EL DÍA EN QUE TUS SUEÑOS DEJEN DE SER TUYOS
Estimado lector o lectora, debe saber que, en estos
momentos, mientras usted está leyendo estas palabras con toda tranquilidad,
“ahí afuera” hay un grupo de dementes peligrosos que conspiran para destruir
todo aquello que usted debería considerar sagrado e inviolable.
No, no estamos hablando de malvados terroristas que ponen
bombas o tratan de destruir los pilares de la “democracia occidental”.
Dejaremos esa tarea propagandística a los medios de masas al
servicio del poder; al fin y al cabo, para eso les pagan.
Aquí estamos hablando de un grupo de gente muy diferente;
personas cultas, formadas, y extremadamente inteligentes que trabajan ardua y
obsesivamente por introducirse en nuestra mente y reventarnos desde dentro.
A pesar de ser unos locos inconscientes, incapaces de
percatarse de las terribles consecuencias que tendrán sus actos para el futuro
de la humanidad, la sociedad les tiene un enorme respeto y admiración y
comúnmente los llamamos “científicos” y en este caso más concreto,
“neurocientíficos”.
Hemos podido saber de uno de ellos y de sus maravillosas
investigaciones y proyectos. Se trata del doctor Moran Cerf, profesor de neurociencia
y negocios de la Universidad Northwestern, que este pasado febrero realizó una
charla en la conferencia TED con las siguientes palabras:
“Pasamos la doceava parte de nuestra vida soñando. Y la
mayor parte de ella está olvidada ¿Y si pudiéramos mirar dentro de nuestro
cerebro y ver nuestros sueños? Tal vez incluso darles forma…”.
“Soy neurólogo”, continuó el Dr. Cerf, “y estudio cómo
funciona el pensamiento dentro del cerebro”
Cabe destacar que Cerf es una persona con una enorme
inteligencia. Se licenció a los 24 años en Física y Filosofía por la
Universidad de Tel Aviv. Luego sacó un doctorado en neurociencia en la Caltech,
a los 31 años.
Al año siguiente, Cerf y un equipo de científicos publicaron
un estudio sin precedentes que demuestra que es posible que los seres humanos
puedan controlar su propia actividad neuronal en el lóbulo temporal.
Pero debido a la naturaleza de la investigación y a cierta
confusión en las declaraciones, muchos se preguntaron inmediatamente si Cerf y
su equipo podrían grabar los sueños.
“Para ser claros”, explicó Cerf en su charla en TED. “Mi
trabajo no tiene nada que ver con grabar los sueños de la gente”
Sin embargo, las investigaciones de Cerf podrían ir en una
dirección aún peor que esa.
“Yo estudio el cerebro de una manera poco tradicional”,
afirmó Cerf durante su charla.
“Estoy parcialmente inspirado por mis antecedentes. Antes de
ser neurólogo, era hacker informático. Solía entrar en bancos e instituciones
gubernamentales, para probar su seguridad”.
Según Cerf, él y un equipo de 3 compañeros se dedicaban a
robar pequeñas cantidades de dinero de los bancos (entre 1000 y 10000 dólares
por semana) y posteriormente se presentaban en las oficinas bancarias para
demostrarles que habían violado su seguridad y ofrecerles sus servicios para
protegerse de otros hackers.
A primera vista, podría parecer que Cerf era un tipo rebelde
que atacaba a los grandes bancos y se aprovechaba de ellos, una especie de
Robin Hood…pero en realidad lo que pretendía era convertirse en un mercenario
muy bien pagado por las grandes corporaciones cuya seguridad conseguía violar.
Esto ya habla muy claramente del tipo de persona que es este
Cerf y de cuáles son sus valores morales.
La cuestión es que durante el resto de la presentación, Cerf
explicó cómo utiliza las técnicas que aprendió como hacker para “espiar en los
cerebros de los pacientes mientras están despiertos”
Para ello, Cerf se asoció con neurocirujanos de todo el
mundo, en busca de pacientes sometidos a un tipo específico de cirugía
cerebral. Necesitaba sujetos cuyos cráneos estuvieran abiertos, con el cerebro
expuesto y conectado a electrodos, y con el paciente consciente y comunicativo.
