“El control químico de la sociedad hará que
el rebaño coma de la mano de su dueño sin percibir que va a la matanza”. Aldous Huxley
INTRODUCCIÓN
El que los cielos de
nuestros campos y ciudades estén siendo fumigados a diario,
mediante estelas químicas o chemtrails, por aviones sin identificar
y con fines desconocidos, es una realidad tan misteriosa como
inquietante.
Si tenemos en cuenta
que, la mayor parte de la población desconoce la existencia de este fenómeno,
cuya comprobación podrá fácilmente verificarse en
cualquier momento, comprenderemos la urgente necesidad de abordar uno de los
secretos, a voces, mejor guardados de nuestro tiempo.
Por la trascendencia
de su gravedad, por las implicaciones que encierra, por las especulaciones que
justificarían el bombardeo masivo de estelas químicas con que
dibujan nuestros cielos y por el silencio oficial con el que encubren esta
realidad, he acometido la elaboración de este documento con la única finalidad
de aportar un poco de luz
PRIMERA PARTE: DESCUBRIENDO LAS ESTELAS
Lo que voy a
contarte a continuación, es rigurosamente cierto, aunque si nunca hubieras oído
anteriormente hablar de ello,
pueda sonarte a ciencia ficción.
Voy a hablarte,
de las “estelas químicas” o
chemtrails, un inquietante fenómeno de carácter global que viene
observándose en los cielos de nuestro mundo desde 1.995.
Un fenómeno que
cualquiera de nosotros podemos verificar, preferentemente en horas diurnas y
a la caída del
sol, sin necesidad de sofisticados aparatos ópticos, y sin
tener que desplazarte a ningún lugar especial,
bastando con que observes el cielo
en el mismo entorno donde desarrollas
habitualmente tu vida, sea en el campo o en la ciudad.
Confieso
que la primera vez que me hablaron
de esto me sonó muy raro, incluso a broma,
lo mismo que podría estar
pasándote ahora a ti, por eso te sugiero que
leas atentamente este documento y luego observes con atención lo que en él voy
a tratar de indicarte, pues no estamos ante una cuestión de fe, sino ante
evidencias perfectamente verificables.
Todo comenzó una
veraniega tarde del año 2009, cuando fui invitado a observar,
en el firmamento,
unas líneas rectas de color
blanquecino que, en ocasiones, aparecían entrecruzadas y
otras veces en paralelo,
una observación que me sorprendió.
Tras sucesivas
observaciones, constaté que quién “dibujaba”
aquellas líneas en el cielo, eran
aviones que, aparentemente, no parecían
tener nada de especiales,
una primera impresión que estaba muy
lejos de ser cierta.
A partir
de ese momento,
comencé a fijarme en las características
de las diferentes estelas que iban dejando tras de sí,
aprendiendo pronto a discernir entre las habituales estelas de condensación dejadas
por los aviones, y las llamadas “estelas químicas” cuyas
rastros en los cielos nada tienen que ver con las anteriores.
SEGUNDA PARTE: ESTELAS DE CONDENSACIÓN Y ESTELAS QUIMICAS
Las estelas de condensación, son finas e inocuas líneas de color blanco, formadas
como consecuencia del contraste entre la temperatura de los gases que emanan
del avión y la temperatura de la atmósfera, y que, a larga distancia,
visualizamos como rastros cortos que se difuminan progresivamente,
y que no superan en más
de 20 veces la longitud de unos
aviones que, además, no están autorizados a volar por debajo de
los 8.000 metros de altura.
Por el contrario,
las “estelas químicas”, son marcas multiformes generalmente en forma de líneas,
que tras abrirse y extenderse a lo ancho, persisten durante muchos
minutos, hasta teñir el limpio azul del Cielo en un sucio y feo
blanco plomizo,
Además, las estelas de
“condensación” son siempre rectas
y en una sola dirección, lo
que explica que el trazado de
los “dibujos” multi direccionales que, tantas veces
aparecen en los cielos, no puedan ser imputados a los
aviones, ya que las leyes de
la navegación aérea limitan el número de
aviones que pueden sobrevolar
una misma porción del espacio aéreo
en un espacio de tiempo tan
corto
Por
lo tanto, esos “dibujos”
con los que vemos “pintados” nuestros cielos,
son atribuibles a uno o varios “misteriosos”
aviones que, volando muy bajo para asegurar la concentración de los materiales
dispersados, “peinan” simultáneamente nuestros cielos siendo algunos de
ellos detectados por los radares convencionales mientras que otros no lo son.
