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22.10.14

Todo es energía y todo es susceptible de ser consumido según nuestro patrón energético lo requiera

TRANSMUTACIÓN : COMO INFLUYE TU ENERGÍA EN LA MATERIA

La transmutación es una gran desconocida a pesar de lo mucho que es usada en nuestro día a día. No somos conscientes de la capacidad que albergamos y como podemos sacar provecho de ella. Todo es energía, ese principio básico que generalmente pasamos por alto. Nos centramos en la materia, la tocamos, la acumulamos y la poseemos como un bien preciado, pero no lo consideramos como lo que realmente es, energía. Somos energía, este otro principio que va ligado y solapado al anterior, describe de una forma básica y muy concreta lo que somos, energía simple y llanamente. Caemos en el error por creernos seres pensantes e inteligentes, que somos algo más que una simple aleación química, animada por impulsos electromagnéticos. El cuerpo físico no es mas que esto, de esta ecuación por supuesto, no descartaremos la conciencia o alma que es también energía, y que es la que habita en ese vehículo para desenvolverse por nuestro entorno o densidad.

Toda esta energía esta polarizada, esto quiere decir, que en esa energía conviven dos polos, positivo y negativo. Como entes energéticos que somos, utilizamos la energía a nuestro alcance para alimentarnos, ya sea a través de luz, aire, agua (líquidos) y alimentos. Todas estas formas de energía intervienen en el proceso químico, que activa el proceso regenerativo. La maquina física, es sometida a un desgaste y un consumo energético, y esa misma maquina, esta preparada para auto regenerarse y auto abastecerse a través de distintas formas de energía, todas ellas en conjunto o de forma individual. Todo es energía, y todo es susceptible de ser consumido según nuestro patrón energético lo requiera.


La energía que nos rodea, da igual la forma y la densidad que tenga, no es estática, está constantemente emitiendo y recibiendo energía y mantiene un constante fluir. Esta
energía fluye a distintos ritmos o frecuencias, según su densidad física, por lo tanto no
fluirá a la misma velocidad un mineral que el vapor de agua, por ejemplo. Esta energía,
esta en constante movimiento y en constantes ciclos de polarización, pero esta
polaridad puede ser variada a nuestro antojo, es lo que se llama el principio de
transmutación. Esta capacidad de cambiar la polaridad energética de la materia que nos rodea, es innata en todos nosotros y operativa al ciento por ciento. Imprimimos en todo aquello que hacemos nuestra energía, emitimos una frecuencia energética altamente polarizada, y esta polarización la controlamos a través de las emociones.

Con nuestros sentimientos cambiamos la polaridad del flujo energético que emitimos y dejamos esa impronta en aquello que nos rodea y por ende en aquello que consumimos. La tradición ha dejado impresa, el modo de transmutación que hemos adquirido y aprendido, como meras costumbres con el paso del tiempo, restándole importancia a este hecho. El rito de bendecir la mesa, por ejemplo, es un modo de purificación y de transmutación energética de los alimentos, que están por consumir, emitiendo un sentimiento positivo como es la gratitud en el alimento (energía) que vamos a consumir, evitamos que cualquier energía negativa que este lleve, sea consumida y así evitar que esta nos enferme o nos perjudique de algún modo. Este rito que se ha apropiado la religión y que hemos desechado por creerlo supersticioso o ridículo, tiene una importancia vital a la hora de practicar un proceso tan importante como es el de la alimentación, provocando que el alimento, sea de la procedencia que sea, lleve impresa nuestra energía y entre en consonancia con nuestro ritmo frecuencial y no sometamos al cuerpo a un sobre esfuerzo a la hora de metabolizar esa energía.