Sin embargo, parece que las investigaciones de Cerf y de su
equipo, que en principio tienen una apariencia de pura investigación
científica, están más próximas a la búsqueda de una manipulación cerebral que a
otra cosa.
No en vano, durante su charla en la TED, Cerf describió uno
de los logros de su equipo, que consistió en conseguir que alguien soñara una
secuencia de imágenes, de la misma manera como se le había mostrado
anteriormente mientras estaba despierto.
En uno de los últimos apuntes de su conferencia, Cerf
explica cómo él y su equipo consiguieron enseñar con éxito a una computadora a
traducir razonablemente los sueños de alguien en una secuencia lineal: “y esto
nos llevó a pensar en la posibilidad contraria: a cambiar los sueños mientras
estás dormido”.
Es decir, en estudiar la manera de manipular los sueños de
la gente, algo sobre lo que Moran Cerf y su equipo están trabajando.
Para alcanzar todos estos objetivos y ganar gran cantidad de
dinero con ello, Cerf dispone de su propia empresa privada de consultoría e
investigación, llamada C-LAB.
Algunos de los proyectos de investigación en curso en C-LAB
(de los que hablan públicamente), incluyen “influir en las decisiones que
tomamos durante el sueño”.
De hecho, en su conferencia en el TED, Cerf advirtió que:
“Principalmente, podemos influir en los sueños de la gente mientras duermen,
haciéndoles recordar mejor cosas durante el sueño, o incluso inyectando
contenido en sus sueños y recuerdos”.
Sí, suena terrorífico, como sacado de una novela de Philip
K.Dick: inyectar contenido en nuestros sueños, algo parecido a lo que hemos
visto en películas como Total Recall o Inception y que en su momento nos
parecieron una fantasía irrealizable.
Bien, pues “ahí afuera” hay gente trabajando seriamente en
ello.
Otro proyecto de C-LAB, lleva el nombre de “Regulación
emocional en los seres humanos” y pretende “probar la capacidad de los seres
humanos para controlar sus emociones”.
Para ello, los investigadores “usan electrodos incrustados
en el interior de los centros de control de las emociones del cerebro de
personas sometidas a neurocirugía y ponen a prueba su capacidad para controlar
sus emociones observando profundamente en el interior de las sensaciones de su
cerebro”.
Los chicos jóvenes,
geniales y tope de informales que trabajan en el C-LAB…
no pueden hacer nada
malo, porque no llevan corbata
Otro de los proyectos impulsados por C-LAB, es presentado
bajo el nombre de “decisiones voluntarias y libre albedrío”.
El estudio utiliza “electrodos incrustados en el cerebro de
los pacientes sometidos a neurocirugía para probar su toma de decisiones y
predecir las decisiones que van a tomar antes de que ellos mismos sean
conscientes de la decisión”.
Si a estas alturas a ustedes todo esto no les da
escalofríos, es que quizás les encanta la idea de que alguien se introduzca en
sus mentes y les convierta en marionetas biológicas.
En enero, la revista Fortune publicó un artículo titulado
“Por qué ya has tomado una decisión acerca de Donald Trump”, en el que Cerf
opinaba sobre el asunto. En ella, Cerf venía a explicar cómo la neurociencia
demuestra que la gente realmente no cambia de opinión sobre los candidatos
políticos una vez que ya ha tomado la decisión de a quién votar.
Pero el meollo del asunto estaba en los párrafos finales de
sus comentarios en el artículo.
Hablando sobre el uso de la neurociencia como método de
investigación de mercados, Cerf decía lo siguiente:
“Ciertamente, la recolección y el análisis de la actividad
cerebral, como hemos hecho en investigaciones sobre trailers cinematográficos y
anuncios, es caro y requiere conocimientos de neurociencia. Sin embargo, es
fácil ver por qué razón recolectar los datos directamente del cerebro podría
resultar especialmente eficaz, si lo comparamos con la recolección de opiniones
subjetivas mediante encuestas. Los datos obtenidos directamente del cerebro
podrían mostrarnos qué mensajes son más efectivos y en qué momento lo son más.
