27.
 LA CONCIENCIA GENÉTICA
Según
 Wikipedia «Conciencia se refiere al saber de sí mismo, al
 conocimiento que el espíritu humano tiene de su propia existencia,
 estados o actos. Conciencia se aplica a lo ético, a los juicios
 sobre el bien y el mal de nuestras acciones...»
Esta
 definición —si bien no es completa— resume la idea que se tiene
 con respecto a ella; la unidad de carbono humano tiene digamos una
 cierta conciencia subjetiva; esta se limita al mundo de la ilusión
 de la realidad, es también relativa y perecedera, limitada a lo
 conocido, y no transmisible. Pero hay una conciencia que es
 exactamente lo contrario a lo expuesto, y esta es la conciencia
 genética. Imaginen un pendrive o una tarjeta de memoria de un
 teléfono, no importa en qué equipo o aparato la usemos, llevará
 en ella toda la información que le hayamos cargado. Esta conciencia
 es patrimonio de los amos, ellos saben exactamente quienes son, de
 donde vienen y cuál es su tarea, saben esto no porque se lo hayan
 enseñado, sino porque lo recuerdan porque viene grabado en sus
 genes.
Todo
 ser vivo tiene memoria genética —que no es lo mismo que
 conciencia genética— y sin ella no podría existir. La memoria
 genética es la encargada de transmitir y reproducir las especies,
 por eso el cuerpo sabe qué célula corresponde que sea parte de una
 mano y cual de un hígado, la ciencia está ahora entendiendo como
 funciona todo este proceso a través del estudio y decodificación
 del genoma humano, lo que no sabe aún es que el gen trae en su
 interior también una conciencia genética, igual a la de nuestros
 amos, con la diferencia que no está activada, en realidad si lo
 está, pero tenemos el acceso denegado, como los archivos protegidos
 del sistema que solo pueden ser manipulados por el administrador. Esta conciencia genética forma parte también del código fuente
 del hombre; fuimos creados a “imagen y semejanza” , no porque
 seamos físicamente iguales a nuestros creadores, sino porque usaron
 su imagen genética para hacerlo, por consiguiente también
 heredamos sus atributos, pero solo somos semejantes, porque
 limitaron muchos de ellos para que no pudiéramos rebelarnos. 
Muchos
 creen que esta conciencia genética tiene que ver con la sangre, por
 eso las “líneas de sangre” tan nombradas y relacionadas con la
 mal interpretada élite de poder. Mantener la línea de sangre
 genéticamente pura para no contaminar el genoma y poder acceder a
 la conciencia genética, es la intención de los que forman la
 tercera línea de poder: illuminati, masones, familias reales, etc.
 y también de algunas etnias y razas, lo que ignoran es que están
 tan manipulados como nosotros, los mantienen ocupados en esa idea
 cuando la realidad es completamente diferente, los únicos que
 tienen que mantener la línea de sangre pura son los amos, nosotros
 —incluida la élite— solo obtendremos acceso a la conciencia
 genética, cuando seamos administradores de nosotros mismos.
Cuando
 pasemos de esclavos a amos, y logremos ser unidades de carbono
 independientes tendremos el acceso a la conciencia genética, no hay
 otra forma de lograrlo, porque ese es el premio por haber comido del
 árbol de la vida, su fruto es la conciencia genética, entonces
 habremos vencido a la muerte, pues recordaremos toda nuestra
 historia como seres, y nuestro espíritu obtendrá la continuidad,
 pero eso es otra historia que en algún momento contaré, por ahora
 esto es suficiente. 
28.
 LA TERCERA ENERGÍA
Toda
 materia conocida está formada por átomos; como ustedes sabrán el
 átomo a su vez está compuesto por partículas de carga negativa,
 positiva y neutra: electrones, protones y neutrones. Los electrones
 (con carga negativa) giran alrededor del núcleo del átomo en cuyo
 interior se encuentran los protones (de carga positiva) y los
 neutrones (de carga neutra). Se podría definir al átomo como un
 vórtice de energía en equilibrio, pues tiene las mismas cargas
 positivas que negativas. Por último está el neutrón, formado a su
 vez por tres partículas fundamentales o subatómicas llamadas
 quarks, que no modifican el equilibrio anterior ya que la suma de
 sus cargas es igual a cero. 
