© HAGAMOS UN MUNDO NUEVO
Una tarea estimulante y necesaria que podemos empezar por
nosotros mismos. Deshagámonos de impotencias y dudas para ir de cara a cosas
nuevas, concretas, constructivas...
Usemos toda nuestra energía en imaginar y crear un mundo
nuevo: Basta de malgastar la energía en reclamaciones, quejas o frustraciones.
Toda nuestra potencialidad enfoquémosla en organizarnos.
Una vez nos hayamos “vaciado” de pensamientos inútiles dediquémonos a definir y diseñar el mundo que queremos para hacerlo gratamente habitable para todos.
Deberemos partir de la base de que nos encontraremos dos
tipos de personas: Los que quieran implicarse y los que no se atrevan (aunque
estén a favor del cambio).
Habrá que ponerse en marcha con los que buenamente podamos
contar pero hacerlo con decisión y convencimiento emprendiendo aquellas
acciones que tengamos al alcance, a la medida de nuestras posibilidades.
Por modestos que puedan ser nuestros primeros pasos tendrán
el mérito de ser el comienzo de una voluntad expresada ya en el rechazo del
mundo actual con la desobediencia de sus normas aniquiladoras.
Es bueno recordar aquello de que “un camino de mil
kilómetros comienza con el primer paso” y así lo tenemos que hacer: ir poniendo
un ladrillo encima del otro con paciencia y constancia hasta levantar unas
nuevas paredes, un nuevo estilo de vida, un estar en el mundo agradable y
provechoso para todos.
Habrá que divulgar la propuesta pero no debemos esperar a
ser multitudes para empezar a hacer cosas prácticas, confiando en ir
enderezando los posibles errores del arranque inicial.
Sólo debemos tener clara la motivación que nos empuja a
construir un ámbito vital respetuoso sin que perdamos tiempo en discutir “el
sexo de los ángeles” pues lo que hace falta es ponerse manos a la obra e ir
aglutinando a cuanta más gente mejor.
Nuestro mensaje serán nuestras obras y la actitud de
desvincularnos del sistema actual. Poco a poco todo irá cuajando y sin apenas
darnos cuenta nos encontraremos con un mundo nuevo.
Pese a que el reto parece muy grande, lo que sí es cierto es
la desesperanza esparcida por todas partes que anida dentro de hombres y
mujeres cerrándoles el paso al logro de la felicidad.
Cuando todo está perdido (o a punto de estarlo) no hay miedo
a perder nada. Cuando se toca fondo, sólo se puede volver a subir. ¿O nos quedaremos
a vivir en el fondo del pozo?
Vayámonos reuniendo en grupos afines y entremos en contacto
con todos aquellos que se quieran sumar a esta iniciativa vital para ir
agrandando la base humana implicada, pero hagamos cosas prácticas.
De entrada podemos establecer unos esquemas simples
acordados entre todos para empezar a trabajar. Ya iremos ampliando la
estructura organizativa y promoviendo acciones de mayor envergadura pero ahora
lo importante es ponernos en marcha con hechos concretos.
Los primeros encuentros pueden consistir en una lluvia de
ideas de las que salgan las acciones que sean más asequibles de llevar a cabo.
La cuestión es que se vea que "la gente se mueve"
O así me lo parece
__________________________________________________________________________________
Joan Martí - elcamidelavida@gmail.com
- 28 febrero 2025
OTROS ESCRITOS DEL MISMO AUTOR
https://masacriticaconsciente.blogspot.com/p/escritos-propios.html
La gente no se mueve por simple inercia o porque están muy ocupadas para ello. Así que habrá que esperar a un nuevo COVID para encontrar el tiempo para poder juntar se y planear algo. Aunque depende del miedo que haya sobre todo a Putin y a Trump que es lo que paraliza a todo dios creer que puede haber la tercera guerra mundial jajajaja siempre usando el miedo para paralizar cualquier acción. Desde personas que creía eran sensatas han perdido la cabeza con ese miedo desde sur América hasta aquí he visto gente vender todo e ir de a sur América porque creen que es el único sitio seguro para vivir en los tiempos que vendrán. Mis viajes a sur América me han enseñado que eso es completamente falso y que en el momento que ellos quieran hacen un infierno de sur América. En reflexión da igual en donde estes la vida pasa hay que vivir sin miedo y sobre todo sin esperar nada de nadie. Nadie va a venir a salvar a nadie, nadie. Apaga la tele deja las redes sociales vive y no dejes que te desequilibren y sobre todo eres lo que comes así que come bien.
ResponderEliminarAcabo de publicar en el post anterior pues aún no había llegado a leer éste. Las palabras de Joan responden algunas preguntas que he escrito y las del anónimo también, pues ni vendrá nadie en nuestra ayuda ni creo que estemos aún preparados en sociedad común para nuestra evolución espiritual y con ello, la social. Lo vivido durante el kobit nos frustra como sociedad y nos incapacita para crear juntos en sociedad (al fin y al cabo, también de esto se trataba y los perpetradores de tan funesta obra así lo tenían previsto), pero si no somos capaces de evolucionar en conjunto, en sociedad, no podremos recuperar todo lo perdido durante estos últimos años. Tal y como Joan dice, habrá que socializar más y mejor con todo tipo de grupos, aunque sólo sea para intentar escucharnos y disminuir distanciamientos. Todos tendremos que “bajar del burro“ y dejarlo descansar a ratos. Saludos. Miguel
ResponderEliminar