Eso, a su vez, podría servir para informar a los candidatos, a los vendedores
de un producto o a otras personas que traten de influir en los votantes o
consumidores, para que aprendieran a presentar la información de manera que
cause un mayor impacto e influencia sobre ellos”.
“Para cualquier ‘campaña’ política o comercial, en la que
hay una gran inversión (como por ejemplo, en un anuncio en la próximo Super
Bowl, donde cada segundo extra aumenta el precio por millones de dólares), los
datos obtenidos directamente de la lectura cerebral podrían resultar mucho más
útiles que cualquiera de los obtenidos por métodos de encuesta tradicionales”
De hecho, toda una subdivisión de C-LAB está investigando en
el floreciente campo del neuromarketing y en la inmensa cantidad de dinero que
se puede obtener de ello.
Sin embargo, y tal y como Cerf admite abiertamente en su
artículo en Fortune, “la recopilación y el análisis de la actividad cerebral
resulta cara”, lo que lleva a preguntarse: “¿quién está financiando las
investigaciones de Cerf?”
Pues bien, da la casualidad que uno de los seis
patrocinadores de C-LAB es DARPA, la Agencia de Proyectos Avanzados de
Investigación de Defensa del Pentágono, cuyo historial de investigación
experimental y asistencia a los mejores proyectos militares secretos está más
que documentada.
De hecho, podríamos calificar a DARPA como el monstruo en la
sombra que está alimentando las principales investigaciones que se realizan en
el mundo para decodificar el funcionamiento del cerebro y sentar las bases del
control mental del futuro.
Parece ser uno de los principales objetivos de DARPA, sino
el principal: aprender a controlar nuestras mentes desde dentro.
Así pues, quedan claras las conexiones, por si a alguien aún
le quedaba alguna duda: ya saben quién financia las investigaciones de C-LAB
orientadas a manipular nuestros cerebros e introducirse en nuestros sueños.
Hay un buen número de científicos, dotados de generosos
fondos, que en estos momentos están trabajando a destajo para conseguir entrar
en nuestros cerebros y manipularnos desde el interior de nuestra propia mente.
De hecho, están literalmente obsesionados con ello.
Y por su culpa, empieza a atisbarse un futuro infernal, en
el que ya no sabremos distinguir qué pensamientos han sido generados por
nuestra propia mente y cuáles han sido inducidos desde el exterior.
No hace falta ser demasiado fantasioso para ver que pronto
(si es que no lo pueden hacer ya), podrán introducirnos ideas o conceptos en la
cabeza sin que nos demos cuenta, e inducirnos con ello a tomar decisiones
determinadas o a realizar cualquier tipo de acción: desde comprar un
determinado producto o votar a un candidato concreto, hasta cometer crímenes o
suicidios.
Viendo los avances que se hacen públicos al respecto (y por
lo tanto, intuyendo los que se ocultan), ¿alguien es capaz de negar la
posibilidad de que algunas personas no sean utilizadas como conejillos de
indias y se les induzca a cometer determinados actos sin que ni ellas mismas
sepan por qué lo han hecho?
Si los primeros casos no se están produciendo en estos
momentos, al menos sabemos que hay gente que públicamente, nos dice que están
trabajando en conseguir algo muy parecido.
Quizás no tardemos demasiados años en ser bombardeados
mientras dormimos con anuncios de productos, que a modo de Product Placement,
se incorporen en nuestros sueños, quizás induciéndonos a sentir sabores de
productos como bebidas o galletas, o olores de perfumes, para que al despertar
corramos a la tienda a comprarlos.
Hasta podemos imaginarnos comprando sueños antes de ir a
dormir, como quien compra una película de pago, con el fin de garantizarnos que
aquella noche seremos protagonistas de una gran aventura mientras estamos
dormidos, lejos de esos confusos, aburridos y aleatorios sueños que tenemos de
forma natural.
Por una noche podremos ser héroes de acción, ganar la final
de la Champions League, embutidos en el cuerpo de un jugador de leyenda o
convertirnos en máquinas sexuales que cumplen todas sus fantasías
irrealizables.
