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10.8.23

No es la técnica el siervo del hombre, sino que el hombre es el siervo de la técnica.

EL HOMBRE ENTRE DIOS Y SU MONO

A lo largo de 2020 hemos descubierto una de las causas fundamentales que impide a muchas personas comprender la esencia de los acontecimientos de la plandemia de Covid-19 y los objetivos últimos de este proyecto global. Esta es una enfermedad espiritual e intelectual  extremadamente grave, a saber, la falta de una perspectiva cristiana de la vida. De ahí la incapacidad de captar con la mente toda la dimensión global y lo que está en juego en esta operación. 

De ahí la incapacidad de unir componentes aparentemente dispares de la realidad, como la congelación económica mundial y el arresto domiciliario, la imposición de máscaras y vacunaciones forzosas, el rápido desarrollo de la red 5G, la expansión de la robótica y la Inteligencia Artificial, el chipping, la supresión del dinero en efectivo y la cancelación de la propiedad privada, la despoblación y la digitalización completa del mundo, la ingeniería social y genética, el Desarrollo Sostenible y el cambio climático, la desruralización forzosa y la urbanización acelerada como forma de encarcelamiento moderno, y la censura de Internet.

De hecho, sin embargo, sin ser un experto en todas estas áreas, cualquier hombre con sentido común podría empezar a entender bastante bien este asunto simplemente apelando al punto de vista cristiano. Es decir, para entender los planes del Ocultismo Global de reducir drásticamente la población del planeta, asesinar por vacunación, por chipping, por bombardeo electromagnético y por otros métodos tecnológicos, y establecer un control total sobre los recursos y las personas, la primera tarea es entender la esencia espiritual, maligna y demoníaca de la élite globalista.

Por desgracia, sin embargo, la mayoría de los autores antisistema que critican la agenda globalista tachan a esta hiperclase mundial de psicópatas o lunáticos. Sin embargo, esta camarilla es perfectamente racional. Los que llamamos los amos del juego no padecen desviaciones mentales, sino que representan la última forma de perversión, y ello porque, como sabemos, el que invierte los valores y vuelca las jerarquías no es otro que "el príncipe de este mundo" y los llamados globalistas no son más que sus dóciles herramientas y testaferros que cubren el rostro de los que están detrás del telón.

Su apuesta no es económica, aunque el Gran Reinicio que está llevando a cabo se basa en el concepto denominado Nuevo Orden Económico Mundial. El objetivo final es asesinar en masa a la población convertida en lastre de los amos del mundo tras el salto tecnológico que permite sustituir los recursos humanos por los técnicos. Y los supervivientes de este holocausto global serán reducidos a la condición de seres infrahumanos, modificados genéticamente por vacunas y teleguiados mediante Inteligencia Artificial, desprovistos de toda autonomía de pensamiento y acción.

Así pues, la guerra de Satanás contra Dios y su creación está entrando ahora en una fase decisiva, final. Y el hombre, cada uno de nosotros, se encuentra en medio de esta guerra espiritual. En las condiciones de esta guerra total, el hombre o se alía conscientemente con Dios y, por tanto, lucha abiertamente, mediante la oración y la acción cotidiana, o se une a Satanás, cayendo en sus trampas tentadoras. Evadir esta realidad es imposible.

La caída de la cosmogonía y la antropología cristianas en el antropocentrismo (racionalismo, positivismo, materialismo) es una forma de deshumanización, un oscurecimiento de la razón. Habiendo llegado a esta condición/condicionamiento intelectual, la gran mayoría de los que desafían y desenmascaran al Sistema operan con la caja de herramientas teóricas inoculada por él a lo largo de varias generaciones.

