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4.1.17

Funciona como una gran rueda, similar a la llamada rueda del karma

EL PROGRAMA INCONSCIENTE COLECTIVO                           

Las personas que “han entregado su voluntad a Dios”, o que han dejado de “dudar” para adherirse a la “fe” y califican a otros de arrogantes por considerar que no son una criatura creada por dios e ignorantes por ser libres pensadores; llámense cristianos, musulmanes o budistas, conforman la gran parte de la población humana cuyas consciencias giran en círculos, sin expandirse, atrapadas en el “programa”. Este programa reside en el llamado “inconsciente colectivo”.
Cuando los Wachowsky crearon esa obra de arte llamada Matrix, tal vez no eran conscientes de la revolución que iban a producir… o tal vez sí. Fue una de esas tantas “filtraciones” inexplicables que provocaron un quiebre en la conciencia de mucha gente. Los que estábamos ligados a un budismo profundo (alejado del institucional) no fuimos tan sorprendidos. Sin embargo, no seamos ilusos, si no había en nuestro interior algo “abierto” y no había una búsqueda de explicaciones, la película pasaría como una ciencia ficción más… y eso sucedió con la mayoría de las personas.

El “creyente” no puede soportar la existencia de una creencia diferente y es por esto que trabaja en la difusión de la suya. El libre-pensador “debería” difundir la idea de no aferrarse a creencias y estar siempre en la búsqueda de respuestas.

El problema más grande reside en la capacidad camaleónica de los creyentes judeo-cristianos, que pueden aparecer como cualquier tipo de pensador; pero que siempre terminan esgrimiendo la obediencia o entrega a Dios o a Jesucristo, su hijo. Estos son los “antivirus” más gruesos del sistema, pero no los más efectivos.


El programa que rige el inconsciente colectivo, funciona como una gran rueda, similar a la llamada rueda del karma o samsara; está pensado para “recoger” a todo el que encuentre en el camino y llevarlo en círculos.

Por ejemplo, al morir nuestra memoria es borrada, porque eso asegura que comenzaremos desde cero haciéndonos las mismas preguntas, las cuales nos demoran lo suficiente como para que la muerte nos sorprenda antes del despertar.

El personaje de la pelicula Matrix que traiciona a su grupo y acepta que le borren la memoria, es el ejemplo de un “recesivo”, alguien que no soporta el peso de la verdad y elige volver a la rueda samsárica.

Pero si no lo haces voluntariamente, es posible que algún suceso o simplemente el agotamiento, te lleven a ser recesivo. Y esta es la mejor arma del programa, la consciencia pesa tanto que a veces se elige la ignorancia.

Esto es similar al ex-combatiente que luego de muchas batallas, se retira  a las montañas a vivir en una cabaña, lejos de las noticias y el mundanal ruido.

Pero, aún cuando ninguno de estos ejemplos sean aplicables a nuestras vidas, tenemos siempre el motor normal generalizado de la existencia: es lo bastante monótona y aburrida como para agotar a cualquiera. El trabajo, el tráfico, el supermercado, los precios, los impuestos y hasta la propia familia: complicación sobre complicación que van drenando nuestra energía vital.

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