Bienvenidos estos dones que nos devuelven algo indispensable: la alegría de vivir

© YA TENEMOS AQUÍ EL VERANO   

Sin apenas darnos cuenta, ya tenemos aquí el verano. Puntual como cada año, con empuje y energía se abre para todos los que queramos aprovechar su diversidad de dones.

Con la temperatura que ha subido de lo lindo se nos ha presentado la estación más exuberante del año, aunque siempre habrá a quien no les plazca demasiado y prefieren otras estaciones.

Todas las estaciones tienen su propio encanto y sus bondades específicas. Pero hemos de convenir que la potencia deslumbrante del verano colma todos los sentidos predisponiéndonos al disfrute total.

Parece que somos mayoría quienes gozamos plenamente de la luz, el calor, los colores, el aire, el agua y la alegría de una estación definida por el dicho popular de... en verano, todo bicho vive!

El protagonista principal es el sol que nos cambia el aspecto desdibujado que arrastrábamos por uno pletórico (lo de ponerse morenos) que nos da, al menos, una sensación de salud y bienestar

Una época repleta de verbenas, festivales, fiestas mayores y todo tipo de eventos al aire libre que la climatología facilita.

Sea en el mar o en la montaña. Sea viajando o reposando en un rincón bucólico, lo que sí es cierto es que las opciones se multiplican aprovechando el alargamiento de las horas de luz y también empalmando con las noches llenas de oferta festiva.

¿Toda esta alabanza a santo de qué? Pues para agradecer a la naturaleza su constancia y generosidad al poner a nuestro alcance toda su variedad y riqueza para que la disfrutemos y la valoremos.

Recordemos aquellos momentos cuando algo no nos acaba de funcionar como nos consolamos con lo de “ya vendrá el verano” porque parece que en verano todo es más ligero y factible.

El hecho de poder hacerlo todo (o casi todo) en espacios abiertos añade un plus de satisfacción en el disfrute de la actividad de que se trate, dadas todas las influencias benéficas del aire y el sol que nos aportan componentes saludables de los que habitualmente no vamos sobrados.

También me da la impresión que en verano todos nos sentimos más alegres y comunicativos y, en estos tiempos que corren, esto tiene mucha importancia porque nos aparta de pensamientos sombríos que no nos hacen ningún bien

Por lo tanto, bienvenidos sean estos dones de la naturaleza que nos favorecen de muchas maneras y nos devuelven algo indispensable como es la alegría de vivir.

O así me lo parece

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Joan Martí - elcamidelavida@gmail.com - 20 junio 2024

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