Los expertos de nuestro bando revelan y describen con la máxima competencia y responsabilidad cívica los aspectos científicos y técnicos de los medios con los que los servidores del Nuevo Orden Mundial ponen en práctica nuestro asesinato en masa y la distorsión de la identidad orgánica de los seres humanos mediante la fusión de lo biológico, lo físico y lo tecnológico en la Cuarta Revolución Industrial profetizada por Klaus Schwab y el hombre oscuro a su lado Yuval Harari. El "Homo Deus" que promueve no es otro que el prometido por la serpiente a Eva: "Sabe Dios que el día que comáis de él seréis como dioses, sabiendo el bien y el mal”. El hombre aumentado es nada menos que el hombre demonizado.

Nosotros, en el campo de la resistencia antiglobalista, tenemos de nuestro lado un número impresionante de grandes personalidades que guían nuestra lucha de ideas con las fuerzas que codician establecer un gobierno mundial tiránico en muy poco tiempo. Pero debemos reconocer que el sistema de coordenadas teóricas con el que operan es el establecido por la ciencia moderna como sustituto de la visión religiosa del mundo. Es decir, mientras permanecemos prisioneros de una óptica distorsionada, truncada y modelada según los patrones de la herejía gnóstica, nuestros enemigos saben bien a quién sirven y quién es su amo. Saben de dónde procede su poder maligno y su inspiración, mientras que nosotros aspiramos a creernos autosuficientes y autónomos.

No me separo en absoluto de mis camaradas en la lucha metapolítica sean no creyentes o de otras religiones. Al contrario, les tengo todo el respeto y estoy seguro de que frente a un enemigo común debemos consolidar nuestras fuerzas por encima de cualquier diferencia. Pero me siento obligado a mostrar la vulnerabilidad de nuestro campo ante nuestros adversarios. Ellos eligieron a su maestro, mientras que nosotros rechazamos al nuestro.

El diablo busca usurpar el trono del rey del mundo, imitarlo, parodiar a Dios. Es su caricatura siniestra. En este sentido, es conocida la definición del diablo, atribuida a Martín Lutero: "El diablo es el mono de Dios, al que se imita por completo". Sólo que el diablo no tiene cualidades para competir también con Aquel que lo creó.

Y aquí en la ayuda del enemigo de la humanidad, obsesionado con el poder absoluto y el espíritu de destruir la creación divina, viene la Técnica. La técnica no es neutral, no es una simple herramienta del hombre, tiene una profunda carga espiritual de naturaleza maligna. No es la técnica el siervo del hombre, sino que el hombre es el siervo de la técnica. Varios autores del siglo XX, cada uno con sus medios, como Martin Heidegger, Jaques Ellul, Aldous Huxley, George Orwell y tantos otros han demostrado ampliamente cómo la técnica se convierte en un medio de alienar y esclavizar al hombre. En otras palabras, la ciencia sin fe tiene efectos catastróficos. El cientificismo, el positivismo, la tecnolatría, todos estos son, de hecho, instrumentos demoníacos de destrucción, de perversión, de mutilación de la creación divina.

De este modo, el hombre diabólico llegó a creerse omnipotente, omnisciente, omnividente e incluso inmortal. La obra de la astucia ha llegado a su fin lógico. La curva descendente del mundo moderno es cada vez más empinada, y nuestro rodar por el abismo de la demonizada Tecnocracia es cada vez más acelerado. El hombre-masa (¡pero también el hombre-máscara!) vive como si nada, estira el brazo para recibir la vacuna salvavidas y prepara con alegría la tontería del cielo terrenal que le ofrece la Tecnocracia demoníaca.

¿Cómo respondemos los disidentes a estos desafíos?

¿Sólo con comentarios competentes y análisis pertinentes? ¿Es eso suficiente?

¿Somos todavía capaces de dejarnos invadir por la nostalgia del Paraíso?

¿Somos capaces de invocar el nombre de Jesucristo sin miedo a afectar a nuestro prestigio académico?

Iurie Roșca

http://www.verdadypaciencia.com/2023/08/el-hombre-de-hoy-entre-dios-y-su-mono.html

1 comentario:

  1. ASESINOS Y TRAIDORES, QUE PASAN POR SER HÉROES (Memoria Histórica) https://anunnakibot.blogspot.com/2023/08/06-69-anunnakibot-asesinos-y-traidores.html

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