Maniobras
con las que no respetan
las distancias mínimas exigibles por las leyes de la navegación
aérea, como la de que tengan que mediar distancias de 300
metros en vertical y, un mínimo,
de 9 kilómetros,
en paralelo, actuaciones que confieren a la atmósfera
una rara sensación de neblina antinatural,
de hecho es fácilmente observable como los cielos cambian radicalmente del
color azul inicial formando nubes artificiales de color blanco plomizo
En este sentido, he
sido testigo de estallidos iridisados que recuerdan a las auroras boreales,
como consecuencia de la entrada en contacto con la luz solar de metales
cristalizados que esparcen las estelas en la atmósfera.
Pero, ¿qué son estos “misteriosos aviones”?
Según el Observatorio de Geoingeniería de España,
serían aviones militares acondicionados al efecto modelo
comercial Mc Donnell Douglas KC-10, sin distintivos ni colores,
fabricado por la Fuerza Aérea de
los Estados Unidos, aunque otras fuentes que circulan por la red, sostienen que
se tratarían de otros modelos como los boeing 747 o el hércules
sin ventanas, reconvertidos para
camuflar su verdadera naturaleza
evitando despertar sospechas, lo que parece avalar la tesis de
que, según la zona del mundo de que se trate, los modelos
utilizados podrían ser diferentes.
¿Cuáles
serían las bases de despegue y aterrizaje de
estas aeronaves fumigadoras en territorio español? Según fuentes altamente
cualificadas, los aeropuertos militares de Manises, Torrejón de
Ardoz, Jerez de la Frontera y San Javier, serían
las bases desde las que estos aviones,
aprovisionados de noche por camiones de color
blanco y protegidos por escoltas camufladas, cargarían sus arsenales químicos
para dispersarlos horas más tarde sobre nuestra atmósfera.
Unas aeronaves,
cuyas tripulaciones parecen estar compuestas por 4 miembros,
desconociéndose si
los pilotos son o no conscientes de sus misiones
y de quiénes las ordenan, aparatos que, tras la carga de los
aerosoles que van a fumigar, alcanzan un peso aproximado de
267 toneladas (167 más que en vacío),
Según fuentes
científicas de reconocidos laboratorios internacionales, estas estelas,
que algunos conocen como “ vertidos de la
muerte”, estarían integradas por componentes químicos
altamente perjudiciales para la biodiversidad, como el
óxido de aluminio, sustancia altamente tóxica que no
desaparece una vez esparcida, sino que se
concentra y acumula, provocando gravísimos
e irreversibles daños a todas las formas de
vida conocidas.
Lo mismo sucede con
otras sustancias que igualmente se ha demostrado que conforman dichas estelas
tales como los óxidos de titanio, sales de bario, silicio, estroncio
y fibras de polietileno, o la diatomina, (producto que China ya ha reconocido
estar utilizando para impedir las precipitaciones),
El esparcimiento de
estas partículas tóxicas sobre la atmósfera está teniendo lugar,
principalmente, sobre grandes núcleos de población, aunque también sobre
superficies forestales, ríos y campos.
La dispersión en la
atmósfera de estas partículas, constituye una desconcertante realidad y uno de
los “secretos” oficialmente mejor guardados de nuestro tiempo, máxime teniendo
en cuenta que, en un momento en el que
la desclasificación de documentos es una
práctica común, los chemtrails, por el contrario, continúan siendo un
enigma sin desvelar, aunque algunas instituciones, como el Parlamento
alemán, se hayan visto obligados a admitir estar
haciéndolo con el fin de “proteger al Planeta de las radiaciones solares”.
En esa misma
dirección, tampoco los medios de comunicación se refieren a ellos como no sea
para ridiculizar el fenómeno y, de paso, a través de sus secciones
meteorológicas, desinformar, calificando a quiénes denunciamos la existencia de
esta realidad de “conspiranoicos” cuando no de paranoicos.
Por su parte,
la clase política, continúa ignorando o incluso negando su realidad, como así
ocurrió el 17 de diciembre de 2007
por parte del Alto Comisionado del Medio Ambiente de la Comunidad Europea a preguntas
del euro diputado belga Erik Meijer, aunque, también es cierto que,
el ex primer ministro italiano Antonio Di Prietro, admitió públicamente que los
chemtrails estaban relacionados directamente con las bases que la OTAN tenía
establecidas en Italia.
