© BUSCANDO INSPIRACIÓN
En las "Meditaciones" del emperador romano Marco
Aurelio encontramos un montón de consejos y reflexiones que nos pueden ir muy bien
en estos tiempos convulsos.
Suprimiendo las cosas
que decimos y hacemos que no son necesarias,
tendríamos más tiempo libre y más tranquilidad.
La visión estoica del emperador-filósofo es de gran valor
-tanto en su tiempo como ahora- porque ‘coge el toro por los cuernos’ de
cualquier cuestión y la hace sencilla y manejable.
Muchos de los problemas que sufrimos son porque nos complicamos la vida, como suele decirse. No sabemos centrarnos en las verdaderas necesidades ni en las cuestiones importantes.
Nuestra dispersión -abonada por el alud informativo que nos
rodea- nos ocasiona la pérdida de puntos de referencia válidos para nuestro
bagaje vital.
Estamos bien perdidos en medio del volumen de bagatelas que
llenan todo nuestro día a día y no sabemos recuperar el sendero primordial de
nuestra vida.
Ha llegado un momento que más que 'no saber' es 'no querer'
porque ya nos va bien el revuelo donde estamos metidos que nos apacigua y no
nos deja pensar en qué es lo mejor para nosotros.
Esta distracción constante a la que estamos sometidos es la
herramienta perfecta para desactivarnos y hacernos dóciles a los intereses de
quienes ‘cortan el bacalao’.
A pesar de ver que nos engañan en todas las cosas y que nos
van arrinconando, acorralando en espacios cada vez más reducidos, no
reaccionamos y nos dejamos hacer.
¿Será cierto que en las venas no tenemos sangre sino
horchata?
¡Qué forma más penosa de claudicar en nuestra idiosincrasia
humana!
En todas las épocas al 'pueblo' se le ha menospreciado,
maltratado y explotado. Lo que más duele es que hoy les sea tan fácil seguir
haciéndolo. ¡Parece que estemos todos drogados y vayamos zombis!
Quizás sí que tenemos lo que nos merecemos, al menos, no hacemos
méritos para mucho más. A pesar de decirlo así de claro, se me hace muy penoso
explicitarlo.
¿Seguro que no hay forma de darle la vuelta?
¿Debemos darnos por vencidos sin hacer nada?
¿Tanto cuesta plantearse una desobediencia civil en toda
regla?
¿Amamos más nuestro móvil que nuestra vida?
Si nos dieran a elegir entre vivir o disponer de los
artilugios tecnológicos, ¿no crees que lo más importante es la vida que los mil
y un artefactos que nos tienen dominados?
Es necesario romper esa dependencia que nos tiene atados de
manos y pies para volver a ser dueños de nosotros mismos y proyectarnos en un mundo amable y respetuoso.
Sin entrar en el terreno espiritual -que cada uno debe
buscar por su cuenta- sí que hay que dejar constancia de que la pérdida de
valores en general que impera es un panorama deprimente que no dice demasiado a
favor de la valía humana.
¿Por qué no damos un golpe de timón para recuperar la
dignidad que nos haga sentir orgullosos de pertenecer a la especie humana?
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Joan Martí - elcamidelavida@gmail.com - 3
diciembre 2024
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