© EL DESAFÍO DE VIVIR
El Desafío es la película de una historia increíble pero real.
El 7 de agosto de 1974 en Nueva York, el funámbulo francés Philippe Petit
sorprendió a todos con un paseo sobre un cable colocado entre las torres del
World Trade Center. Los transeúntes pudieron ver lo imposible: Un hombre
bailando arriba, aparentemente en el aire.
Su historia fue más allá del simple acto de equilibrismo para convertirse en un hecho inspirador y universal, donde un artista volcó toda su alma y su corazón en el trabajo: En esos momentos me da la sensación de que puedo hacer realidad mis sueños, que podría mover montañas. Puedes tomar la palabra 'funámbulo' y sustituirla por cualquier otra profesión. Es la búsqueda de la perfección, la atención por el detalle, el respeto por las herramientas y centrarte en lo que estés haciendo, aunque sea en el arte de vivir.
Lo más importante que mostró Philippe al andar por el cable es que puedes hacer cualquier cosa que te imagines, puedes crear lo imposible y eso es lo que es la magia: No hay equilibrio a menos que tu cuerpo y tu alma, tu corazón y tu mente, funcionen al unísono con los pies sobre el cable. Éste es para él el secreto del equilibrio.
Se podrían escribir un montón de cosas tomando como referencia lo expuesto, pero en todos los casos encontraremos subsumidos unos valores básicos: pasión, confianza, coraje, atención, respeto...
Cualquier tarea, cualquier iniciativa que queramos emprender
debe regirse por estos valores si queremos que sean exitosas.
Definir un objetivo, apasionarse con él, creerse capaz,
estudiarlo a fondo, mantener la atención a los detalles... en definitiva, tomarnos
en serio todo lo que nos propongamos, dedicarle los esfuerzos necesarios, sin
perder en ningún momento la ilusión que nos empuja.
La vida es un verdadero desafío que reclama de nosotros toda
la concentración si queremos sacarle provecho y, lo que es más importante, si
queremos disfrutar de ella haciendo lo que más nos ilusione.
Todo es posible, pero todo pide su esfuerzo, su estudio, su
dedicación y perseverancia. No hay nada que te lo lleven a la mesa en bandeja
de plata, ¡ojo! si de lo que se trata es de algo de valor, de algo que nos
llene de orgullo y alegría.
Cabe decir que no todo deben ser proezas como la mencionada
al principio. Hay muchas cosas en la vida cotidiana de cada uno que también
piden los mismos valores que si se trata de algo más extraordinario. Todo pide
su dosis de pasión y aplicación.
Así que lo que necesitamos es: concretar un objetivo,
acogerlo con pasión y concentrar nuestra atención y energía que nos irán
conduciendo hacia su consecución.
Cada uno está más preparado para una cosa que para otra y
descubrirlo nos permitirá encarar retos, importantes para nosotros, en las
mejores condiciones.
Esto no quiere decir que no podamos plantearnos cualquier
cosa que nos haga ilusión y prepararnos a fondo hasta que nos sintamos capaces
de acometer la tarea deseada.
En la vida lo que nos corresponde es buscar todas aquellas
motivaciones que nos inspiren y volcarnos en ellas para lograr experiencias
enriquecedoras que alimenten nuestra alma.
O así me lo parece
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Joan Martí - elcamidelavida@gmail.com - 19 enero
2024
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