañada por líderes vendidos al poder del dinero.
De vez en cuando hemos de recordar las pesadillas vividas: el encierro de 3
meses, los pases para moverse, los certificados de vacunación que no, no era
obligatorios, pero como si lo fuesen, si querías ir con la familia de
vacaciones o a un simple restaurante. O te vacunabas o más te valía ser
funcionario y esconder tu invacunación grafénica. Recordar la persecución a la
que te han sometido tu vecindario y tu propia familia. Ahora no hay familia que
no tenga víctimas o enfermos. A veces, varios. Ahora callan, ya no te
persiguen. Pero aún te acusan de no haberlos salvado, si te descuidas.
La Plandemia ha sacado lo peor del ser humano: El egoísmo,
la estupidez, la cobardía, la falta de aguante ante la adversidad, de empatía
(*) El ser humano era ya miserable, pero lo disimulaba tras grandes frases y
supuestos principios. Ahora ya no disimula porque le puede el miedo.
Las cosas van a empeorar. Hay empresas grandes en las que no
para de morir gente de lo mismo: trombocitopenia, fallos cardíacos y embolias
cerebrales y pulmonares. Todo el mundo lo ve y sabe la causa, pero callan
porque la causa ya la llevan dentro. Los obligaron a vacunarse a todos para
poder seguir trabajando. En empresas pequeñas no hay tantos fallecidos, pero sí
bajas por problemas cardíacos y otras causas.
Los efectos secundarios de las inoculaciones no han hecho
más que empezar. La gente no sabe quitarse de dentro el tóxico. Y no hará nada
por salirse del rebaño. Es un efecto de agrupamiento por miedo, como el de los
bancos de sardinas cuando las ataca una ballena.
Cuando los muertos proliferen, ocultaos bajo las piedras, porque os van a
asesinar los enfermos desesperados por pura envidia. Vuestros propios hermanos,
antes de que los enterréis a todos.
Ésta es una guerra de cuerpos y de almas. No hablo de
religión. No creo en Dios ni en sus ángeles o sus demonios. Pero creo que la humanidad
está dominada por una secta dentro de una etnia que podríamos señalar
físicamente como la B’nai B’rit, una logia masónica, la cúspide de todas las
logias. A ella pertenecen los amos del mundo. Y el resto de logias masónicas,
quizás 5.000, están a sus órdenes. Sin la masonería, el Plan de Exterminio
COVID no sería posible. La masonería es una organización transversal que lo
invade todo: Gobiernos, organizaciones supranacionales, finanzas, alto
funcionariado, etc. Y no hablo tan solo de occidente.
¿Existen entes superiores que nos depredan y nos destruyen?
NO LO CREO EN ABSOLUTO. Lamento que el Dr. Sevillano se haya salido de madre y
hable de las pirámides, sin saber que están hechas de piedra artificial, con
piedra construida in-situ a base de calcárea, natrón y agua. Con moldes se
hacen columnas dóricas sin problemas. Indistinguibles de las talladas con
piedra natural.
Este conocimiento de fabricar piedra existió en todo el
planeta. ¿Puede indicar que una civilización anterior extendió el conocimiento?
Es una posibilidad, pero hay otras. Desde luego, sin necesidad de la existencia
de extraterrestres, entes energéticos, ovnis ni nada parecido. Lástima, no
puede uno saber de todo. Yo soy ingeniero de construcción civil. Sevillano es
médico, pero no le dejan hablar como médico o lo echan del funcionariado
francés. Y se ha convertido en un gurú metafísico algo histriónico. Quizás por
dinero o por demencia senil. Un genio malogrado. Porque descubrió entre sus
pacientes de una relativamente pequeña demarcación territorial el primer
síndrome de radiación por las antenas (entre los vacunados de gripe, aunque no
lo relacionó con las vacunas entonces).
Estamos perdidos cuando los mejores se pierden en el caos.
¿Qué hacer? Tomar el relevo. Seguir desde donde lo han
dejado antes de perder el sentido común.
Un fuerte abrazo a todos los hombres libres que supieron
serlo desde el principio. Que no fue fácil vencer el aborregamiento global, el
miedo pánico y decidir no vacunarnos.
ÓSCAR
(*) El verdadero hombre es lo opuesto: analítico, valeroso,
altruista y resiliente, que es otra manera de decir que el verdadero hombre es
un ser ético.
Si atendemos a las palabras de Al Khawarizmi sabio entre sabios, honorable entre honorables, solo ese 1 que te concede la Ética podrá dar valor a la persona y por ende al Ser Humano, ya que por muchos ceros de los que dispongas en tú currículum sin ese 1, sin esa Etica tu valor nominal real será 0. Me preguntó la Verdad ¿por qué me proteges? Y yo la dije, por qué es Ético. Me preguntó la conciencia ¿por que me escuchas? Y yo la dije, por que sin ti, yo carecería, de principios y valores, eres la voz que a mi me guía, mi virtud, mi melodía. Nuestra conciencia es ETICA por naturaleza, son otras las cuestiones que impiden que prevalezca esa ética en el comportamiento del común de los mortales, incluso Tolkien decía en el señor de los anillos que el corazón de los hombres se corrompe fácilmente, pero es de justicia decir, esa justicia que me preguntó ¿por qué me defiendes? Y yo la dije, por que es justo, que también hay hombres y mujeres incorruptibles, insobornables, ya que son verdaderamente puros de corazón, y un corazón puro es, pura ética, pura integridad y honestidad desde que nace hasta que deja de latir, es más, y aunque a ese corazón le propusieran la oportunidad de seguir latiendo aunque a condición de quebrantar esa integra ética, el jamás aceptaría semejante propuesta y trato, siempre preferiría esa su muerte, a corromper esa su ética para terminar viviendo como un muerto. Tanto el verdadero Ser ético, como el verdadero amigo, no se corrompen jamás, no se pueden comprar, ni ellos se venden a los demás, en caso contrario ni podrán ser amigos, ni su ética y su amistad es real y leal.
ResponderEliminarAnoche se me ocurrió este acorde perfecto para completar la base rítmica de la vida Etica y esa serie de preguntas que escribí : ME PREGUNTÓ LA ETICA ¿por qué me valoras? Y yo la dije ¿acaso podría adquirir mayor valor en la vida que aquel que tu me ofreces? Ser tu custodio preservando tu valor para mi por siempre, será un gran honor.
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