Y para aquellos que no se lo puedan pagar, sueños aleatorios
manchados de anuncios incrustados y alguna que otra pesadilla inducida, para
generar el miedo necesario entre la población y que al despertar supliquen un
poco más de protección y control a las compañías de seguridad privadas,
contratadas por los correspondientes gobiernos.
Sí, hace años nos habría parecido una idea propia de una
pesadilla distópica, pero es una realidad: en la actualidad hay gente que está
investigando la manera de meterse en nuestros propios sueños y manipularlos.
Pero los sueños tienen una función en el mantenimiento de
nuestra salud mental, dejando que nuestro inconsciente se manifieste.
Cuando la libre expresión de nuestro inconsciente quede
taponada por una influencia externa, (como parecen pretender gente como Cerf
con el desarrollo de estas tecnologías invasivas de la mente), castrarán con
ello la capacidad de autocuración de nuestra psique, impedirán el pleno
desarrollo de nuestro propio YO y nos convertirán así en seres más manipulables
y planos, y posiblemente, nos harán más propensos a la enfermedad mental.
Pero nadie debe alarmarse, podemos estar muy tranquilos:
podremos atiborrarnos con los mejores medicamentos psiquiátricos para tratar
todos nuestros trastornos.
Y todos serán indiscutiblemente buenos y saludables, porque
los habrán fabricado señores vestidos con batas blancas.
Lo que queda claro es que durante mucho tiempo, los más
poderosos, ávidos como siempre han estado por obtener un control total sobre la
población, han tratado de manipular nuestra mente desde el exterior, intentando
derribar los gruesos muros de nuestra psique como quien asalta un castillo.
Pero ahora, gracias a tipejos inconscientes como Cerf y toda
una amplia colección de neurocientíficos, que trabajan obsesivamente por
dinamitar esos muros desde dentro, sus estimados amos podrán penetrar en el
castillo de nuestras mentes sin esfuerzo y podrán apropiarse de aquello que
tiene más valor, hasta convertirnos en unos esclavos psíquicos que ni tan solo
seremos dueños de nuestros pensamientos y sensaciones.
Otro paso más hacia la completa destrucción de la conciencia
individual.
Lo peor del asunto, sin embargo, es que para las personas
nacidas en el momento actual y para aquellos que nazcan en el futuro inmediato
y sucesivo, todo esto no significará ningún trastorno, sino una normalidad.
Los únicos que lo veremos como una monstruosidad, seremos
todos los que hayamos nacido o crecido en el viejo mundo analógico…ese lugar
“primitivo y bárbaro” donde las personas aún tenían que hacer el ejercicio de
imaginar o visualizar por sí mismas (incluso cuando se masturbaban) y en el que
los “pobres” niños jugaban con muñequitos y convertían en el interior de sus
mentes una caja de cartón en un rascacielos.
Pero no seremos ningún problema para la “máquina”: al fin y
al cabo seremos el último aliento de un mundo moribundo, seres obsoletos sin
importancia ni futuro; y en todo caso, ante la remota posibilidad de que
llegáramos a rebelarnos, probablemente estarán planeando para nosotros algún
tipo de “tratamiento” especial preventivo.
El nuevo paradigma que está naciendo no puede permitirse que
sobrevivan los viejos gérmenes y contaminen los nuevos cultivos, libres ya del
peligroso patógeno de la expresión de la conciencia individual.
Todo esto puede parecer muy exagerado o paranoico, pero es
una realidad que poco a poco se va haciendo tangible a nuestro alrededor y que
cualquier persona puede descubrir en cualquier revista de divulgación
científica o tecnológica.
Sin embargo, la gran mayoría de personas, incluso muchas de
aquellas que pomposamente se autocalifican como “despiertas”, aún no se da
cuenta de que estamos asistiendo a los últimos días del ser humano, tal y como
lo hemos conocido hasta ahora.
Está naciendo algo diferente…y no tiene nada de bueno, por
más que traten de hipnotizarnos con la vieja cantinela del supuesto “progreso
tecnológico” y la “imparable evolución humana”.
Pero lo peor de todo, no es que pueda llegar a desaparecer
lo que somos en la actualidad a nivel humano.
Lo realmente triste es que desaparecerá lo que podríamos
haber llegado a ser…
GAZZETTA DEL APOCALIPSIS
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