© LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Inteligencia
artificial... ¡¡Inteligencia natural, inteligencia auténtica, única!!
Nos han llenado la cabeza con las maravillas de la
inteligencia artificial que debe solucionarlo todo, como si los hombres nos
hubiéramos vuelto tontos y sólo supiéramos contar con los dedos.
En su día, cuando aparecieron los primeros ordenadores, nos
hablaban de “cerebros electrónicos” con la intención subrepticia de entrar en
competencia con nuestra capacidad mental.
Ahora es una repetición de la jugada en la que caemos como bobos y con el agravante de que esta innovación se eleva hasta niveles de idolatría.
¡En una época descreída y desespiritualizada necesitamos
unos ídolos donde reflejarnos, a los que rendir tributo de admiración y
gratitud por su “generosa” aportación al confort del hombre!
Detrás de todos los artilugios habidos y por haber siempre
existe la inteligencia de seres humanos que procuran –no siempre con buenas
intenciones- conseguir mejoras para todos.
Esta fascinación frente a la IA no deja de ser una muestra
más del declive humano que lleva ya un tiempo produciéndose y del que, aunque
sea inducido por el sistema, sólo nosotros somos responsables por acción u
omisión.
Nos parece que toda esta tecnología nos hace la vida más
fácil y lo que hace es succionárnosla con la consecuencia directa de nuestro
paulatino aniquilamiento vital y espiritual sin ninguna ganancia real.
Toda la aparente velocidad que nos ofrece, es un espejismo
más de esta desquiciada sociedad de la prisa... Prisa por ir a donde,
preguntémonoslo.
Nos quieren bien acelerados para que no nos demos cuenta de
lo que ocurre realmente y del montón de cosas que nos perdemos y en primer
lugar la propia vida.
Recuperar la calma y la tranquilidad debería ser nuestro
principal objetivo para volver a gobernar nuestra vida y orientarla hacia lo
que es verdaderamente importante para cada uno.
Están bien todos los avances, son un signo de creatividad, a
pesar de que la mayoría se enfocan más en implementar maldades de todo tipo que
a un verdadero provecho para el hombre.
Pero lo que necesitamos por encima de todo es avanzar
nosotros, los seres humanos. Desarrollar todas nuestras potencialidades
rehuyendo sumisiones innecesarias y perjudiciales.
Por encima del ser humano no hay ninguna máquina –por
potente que sea- sino sólo la Fuente, creadora de todo, que es nuestra
“proveedora” de todas nuestras necesidades.
Ni caso hay que hacerles a todos aquellos que quieren
atribuirse el papel de dioses, interfiriendo en nuestras vidas de maneras
diversas con el fin de un control total.
No nos dejemos deslumbrar pues por los artilugios con los
que nos quieren hacer sentir inferiores porque, por mucho que se afanen, el ser
humano es la creación mejor equipada del universo.
Todos tenemos que tenerlo muy claro para no caer en las
trampas que nos ponen y seguir con nuestro propio criterio, seguros de nuestra capacidad
y trascendencia.
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Joan Martí – elcamidelavida@gmail.com – 18
octubre 2023
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