La transmutación esta continuamente usándose en cada una de las cosas que hacemos, cuando actuemos, estaremos imprimiendo nuestra energía en todo aquello que tocamos, si nuestra actitud en negativa, estaremos emitiendo ese tipo de energía e imprimiéndola en todo aquello que hagamos, transmutando automáticamente la energía que nos rodea y que fluye a nuestro alrededor, lo que tocamos, lo que comemos, lo que bebemos, todo cambiara para adaptarse a la frecuencia energética que recibe. Si por el contrario emitimos energía positiva, todo nos será propicio y se transmutará automáticamente según nos acerquemos e imprimamos nuestra energía en ello.

La iglesia es la que mas utiliza la transmutación en su liturgia, el agua bendita por ejemplo, es un liquido salado (antiguamente agua de mar) transmutado con una liturgia que imprime en ese liquido un sentimiento positivo y purificador. Nosotros podemos bendecir nuestra agua antes de consumirla, imprimiéndole un sentimiento altamente positivo, lo que purificara y eliminara toda negatividad que esta albergue (ojo no la potabiliza, ni elimina el fluor o el cloro, los químicos requieren un proceso mas complejo, si el químico no es compatible con la estructura química del cuerpo, irremediablemente este te enfermara). Otro derivado de la transmutación usado por la iglesia es la transustanciación, esto transmuta la sustancia energética de la materia con un origen a otro distinto, como por ejemplo en la liturgia en la que se transustancia el pan y el vino en carne y sangre, tras esta operación, aunque tu tomes esas energías como pan y vino (a veces agua), en realidad estarás consumiendo carne y sangre, elementos que son mas propios de misas negras o rituales de magia ocultista.

Es muy popular el experimento de cocer el arroz y etiquetarlo en recipientes separados con palabras como amor y odio, el recipiente con la palabra amor se conserva mas tiempo, que el que porta la palabra odio, que se corrompe mucho antes. Esto es un ejemplo muy básico de cómo funciona la transmutación, en ambas etiquetas imprimimos sentimientos altamente polarizados que afectan al elemento energético de su interior, apropiándose y contaminándose de la energía emitida e impresa en esas etiquetas. Este experimento se puede llevar a cabo con todo tipo de elementos o aplicarlo en nuestro día a día a la hora de almacenar nuestros alimentos, etiquetándolos con impresiones positivas nuestras.

Otra de las formas mas usadas de transmutar la energía es cuando en un ejercicio compasivo y de amor, meditamos, oramos o pedimos, por un bien global o humanitario, por una causa altruista y de paz. La emisión de estos sentimientos positivos lanzados al cosmos con la intención de contaminar con esta energía, no solo nuestro entorno, si no la conciencia global, y la energía que fluye a través del planeta, pero no siempre estas energías terminan donde proyectamos y por regla general y sobre todo en fechas claves donde existen rituales de carácter negativo (11.11.11, 7.7.7, 12.12.12, etc.) esas energías positivas de amor y buena voluntad, son trasmutadas y polarizadas en negativas y usadas para crear caos, confusión y terror. Es mejor evitar las meditaciones masivas o los centros en los que las energías fluyen libres y son susceptibles de ser recogidas y transmutadas (Reiki o Yoga) esto también ocurre en grandes centros de peregrinación, como el Vaticano o La Meca, donde no solo nuestras energías son usadas como sustento, sino como motor para lograr sus objetivos, provocando que las entidades de carácter positivo que están trabajando para evitar esos conflictos, fracasen.

Los símbolos son también formas de energía que son susceptibles de ser transmutadas. Estamos acostumbrados a que las élites y el poder en general utilicen multitud de símbolos y los utilicen allí donde lo requieran, en banderas, escudos, anagramas… símbolos en los que imprimen una energía y se utilizan con un uso muy  concreto y preciso. Nosotros no solo podemos, si no que debemos utilizar nuestra capacidad de trasmutar la energía para transformar esos símbolos negativos o contrarios a nuestros intereses, e imprimirles nuestra propia energía, hay símbolos para los que no tenemos desarrollada totalmente nuestra capacidad y es mejor evitar, también nuestros programas a nivel subconsciente nos impiden trasmutar totalmente un símbolo cuando nos topamos con el. Los símbolos más difíciles de transmutar habitualmente son los invertidos, nuestra programación inconsciente, nos dicta que invertido es negativo y por lo tanto malo, por lo cual, nuestro subconsciente jugara en
nuestra contra y evitara que la transmutación sea correcta y eficiente.