Todas
 las uniones químicas de los elementos se producen a través de los
 electrones, así que podríamos decir sin lugar a dudas, que el
 entramado del universo tridimensional del hombre se basa en energías
 negativas. Sobre este entramado corre la ilusión de la realidad,
 por consiguiente la ilusión de la realidad subjetiva del hombre es
 negativa por naturaleza.
Cuando
 hablé de los principios cuánticos, hablé de lo mal que eran
 interpretados debido a que eran vistos como expresiones
 unidimensionales de interpretaciones tridimensionales de principios
 cuánticos adimensionales. Un ejemplo de esto lo constituye el
 llamado “principio de correspondencia” que reza: “como es
 arriba es abajo”. Ampliando su significado tendremos la correcta
 interpretación: al igual que el vórtice de energía átomo, la
 unidad de carbono humano tiene las energías negativas por afuera de
 él (“como es arriba…”), rodeándolo con el entramado de la
 realidad, y la energía positiva por dentro, en su interior como el
 núcleo del átomo (“…es abajo”). 
Como tenemos incorporado la
 programación de la dualidad, solo somos conscientes de estas dos
 energías, la positiva y la negativa, pero tal como en el átomo, en
 nuestro interior también se encuentra la tercera energía, la
 energía neutra, que en realidad es la encargada de lograr el
 equilibrio del átomo y de nosotros mismos, es la energía
 equilibrante, la que compensa la dualidad de los opuestos, la que
 transmuta lo negativo en positivo, pues en su interior lleva las dos
 cargas a la vez, es la partícula cuántica por excelencia, y el
 lazo de unión entre lo positivo y lo negativo, es la energía más
 importante que disponemos y la cual ignoramos porque así fue
 dispuesto.
Así
 como la energía negativa apaga el WiFi y la positiva lo activa, la
 energía equilibrante es la que lo hace funcionar. Todo el cerebro
 cuántico funciona con esa energía, que es la que une los opuestos
 y hace que la realidad general se manifieste, es la energía con la
 que funcionan nuestros creadores, es en la que se manifiesta el
 espíritu y con la que trabaja la conciencia genética, es la
 energía de la verdad y por tanto la que tenemos que lograr manejar
 para en algún momento obtener la independencia como seres, y lograr
 así ser libres y dueños de nosotros mismos, ustedes eligen. 
29.
 LOS CENTROS DE CONTROL
Llegado
 a este punto es necesario ahondar un poco más en el funcionamiento
 de nuestro cerebro. Volviendo a la analogía del hombre y la
 computadora, tomemos al microprocesador (equivalente al cerebro)
 como ejemplo; éste está dividido en distintos sectores de trabajo,
 que se ocupan cada uno de una función determinada en el
 procesamiento de los distintos datos que va recibiendo, tanto del
 exterior (órdenes que le damos mediante el teclado y el mouse),
 como del interior (puertos de tarjetas gráficas, red, sonido, y
 demás componentes de la máquina). Esto puede llevarlo a cabo
 porque tiene perfectamente claro y preestablecido qué sector se
 ocupa de cada tipo de datos, de otra manera sería tal la confusión,
 que usted estaría escribiendo una palabra en el procesador de
 texto, y en vez de eso se abriría el navegador de internet o
 pasaría cualquier otra cosa hasta el punto que el sistema dejaría
 de funcionar. El cerebro de la unidad de carbono humano trabaja
 exactamente igual, tiene sectores o centros de control, que se
 ocupan —o al menos debieran ocuparse— de funciones determinadas.
Ahora
 veamos cuales son y que función cumple cada uno de ellos. Nos
 ocuparemos solo de los centros tridimensionales que son cinco: el
 instintivo, el motor, el intelectual, el emocional, y el espiritual.
