LAS CRIPTOMONEDAS Y LOS BANCOS CENTRALES
Como
ya venimos advirtiendo desde hace tiempo, el desarrollo de la
tecnología es la base para la instauración del Nuevo Orden, más
allá de las luchas geopoliticas que estemos viendo. Lo advertíamos
en el artículo titulado 2
EJEMPLOS QUE MUESTRAN QUE RUSIA Y CHINA “NO SON LA ALTERNATIVA”,
por poner un ejemplo.
Al
respecto, cabe destacar que paralelamente, se está desarrollando un
discurso falsario en los medios alternativos desde hace años, cuya
función principal es desviar la atención y generar falsas
esperanzas y expectativas, para que gran cantidad de gente que se
autocalifica de “despierta”,
se trague la patraña de que hay un cambio o una rebelión contra las
élites.
Es
la manera de conseguir que esas masas de personas potencialmente
rebeldes, se crean que han ganado la batalla y acepten las bases del
Nuevo Orden.
Pero
nada más lejos de la realidad.
Es
todo falso y muchas de las maniobras que parecen ir contra
las “élites
malvadas que controlan el mundo” ya
había sido previstas y calculadas con anterioridad por esas mismas
élites, que están diseñando el Nuevo Orden.
De
la misma manera que existen gran cantidad de medios alternativos que
repiten las mismas letanías engañosas destinadas a hacernos creer
la burda falsedad de que Trump es un “enemigo
de las élites”,
gran cantidad de esos mismos medios alternativos, nos han inoculado
durante años la idea de que todo el poder de esas élites radica en
el control de los bancos centrales y la emisión de moneda.
Eso
era cierto en el viejo modelo que estamos a punto de abandonar. La
emisión de dinero fiduiciario y la generación de deuda, eran un
instrumento crucial para apoderarse de lo que tiene valor real: las
materias primas y todos los recursos naturales.
Pero
ese sistema de funcionamiento, dejará de ser aplicable en el futuro
que esas mismas élites están planeando. Y lo será por el
desarrollo tecnológico, que es, como ya hemos dicho tantas veces, la
clave que lo cambia todo y la fuerza que moldea las estructuras
socio-económicas futuras. El desarrollo tecnológico, combinado con
el aumento de población y la escasez de algunos recursos, no
permiten mantener en funcionamiento las viejas estructuras del
sistema.
Muchas
cosas van a tener que cambiar, para adaptarse a la nueva situación,
que viene planeándose desde hace tiempo. Los bancos centrales van a
desaparecer, o como mínimo, su poder se va a diluir paulatinamente.
Es
algo que ya está planeado desde hace tiempo y las bases están
siendo sentadas.
Por
lo tanto, no se crean las mentiras de los medios alternativos que les
digan que la caída de los bancos centrales es una “victoria
de los rebeldes” o
un “golpe
a las élites”.
Ya pueden adivinar de dónde sale ese discurso y qué función real
tiene.
Todos
sabemos que las criptomonedas son el futuro. Pero es de ingenuos
creer que son una casualidad que ha aparecido de repente como una
seta y ha pillado a los malvados banqueros centrales desprevenidos.
El
Bitcoin (cuya creación durante años ha estado rodeada de una
misteriosa neblina), ha sido un primer paso, un experimento global
para estudiar la instauración de las criptomonedas.
Una
vez estudiado como se desarrolla el asunto, cómo se aplica y cómo
responde la gente a este tipo de “producto”,
los bancos centrales serán los que se apoderarán de ello. Parecerá
que no regulan nada y que todo funciona solo, sin que “malvadísimos
banqueros lo controlen todo desde las sombras”.
Pero
no será así. Se establecerán nuevos modelos de control económico
y social, que harán obsoletas las viejas estructuras. Y China, que
es el campo de pruebas del Nuevo Orden a todos los niveles, nos lo
muestra bien claramente.
Esta
es una noticia que encontramos en Bloomberg, traducida por Sputnik…
EL
BANCO CENTRAL DE CHINA CREARÁ SU PROPIO “BITCOIN”
Mientras
que la moneda digital, Bitcoin, sigue batiendo nuevos récords
históricos, los bancos nacionales de los países en todo el mundo se
dan cuenta que representa un desafío. Pekín, por su parte, decidió
seguir la conocida máxima: si no puedes vencerlos, únete a ellos.
Al
organizar un grupo de investigación especial en 2014, el Banco
Popular de China se propuso introducir paulatinamente su propia
moneda digital, lo que convertiría al regulador chino en el primer
banco nacional en emitirla.
Actualmente,
el banco está estudiando varias criptomonedas ya existentes como el
bitcoin y otras, cuyo rasgo principal es su carácter
descentralizado, es decir, es casi imposible de controlar por las
autoridades financieras.
Pekín
intenta evitar ceder este mercado emergente a las empresas privadas
mientras que la población ya utiliza frecuentemente los pagos en
línea en todas las transacciones. Hoy en día la mayoría de los
chinos, para comprar una lata de cola, prefieren escanear un código
QR con sus celulares que insertar una moneda en una máquina.
La
introducción de la moneda digital por un banco nacional, no
importaría practicamente nada a los acostumbrados a los pagos en
línea, sin embargo, es sumamente importante para los vendedores, ya
que en vez de recibir dinero directamente de los clientes, podrían
obtener pagos digitales, bajando drásticamente los costos de
transacción.