Números, letras y geometrías, están a nuestro servicio para crear nuestros propios símbolos, ya sean en solitario, combinados o en series, si creamos y utilizamos nuestros propios símbolos, imprimiéndoles la energía y la capacidad que deseemos, estos funcionaran y cumplirán su cometido. Ya sea como amuletos protectores, como canalizadores de energía positiva o como medio para atraer lo que deseemos, estos símbolos serán una herramienta que no solo esta al servicio de las élites, si no también a nuestro servicio. Podemos para empezar, tomar una forma geométrica, circulo, triangulo, la que queráis (evitar los cuadrados y los cubos ya que atraen la negatividad), elegir un numero maestro (los números maestros son del 1 al 9) o añadir una letra. Se puede dar una energía a cada símbolo por separado y posteriormente combinarlo todo, por ejemplo, protección y atracción. Una vez diseñado el símbolo y transmutar su energía, se coloca o se imprime allí donde queremos que sea efectivo, como protector, atrayente de positividad, luz o como repelente de negatividad. No debemos nunca diseñar un símbolo para perjudicar a terceros ya que esto tiene consecuencias. Debemos tener en cuenta que la energía fluye y no permanece impresa en nuestro símbolo por siempre, si queremos que este siga siendo efectivo, deberemos mantener ese sentimiento impreso en él.

Tenemos que empezar por hacernos conscientes que somos un manantial de energía, que no solo recibe, si no que también emite y que esa energía que emitimos deja su impronta en aquello que trabajamos o que consumimos. Una de las cosas que provocaron la desconexión de la energía del alimento que tomamos, fue a partir de la utilización de herramientas metálicas (cubiertos) para alimentarnos. Al eliminar el contacto con las manos evitaron que transmutáramos por contacto, los alimentos que consumíamos. Con la utilización de cubiertos metálicos o de plástico, no solo se evita el contacto con el alimento, si no que se evita que imprimamos con nuestra energía y trasmutemos ese alimento con nuestra impronta adecuándolo a nosotros y propiciando una mejor asimilación. En oriente por el contrario, se usan herramientas de madera (palillos) que propician que fluya nuestra energía a través de ellos y mejorar el estado energético de ese alimento adecuándose automáticamente a nuestra polaridad. Algo que elimina cualquier tipo de escepticismo, es que los niños no precisan aprender a comer si lo hacen con las manos, ellos instintivamente usaran sus manos para llevarse el alimento a la boca y les costara adaptarse a la costumbre de usar herramientas para comer, algún demagogo tabernario dirá que ese instinto nos viene de cuando éramos monos… los que fueran monos, claro.

El caso, es que introducimos energías en nuestro organismo, sin haberlas transmutado y adaptado a nuestra frecuencia previamente, ya sea a través del alimento, los líquidos o el aire, estamos siendo acosados constantemente por formas de energía incompatibles con nuestra frecuencia vibracional, lo que nos agota y nos termina enfermando. Estas energías densas y negativas no nos perjudicarían tanto si aprendiéramos a transmutarlas y adaptarlas a nuestra frecuencia vibracional. Nuestras emociones, son emitidas y recogidas por formas de energía material y transformadas por contacto por nuestra frecuencia energética, no quiero decir que comamos con las manos, esto socialmente no esta aceptado y acabaría por causarnos algún que otro problema, pero podemos etiquetar la comida o el recipiente donde tengamos el agua, podemos aplicar un sentimiento positivo antes de su consumo o cubrir ligeramente el plato con nuestras manos e inyectar nuestra energía en el. Tu intuición te dirá cual es la forma correcta y el modo por el cual operar a la hora de consumir energía.


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