IDEAS PARA CAMBIAR EL MUNDO (XI)
Propuestas y
Reflexiones de los lectores …
Desde mi
punto de vista, cambiar el mundo es como si yo quisiera convertirme en una
cirujana, pero no en una cirujana cualquiera, sino en la mejor cirujana.
¿Podría ser yo la mejor cirujana del Planeta? Claro que sí, por poder podría.
Pero no me bastaría con estudiar medicina o pasar miles de horas trabajando en
un quirófano. Necesitaría dosis muy grandes de vocación, pasión y empeño para
llegar a serlo. Necesitaría estar dispuesta a todo por aprender, avanzar y
curar mejor a otras personas, aunque a veces no me quedara más remedio que
hacerlo a base de prueba y error y ello implicara, inevitablemente, perder a
algunos de mis pacientes.
Mi abuelo
solía decir algo como “no llamemos utopía a aquello que no hacemos simplemente
porque no nos da la gana hacerlo”. Hemos creído que cambiar el mundo es una
“utopía”, que es imposible alterar el orden de las cosas. Que es un sueño de
locos idealistas. Sí, todos más o menos hacemos lo propio para aportar el
granito de arena, para hacer de este mundo un lugar un poquito mejor… Pero
nadie cree firmemente que se pueda cambiar el mundo, que se pueda acabar con
las injusticias, decimos “es lo que hay”. Nos ponemos miles de excusas. Y ese
el primer obstáculo que hay que salvar: tenemos que tomar conciencia de que
verdaderamente se pueden hacer muchas cosas que tengan un impacto positivo
sobre nuestro mundo. Los seres humanos hemos construido aparatos que alcanzan
los confines del espacio exterior, encerramos una capacidad creadora y una
chispa de divinidad en nuestro interior… ¿Cómo no vamos a poder lograr un mundo
en paz con nuestros semejantes?
El siguiente
paso es darnos cuenta de que cambiar el mundo no se consigue de un día para
otro, de que es un proceso lento en el cual dejaremos esfuerzo, recursos,
empeño e incluso vidas humanas sin que podamos ver directamente los resultados.
A menudo puede resultar incluso duro y desesperanzador. Por eso es tan
importante tener un convencimiento muy fuerte, y recuperar dos conceptos que el
sistema nos ha robado y ha manipulado totalmente su significado: trabajar y
servir. Trabajar no en el sentido de “tener un contrato de trabajo”, sino en el
sentido de luchar, sacrificarse, crear, mejorar, desarrollar y desarrollarse; y
servir no en el sentido de “complacer las exigencias de un superior” sino en el
sentido de ser útil para los demás y aportar desinteresadamente a nuestros
congéneres o a nuestro Planeta.
Por último,
cada vez creo menos en la solución del “héroe”, del gran líder que haya de
guiar a las ignorantes y aborregadas masas para cambiar el mundo. Si bien en la
Historia ha habido revoluciones personalistas que han logrado avances, por
desgracia estas causas siempre terminan siendo desvirtuadas y a veces incluso
se vuelve al punto de partida. Sin negar que hay personas con mayor capacidad
de orientar a los demás y asumir responsabilidades, para cambiar el mundo las
masas tienen que ser conscientes, activas y críticas; cada ser humano debe
emprender una revolución interior y darse cuenta de su propia capacidad de
influir sobre la realidad en la que vive. Pienso que depositar toda confianza
en un líder todopoderoso que solucione todos nuestros problemas tiene cada vez
menos sentido.
Librepensadora
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