TERCERA PARTE: HIPOTESIS DEL FENÓMENO
Llegados a este
punto, ha llegado el momento de plantearse cuáles serían las diferentes
hipótesis que explicarían la existencia de este fenómeno:
La que cuenta con
mayor aceptación sostiene que el objetivo pretendido sería la
modificación del clima y del tiempo meteorológico, para lo que se
estaría creando una pantalla de protección frente a las radiaciones
solares, dentro de una compleja operación secreta de carácter militar de
bioingeniería, aunque estas prácticas estén prohibidas internacionalmente desde
1977.
Hay una
segunda hipótesis, que personalmente no comparto, según la cual se
trataría de una experimentación
biológica a gran escala, cuyo objetivo sería
provocar un cambio obligado en las
formas naturales de producción agrícolas y, en consecuencia, en
los hábitos de consumo de los seres humanos y de numerosas especies
animales, tesis que no comparto por la sencilla razón de que dicho objetivo ya
están consiguiéndolo desde hace mucho tiempo con los pesticidas.
Una tercera teoría
que tampoco suscribo; abogaría por un presunto plan eugenésico con
el que diezmar la población, un presunto ánimo genocida que
encontraría, en la fumigación tóxica, una de sus armas más rápidas, silenciosas
y efectivas de propagación de enfermedades, y cuyo principal beneficiario,
producto del progresivo debilitamiento de los sistemas inmunológicos de
los seres humanos, serían las multinacionales farmacéuticas, teoría que no
suscribo porque existe una clara contradicción entre hacer desaparecer mucha
gente si lo que se quiere es “explotar” económicamente sus enfermedades
Pero
la que es, sin duda la hipótesis más inquietante por estar
avalada por las investigaciones científicas
más recientes, es la que sostiene que se
trataría de una compleja operación de nanotecnología cuya
finalidad sería implantar, a través de los poros de la
piel y de la respiración... dentro del organismo humano, sensores
microscópicos “más finos que un cabello”, con el objetivo último de
controlar la población mundial a distancia, hipótesis que ha trascendido tras
la desclasificación parcial del proyecto de los servicios secretos aeronáuticos
norteamericanos “El Tiempo es una fuerza múltiple”, un plan a largo
plazo que no estaría concluido hasta el año 2025.
Aquellos finísimos
microtubulos, fruto de ingeniería genética, una vez penetraran por los poros de
la piel tendrían la capacidad de auto regenerarse y auto reproducirse en el
interior del organismo, y actuarían como balizas de seguimiento,
según la investigadora Loretta Polgrassi, facilitando
todo tipo de datos que se recogerían en un ordenador
central ubicado en un satélite espacial, posibilitando así un control
total de todo organismo viviente.
CUARTA PARTE: EFECTOS QUE PROVOCA
Veamos ahora algunos
de los efectos más importantes que están provocando la dispersión
masiva de estas partículas nocivas:
El primer
efecto, como consecuencia de la dispersión de metales pesados, sería la
contaminación del medio ambiente, a través de minúsculos trozos de plástico o
fibras de vidrio principalmente de
aluminio tanto en la lluvia,
como en el agua de los
ríos, plantas y masas forestales (con incendios de dimensiones jamás
vistos hasta ahora) o el cabello de los humanos.
Un segundo efecto,
sería la enorme modificación que están experimentando nuestros suelos
de cultivo, ya que la acidez ha aumentando más de diez veces por
encima de lo admisible, en puntos concretos del
planeta, repercutiendo en los humanos a través de los alimentos, el
agua y la ionización del aire
Una tercera
consecuencia, serían las enfermedades directamente relacionadas con
este “fenómeno”, pues, además de cuántas afectan al aparato respiratorio,
dermatológico y nervioso, destaca especialmente el conocido como “síndrome de
Morgellons”, descubierto por la doctora norteamericana Hildegarde
Stanninger, enfermedad de carácter psico somático reconocida por la OMS un
síndrome referido al “polvo inteligente” que el Pentágono
denominó “tecnología estratégica del nuevo milenio”, y
que se manifiesta en forma de sarpullidos en la piel .tras la
inhalación de miles de sensores microscópicos creados artificialmente, nano
fibras encontradas en la piel cuya relación con los chemtrails ha sido
sostenida ya por algún científico y que más de dos
millones de personas en todo el mundo podrían estar portando ya sin el menor
conocimiento.