 Comencemos con el centro instintivo; este se ocupa del
 funcionamiento interno del cuerpo, todos los procesos interiores se
 llevan a cabo con su intervención. Tanto el funcionamiento de los
 órganos como los procesos químicos que se llevan a cabo están a
 cargo del centro instintivo (sistema circulatorio, digestivo,
 nervioso, etc.). Este centro comienza a funcionar desde el momento
 mismo de la concepción, y toma su programación inicial de la
 memoria genética; usted no es consciente de él, su cuerpo funciona
 sin que tenga necesidad de intervenir. 
Pasemos
 ahora al centro motor; este toma su programación inicial del centro
 intelectual y es el encargado de las acciones automáticas y
 repetitivas como caminar, manejar cualquier utensilio, conducir un
 vehículo, etc. Cuando usted aprende a hacer algo, primero lo
 piensa (usa el centro intelectual) pero cuando lo procesa toma el
 mando el centro motor. Por ejemplo, cuando usted aprende a manejar
 un vehículo, primero tiene que pensar cuando usar el embrague, que
 cambio  poner y cuando, en que momento usar el intermitente, o
 el freno, etc. Luego de un período de práctica, Ud. lo hace
 automáticamente, señal de que el centro motor tomó el control. A
 partir de ese momento, si usted quisiera pensar lo que está
 haciendo, seguro que no manejaría tan bien. Igual pasa con los
 distintos procesos automáticos, usted no piensa “ahora tengo que
 levantar un pie y moverlo hacia adelante, mientras trato de mantener
 el equilibrio hasta que lo vuelvo a apoyar, y luego me impulso y
 levanto el otro pie…”, etc., cuando camina, usted solo camina,
 el centro motor está a cargo. 
Veamos
 ahora el centro intelectual; este toma su programación inicial de
 los datos recibidos del exterior (a través de los cinco sentidos),
 intelectualiza la información y saca sus propias conclusiones. Por
 ejemplo, usted tiene un problema, lo piensa, ve las opciones y
 decide que acción tomar. Este centro es el encargado de los
 acontecimientos cotidianos de nuestras vidas y de enseñarle al
 centro motor las acciones que debe realizar. 
Continuamos
 ahora con el centro emocional; este toma su programación inicial de
 los estímulos, es el encargado de manejar las emociones: tristeza,
 alegría, euforia, melancolía, etc. Todas ellas están a cargo de
 este centro, su trabajo es procesar los estímulos y reaccionar ante
 ellos cuando es necesario. Usted no se entristece porque se le cayó
 el tenedor de la mesa, solo lo levanta y lo lava, pero sí se
 entristece si se le muere por ejemplo su mascota. Por último
 tenemos al centro espiritual; este debería tomar su programación
 inicial de la conciencia genética, pero como no tenemos acceso la
 toma del centro emocional, y eso es una complicación, pues
 constituye digamos que un “agujero de seguridad”. Como podemos
 ver, el centro espiritual ya funciona mal de entrada, complicando
 las cosas para la unidad de carbono humano.
Entonces
 tenemos dos centros, el instintivo y el motor, que no tienen grandes
 problemas, pues por lo general hacen su trabajo sin complicaciones,
 pero con relación a los tres restantes la cosa es más complicada,
 pues su funcionamiento no es el correcto. Ya de entrada el centro
 espiritual tiene una programación inicial errónea, dada por el
 centro emocional; como consecuencia, este último muchas veces se
 hace cargo de lo que le corresponde al intelectual y viceversa,
 surgiendo emociones cuando no deberían, o bien intelectualizando
 cuestiones emocionales y no permitiendo de esta manera la
 consideración hacia el prójimo. 
