© BENDITO SEA EL MITO DE NAVIDAD
Tanto si lo haces en el plano profano como en el sagrado,
disfruta de este acontecimiento que, a pesar de que pueda ser real o no, supone
una gran fuente de ternura y alegría.
El ser humano ha necesitado a lo largo de los tiempos,
mitos, historias, relatos en fin, que le aliviaran las inseguridades, las
dudas, los miedos, la ignorancia de lo desconocido.
Y es que, ante tanto misterio, alguna explicación –por poco
verosímil que sea- ha sido siempre bienvenida y acogida.
Los hechos que se han narrado de hace más de 2000 años son, sino verídicos, tan entrañables que es lógico que hayan arraigado en el imaginario popular por un conjunto de razones.
Se mezclan aspectos sencillos y mágicos rodeados de una
aureola de trascendencia que da al relato la densidad emocional asumible por
gente de todo tipo y nivel.
Alrededor del nacimiento en un pesebre se ha desarrollado
una historia asombrosa de la que ha derivado una consistente creencia religiosa
a partir de un cariz humano revestido de espiritualidad.
En cualquier caso, este comentario va más allá de las
circunstancias míticas y quiere centrarse en los “efectos” que se derivan de
ellas.
En tiempos tan faltos de sentimientos y emociones, un baño
de dulzura y ternura es de agradecer por el bálsamo que aporta a nuestras almas
aturdidas por el alud de materialismo y disipación.
El establo, los pastores, la anunciación, la adoración y la
subsiguiente vida de un niño con cualidades divinas dejan atrás los contenidos
de las actuales series o novelas mediáticas.
Más allá de modas pasajeras, esta historia permanece con
intensidad porque colma el ansia de vivencias sobrecogedoras que alimenten el
espíritu de una manera amable, inocente y cercana.
Toda la parafernalia que se ha montado a su alrededor no ha
podido ahogar el aura que lo sustenta todo y que es su mérito, pues, sin el
mensaje de fondo, todo el envoltorio desaparecería.
En cada cultura se ha fomentado alguna figura “mágica” y sus
correspondientes interrelaciones con los humanos, que proporcionan buenas dosis
de ilusión especialmente para los más pequeños, pero no menos para los mayores.
A pesar de aceptar su “falsedad”, todo el mundo participa de
buen grado a mantener la ficción por sus efectos emocionales (alguien diría,
alienantes).
Pero en la vida no podemos movernos sólo por caminos
racionales porque resultaría muy árida y a menudo decepcionante, lo que no
quiere decir que nos dejemos absorber por fantasías perdiendo de vista la
realidad y el componente de manipulación que conllevan todas estas
“celebraciones”.
Dicho esto, vuelvo a lo expresado al principio: Disfrute,
celebre, agradezca todo lo que suponga alegría, compañerismo, bienestar
anímico, porque no debemos dejarnos abatir por la indiferencia y el desencanto.
Las ocasiones que se presentan de poder compartir la vida
con otros seres humanos, debemos aprovecharlas y gozarlas intensa y plenamente
sin prestar mucha atención en si son “auténticas” o no.
Lo importante son las interrelaciones humanas por el
intercambio de energías que satisfacen nuestras necesidades, las mismas que
todos tenemos dado que vamos en el mismo barco.
Con diferentes percepciones, pero con la misma finalidad, a
todos nos gustan en el fondo estas manifestaciones festivas y más si entrañan
exaltaciones emocionales que no son habituales en nuestro día a día.
O así me lo parece
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Joan Martí – elcamidelavida@gmail.com – 23
diciembre 2023
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https://masacriticaconsciente.blogspot.com/p/escritos-propios.html
Mucho bueno en la noche buena querido Joan y Familia Consciente. Amic del ALMA, eres un Ser Precioso una de las joyas del cofre de los tesoros del Paraiso Urbion, QUE SUERTE CONOCERTE, cuan has alentado mi vuelo y CREATIVIDAD mil abrazos, es un gran honor compartir a tu lado TROVADOR DEL AMOR y la ILUSION
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