Para ahondar aún más en la dimensión de este enigma, me referiré, a continuación, a esas formas esféricas que han podido ser filmadas junto a los aviones que dispersan esas sustancias y que son conocidas con el nombre de “caneplas”. ¿Pero qué son estas formas esféricas?
Por un lado, algunos
investigadores sostienen que, dichas esferas, marcarían el paso a
seguir por los aviones a los que acompañan, mientras que otros especialistas,
sostienen, por el contrario que, aunque todavía no se conoce el origen de estas
formas geométricas, de lo que no hay duda es de que se tratarían de
una serie de artefactos cuya finalidad sería la destrucción de los vertidos
químicos dispersados por aquellos.
QUINTA PARTE: CONCLUSIONES
Después de
analizados todos estos puntos, cabe preguntarse:¡A quién se le ha podido
ocurrir un plan tan maquiavélico?
La respuesta es que
son los mismos que llevan siglos haciéndote creer que eliges libremente a tus
representantes, que provocan las guerras, que envenenan lo que comemos y el
aire que respiramos, que nos intoxican con sus medicinas y que condicionan tu
vida de deudor en base a un dinero que ni siquiera existe.
O es que, acaso,
alguien, en su sano juicio, puede creerse que los políticos de cualquier país
del mundo afirmen no saber nada de este fenómeno cuando no se atrevan a
negarlo? Lo cierto es que estamos amordazados por la mano oculta de grandes
corporaciones que han creado una “legalidad clandestina” en la que nadie se
atreve a cuestionar lo que parece estar autorizado.
Pero, ¿qué están
haciendo con nosotros?
Lo que parece claro
es que, sea lo que sea, no parece nada bueno y si
no ¿por qué tanto secretismo? ¿Qué hay de cierto en el
presunto acuerdo secreto de los gobiernos del mundo con un tercero
en la sombra, con objetivos que jamás se han dado a
conocer?
Llegados a este
punto hay que reseñar que, aunque oficialmente se hayan encargado de
desprestigiar este fenómeno tildándolo de “leyenda urbana”, su evidencia
es ya tan incuestionable que, o bien este asunto se
les ha ido de las manos (algo bastante improbable), o bien están interesados en
que, cada vez, seamos más los habitantes del Planeta que vayamos
“familiarizándonos” con esta inquietante realidad.
En este sentido,
se calcula que sólo en torno al
10% de la población mundial
es consciente de este fenómeno, mientras el resto, continúa absorta en
la ignorancia, o lo que es peor, convencida de que se trata de una invención
conspiranoica, sin imaginar siquiera, lo que podrías estar haciéndose con ellos
(al respecto, el primer Congreso Internacional sobre chemtrails
se celebró en
Bélgica el 29 de mayo de 2010,
mientras que sólo 50 personas acudieron
en Madrid el pasado 17 de abril de 2011 a la concentración convocada
exigiendo explicaciones sobre los chemtrails).
Después de haberte aportado estos pocos, pero creo que esclarecedores datos, te rogaría solamente una cosa: no te creas nada de lo que te he contado pero, a cambio, deja a un lado tu indiferencia y, cuando salgas a la calle un día soleado cualquiera, o en el atardecer de una tarde noche limpia de nubes, simplemente observa al Cielo y, posiblemente, los verás; y si no fuera así, no te preocupes demasiado e inténtalo varias veces más, te aseguro que no te será difícil visualizarlos.
Tenemos una labor
por delante consistente en dar a conocer al máximo número de
personas posibles y por todos los medios a nuestro alcance, la conspiración a
la que estamos siendo sometidos, poniendo a
disposición de nuestros interlocutores, todas
las evidencias de que tengamos noticia, con el fin de que comprueben, ellos
mismos, la veracidad de los datos que les aportamos.
A partir de ese
momento, has adquirido una gran responsabilidad,
porque ahora ya
sabes lo que está sucediendo, de
manera que de ti dependerá que circule esta información,
única manera que tenemos para exigir que nos expliquen lo que ya no pueden
ocultar.
De ti
depende que podamos detener esto.
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