Esta falla en el sistema es
 utilizada para la manipulación; la oratoria es un arma por
 excelencia en este sentido, porque es utilizada para activar o
 desactivar ciertos centros aprovechando ese mal funcionamiento y
 procesamiento que acabo de describir y así inducir a determinadas
 opiniones o actos, que de otra manera no serían posibles. Esta es
 una de las formas del control de masas más común y el mal
 funcionamiento de los centros de control es la puerta de entrada de
 la manipulación social. Estén atentos ahora que lo conocen y tal
 vez logren ver las cosas más claras la próxima vez que escuchen un
 discurso  en los medios, venga este de un político, un
 religioso, una multinacional, un producto, una noticia, o de quien
 sea. 
30.
 ROMPIENDO LOS ESQUEMAS
Cuando
 se habla de manipulación solemos pensar que está dirigida a solo
 una serie de acontecimientos o determinados sucesos específicos,
 que el resto de la vida sigue normal y excluida de tal influencia, y
 que nosotros podemos ver desde la otra vereda como les afecta a
 otros, mientras caminamos a salvo de sus garras protegidos por
 nuestro supuesto conocimiento de su existencia. El problema de esta
 idea radica en el falso concepto de la realidad. Como ya expliqué
 anteriormente, cuando hablo de ilusión de la realidad, me refiero
 literalmente a eso, "ilusión", “ilusorio”, “no
 real”, “falso”, y todos los sinónimos que se les puedan
 ocurrir. Lo cierto es que nada está exento de ella a tal punto que
 es como si formáramos parte de un "Gran Hermano" o de un
 "The Truman Show " inmenso. 
Todo es falso: la justicia, la
 democracia, el capitalismo, el comunismo, el imperialismo y todos
 los demás "ismos", las religiones, los gobiernos, las
 monarquías, las dictaduras, la salud, la ciencia, la educación, el
 dinero, las finanzas, la moda, lo que está bien, lo que está mal,
 todo absolutamente todo forma parte de la ilusión de la realidad, y
 por consiguiente es manipulable. La sociedad íntegra es una gran
 puesta en escena, una parodia ridícula en la cual nosotros seguimos
 participando, una y otra vez, intentando conseguir el mejor papel
 del reparto, mientras detrás de bambalinas, los productores y
 directores se frotan las manos mientras se ríen de nuestra grotesca
 y ridícula inocencia.
Seguimos
 utilizando sus bancos, pagando sus hipotecas, comprando sus
 productos, viendo sus programas, creyendo sus palabras, siguiendo
 sus ideas, investigando su ciencia, profesando sus religiones,
 luchando sus guerras, entreteniéndonos con sus tonterías, y
 viviendo sus vidas. El tiempo se acorta, y dicen que la
 cosecha  se acerca, ¿quiénes y qué van a cosechar?, ¿acaso
 somos el producto manufacturado final, o solo el desecho de la
 producción?, es hora de reaccionar, de romper los esquemas, y
 atrevernos a dejar de ser unidades de carbono dependientes, para
 pasar a ser verdaderamente Humanos, dueños de nosotros y de nuestra
 realidad, para ser artífices y creadores de nuestras vidas, y dejar
 de vivir en sueños que ni si quiera son nuestros, y poder gritar al
 final desde el fondo de nuestro Ser.... ¡LIBERTAD, LIBERTAD, AL FIN
 LIBERTAD! 
Esto
 que acaban de leer, esto que los movilizó por dentro, con energías
 negativas y positivas, que produjo sentimientos encontrados,
 rechazos y aprobaciones, que los hizo pensar, dudar, querer actuar,
 se llama "choque". El choque se produce cuando una
 realidad es expuesta abruptamente, sin filtro alguno; este rompe los
 esquemas de pensamiento y permite digamos, "saltar" a la
 fase siguiente, evitando así la recurrencia de acción y
 permitiendo liberar la tercera energía que equilibra y amortigua
 las energías del choque. Como verán no toda energía negativa es
 mala, solo hay que transmutarla y aprovechar la energía
 equilibrante para activar y poner en funcionamiento, digamos, los
 "sentidos cuánticos" de la unidad de carbono humano.
 Espero que hayan sabido interpretar esta inusual forma de
 transmisión de información, si acaso no lo logré disculpen
 ustedes el intento. 
31.
