LA
    GRAN PARADOJAJA
Para
 entender una de las grandes claves del control social de todas las
 épocas, debes entender que conceptos arquetípicos del bien como la
 igualdad, la libertad, la democracia o el progreso han sido
 generados, alentados y manipulados con un fin muy diferente al que
 puede verse a simple vista.
Nuestra
 civilización es una construcción ideada directamente por la élite
 anónima que tiene el control del sistema.
En
 esa construcción el bien es utilizado como herramienta de
 manipulación de masas para lograr unos objetivos de control social
 y perpetuación en el poder de los amos del sistema  a lo largo
 de los milenios.
Paradójicamente
 para el profano, el bien como arquetipo social, es una construcción
 directa del más profundo mal. No
 hay una lucha maniquea entre el bien y el mal.
Desde
 el punto de vista de la construcción de nuestra sociedad, es en
 realidad el mal el que crea al bien.
Una
 de las columnas que sustentan la sociedad global es el arte de la
 manipulación de las masas a través de sus deseos, sus emociones y
 sus anhelos.
Imagínate
 que eres la élite anónima en el poder, la mejor manera de
 implementar un plan acorde con tus deseos es lograr que sea aceptado
 por sus afectados como algo propio y bueno.
Todas
 las religiones y sus dioses y mesías inventados, democracias,
 movimientos de derechos humanos, etc., han sido creados con la
 financiación y la supervisión de la élite oscura en el poder,
 como una manera de avanzar en su plan global de dominación humana.
Hay
 infinidad de ejemplos, os pongo dos que son muy gráficos.
Uno
 es el esclavismo
La
 esclavitud ha sido una pieza básica de la economía humana durante
 cientos de años. Los seres humanos eran utilizados como mercancías
 y como mano de obra en los procesos socio-económicos expansivos de
 los pueblos militarmente superiores.
El
 desarrollo tecnológico de las grandes corporaciones transnacionales
 con el inicio de la revolución industrial, provocó un cambio de
 paradigma.
Los
 grandes imperios absolutistas dejaron de ser útiles para el plan de
 control global de la élite anónima que ostenta el poder real en la
 sombra.
Progresivamente
 los territorios de estos imperios, fueron transformándose en
 repúblicas o monarquías parlamentarias supeditadas con mayor
 intensidad y libertad de acción al poder económico global y
 apátrida.
En
 este contexto socio económico, la élite financia el abolicionismo
 para suprimir la esclavitud.
Con
 la revolución industrial la población mundial creció
 significativamente.
Para
 las grandes corporaciones globales era mucho más barato tener
 obreros que esclavos. 
 
Al
 esclavo había que comprarlo, proporcionarle comida, alojamiento y
 ropa de por vida.
Al
 obrero era suficiente con pagarle un sueldo miserable para que éste
 se gastara su precario salario en comida, alojamiento y ropa.
 Precario salario que de esta manera era de nuevo recuperado por el
 sistema.
A
 esto lo llamaron libertad y progreso. Sin duda, ¿ quién puede
 decir lo contrario ?
Pero
 el objetivo de la élite anónima al suprimir la esclavitud no era
 algo tan loable como la libertad, la justicia o los derechos
 humanos.
El
 abolicionismo era un paso más en el perfeccionamiento del control
 global sobre todos nosotros.
El
 otro ejemplo es el feminismo.
Durante
 siglos el papel de la mujer en la sociedad creada por la élite era
 la de la sumisión total al hombre.
Pero
 a principios del siglo xx la élite a través de los Rockefeller
 financia el feminismo como movimiento social de liberación de la
 mujer frente al patriarcado opresor.
A
 esto lo llamaron libertad y progreso. ¿Quién puede decir lo
 contrario?
Pero
 el objetivo de la élite anónima al fomentar la igualdad entre
 hombres y mujeres no era por un propósito tan loable como la
 libertad, la justicia o los derechos humanos.
El
 propósito era la incorporación de la mujer al sistema laboral para
 paulatinamente ir desnaturalizando la estructura familiar.
Quedando
 la educación de sus hijos a cargo del sistema y lograr mediante
 otras medidas combinadas décadas después, hacer de la maternidad
 algo incómodo, anacrónico y contraproducente para sus objetivos de
 desarrollo personal y profesional.
Hoy
 en día se busca el choque entre sexos y se fomenta el
 individualismo como doctrina para el control de la natalidad y la
 reducción demográfica.
La
 élite utiliza la progresividad en sus actuaciones, sus planes son a
 décadas vista, a siglos e incluso a milenios vista.
Bajo
 el velo de la justicia social, la libertad y el progreso, se esconde
 un plan que atiende única y exclusivamente a sus intereses de
 control y dominio del sistema.
Todos
 los cambios de régimen, todas las conquistas sociales han sido
 tuteladas y financiadas por la élite, siempre mediante cierto grado
 de tensión y enfrentamiento entre el rebaño humano manipulado.
Las
 diferentes fases de este plan necesitan por algún oscuro motivo de
 una situación de tensión social que deriva siempre más tarde o
 más temprano en disturbios o incluso en guerras.
Guerras
 donde todos los bandos en conflicto son manipulados por la misma
 mano anónima en las sombras.
Debes
 entender que lo que entendemos como progreso y bien social, en
 realidad es tan solo una herramienta en manos de los amos para
 alcanzar sus intereses.
Primero identifican una causa y la financian para que sea aceptada mayoritariamente como socialmente justa.
Después promocionan esa causa a través de la educación, los agentes sociales y los líderes de opinión.
Tercero, la instrumentalizan en favor de sus intereses ocultos que siempre son coincidentes con su gran plan de dominación global.
Primero identifican una causa y la financian para que sea aceptada mayoritariamente como socialmente justa.
Después promocionan esa causa a través de la educación, los agentes sociales y los líderes de opinión.
Tercero, la instrumentalizan en favor de sus intereses ocultos que siempre son coincidentes con su gran plan de dominación global.
En
 definitiva, tenemos la libertad que nos permiten, en el tiempo que
 nos permiten y en la manera que ellos consideran que deben
 permitirnos.
No
 hay libertad real, ni progreso real. Todo es una ilusión en un
 tablero de juego que tiene las cartas marcadas desde el inicio de
 los tiempos.

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