 EL ÁRBOL DE LA VIDA
En
 el artículo "La conciencia genética" hablé del árbol
 de la vida, creo necesario ampliar esa información para evitar
 posibles malas interpretaciones; primero me gustaría aclarar el
 concepto de Ser, tomen al Ser como la esencia de vida, la parte
 eterna de ustedes. El Ser forma parte de la creación misma: es
 eterno por naturaleza, es adimensional y atemporal, es el punto en
 el centro del círculo y forma parte del todo, es energía
 consciente de sí misma. El Ser no tiene nada que ver con el
 espíritu y el alma que hablan las religiones, estos son solo
 cuerpos de enlace entre digamos, dimensiones. El Ser es lo real, y
 el cuerpo físico lo ilusorio. El Ser no se encuentra en el cuerpo y
 el espíritu es su enlace con la materia, a través del centro
 espiritual. 
Por otra parte el alma es el enlace del espíritu
 con la personalidad o "yo", a través del centro
 emocional, y aquí radica el primer problema porque como recordarán
 el centro espiritual tendría que tomar su programación inicial de
 la conciencia genética, pero como tenemos el acceso denegado la
 toma del centro emocional, produciendo por un lado la mala
 programación inicial del centro espiritual y por otro que el enlace
 "Ser-materia-yo" sea defectuoso por naturaleza.
Cuando
 en el artículo “La conciencia genética” hablo de continuidad,
 no me refiero a eternidad o vida eterna. La idea de eternidad es
 también una interpretación tridimensional, de un concepto
 adimensional, pues digamos que forma parte del código fuente de la
 misma creación, por consiguiente al formar parte nuestro Ser de la
 creación, este es eterno por naturaleza, cualquiera que diga lo
 contrario se equivoca, incluidas las religiones. Por otra parte
 nuestra personalidad o “yo”, es finita, como todo ser viviente
 tridimensional. La unidad de carbono humano hoy es Pedro, ayer fue
 José, y mañana será Laura, porque al no tener acceso a la
 conciencia genética no tiene continuidad como Ser. 
El acceso a la
 conciencia genética también le da acceso al recuerdo de quien fue,
 es, y será, y la posibilidad de saber que él es el Ser, y que
 Pedro, Jose, y Laura, son solo envases tridimensionales, unidades de
 carbono programables y descartables. Ese es el elixir de la vida
 eterna buscado por los alquimistas, el fruto del árbol de la vida,
 con el cual se puede encontrar la piedra filosofal, de ella hablaré
 en otro momento, y entonces como digo habremos vencido a la muerte,
 porque el Ser no nace ni muere, el Ser no reencarna, el Ser solo
 existe.
También
 dije en el artículo "explicando las dimensiones" que el
 tiempo es como percibimos el movimiento perpendicular de un cuerpo
 en la dimensión inmediata superior, ese movimiento perpendicular de
 nuestro cuerpo son nuestras distintas vidas, al tener acceso al
 árbol de la vida, también saltamos a la cuarta dimensión porque
 ya no las percibiríamos como tiempo separado, sino como
 continuidad. También hay una manifestación física colateral al
 acceder al árbol de la vida, y es la extensión del tiempo de vida,
 por la activación de lo que la ciencia llama "basura
 genética", que es el 95% del genoma humano, por eso la
 búsqueda del elixir de la vida y la piedra filosofal, pero eso es
 otra historia. 
Los amos, al tener acceso al árbol de la vida, no
 solo tienen conciencia de su Ser, sino que también su tiempo de
 vida física es notablemente superior. Nosotros —unidades de
 carbono— no tenemos esa posibilidad, y para ellos esto es una
 ventaja, la misma que tenemos con relación a un insecto cuya vida
 media sea de unos pocos días, pero a diferencia de este ejemplo,
 fuimos hechos a “imagen y semejanza”, y por tanto somos una
 imagen genética que contiene sus mismos atributos, los cuales
 podemos llegar a activar y utilizar. Cristo dijo, "dioses sois"
 y tenía razón.

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