Según
explica Duan Xinxing, vicepresidente de OKCoin, una de las mayores
casas de cambio de criptodivisas de China: “La
moneda digital garantizaría al Banco Popular de China la capacidad
de controlar riesgos en el sistema financiero y monitorear
transacciones a escala de toda la economía”.
Para
comprender mejor el modelo de mundo hacia el que nos encaminamos,
podríamos utilizar algo así como una metáfora visual.
Podríamos
definir el mundo en el que hemos vivido hasta ahora, como un enorme
complejo repleto de paredes, puertas, pasillos y salas. Un lugar
donde no teníamos libertad para movernos por donde quisiéramos.
Para acceder a una sala, siempre teníamos que franquear una puerta,
en la que debíamos pedirle permiso a un guardia y presentar el
pertinente salvoconducto.
Todo
estaba más o menos, delimitado y controlado “desde
arriba”,
por unos directores que nos daban instrucciones desde altavoces o nos
torturaban con largos discursos repletos de promesas. Con el paso del
tiempo, sustituyeron las rudas voces de los viejos carcamales
abusivos, por voces más próximas y simpáticas que nos hacían
sentir mejor y nos hablaban con más respeto…pero nada cambiaba en
realidad.
Ese
gran complejo delimitado por innumerables muros y estancias, era la
única forma de tener controlado al “rebaño
humano”,
porque no existía ninguna otra manera de conseguirlo debido a la
carencia de tecnologías de control eficientes.
En
él encontrábamos diferentes salas donde se fabricaban diferentes
productos, calderas donde se generaba energía, capillas donde
pedirle aliento a algún modelo de dios que nos aliviara la
desesperación y salas de cine donde disfrutar de las aventuras de
los valerosos guardias que nos controlaban y pegaban porrazos cuando
alborotábamos un poco.
Pero
el desarrollo tecnológico, está haciendo obsoleto ese viejo
complejo de elevados muros y guardias armados. Ya nada de eso será
necesario para controlarnos.
El
mundo hacia el que nos encaminamos, será como un gigantesco y
diáfano campo de concentración sin límites aparentes. El rebaño
humano estará confinado en un espacio abierto sin paredes ni
restricciones visibles, rodeado por una suerte de campo de fuerza. Y
dentro de los límites de ese campo de concentración, nos podremos
auto-organizar como nos dé la gana. O eso nos harán creer.
Tendremos
nuestras criptomonedas que parecerán funcionar solas y nuestras
impresoras 3D para imprimir los productos que nosotros mismos
diseñemos. Tendremos incluso nuestra paga de ciudadanía, para ir
sobreviviendo y trapichear entre nosotros, que caerá como maná del
cielo. Los policías y los guardias serán sustituidos por algoritmos
y cámaras ocultas, que nos ofrecerán una sensación de falsa
libertad. Estaremos más vigilados y controlados que nunca, pero sin
tener que cruzar la mirada con un rudo e intimidante guardia
uniformado de los de antaño. Cuando nos portemos mal, ya no vendrán
3 enormes policías a pegarnos porrazos, porque directamente “nos
fulminará un rayo”.
Las
ideas con las que nos organizaremos dentro de ese campo, nos
parecerán libres y propias. Pero jamás sabremos si son realmente
espontáneas, o si ese jovenzuelo vestido en camiseta y tejanos que
ha tenido la idea brillante, ha sido enviado allí desde fuera del
campo para inocularla al grupo y controlar nuestros modelos
organizativos.
Como
decíamos, dentro de los límites del “campo de confinamiento”,
nos podremos auto-organizar como nos dé la gana. Pero no porque
seamos más libres, sino porque se establecerá un nuevo modelo de
control social auto-gestionado y auto-confinado, solo posible gracias
a la alta tecnología.
Nos
dejarán auto-organizarnos, porque en realidad, todos los recursos
que necesitaremos para sobrevivir, provendrán del “exterior del
campo”. Las materias primas, la energía, la comida, incluso muchas
de las ideas, provendrán del exterior del espacio confinado. Hasta
la marihuana con la que fumarnos y olvidarnos de nuestras miserias.
Por
poner otro símil: hasta ahora, nos decían lo que íbamos a comer
cada día. Nos decían: “hoy
toca comer puré de patatas”. En
este nuevo modelo, nos dejarán cocinar libremente. Nos
dirán: “Cocínate
lo que quieras. Pero la carne, las verduras y el gas para cocinar, te
las traeré yo”.
(Es decir, implícitamente, nos dirán “y si te portas mal, te
quedarás sin carne, sin verduras y sin gas”).
La
cuestión es que nos harán creer, no solo que somos libres, sino que
encima somos chefs. Nuestra propia autogestión será la que generará
la ilusión de libertad.
Antes
queríamos derribar muros para escapar; y teníamos ese impulso
porque el muro estaba ahí, tapando el paisaje y proyectando su
oscura sombra; pero si no hay muros, se genera la ilusión de que
somos libres, y ya nadie piensa en escapar. Se genera un sistema
auto-confinado y auto-controlado.
Nosotros
mismos seremos nuestras propias paredes y muros.
La
cruda realidad, es que nos controlarán totalmente. Y lo harán por
el simple hecho de que seremos dependientes al 100% de las materias
primas y de los dispositivos tecnológicos que nos suministren desde
las corporaciones controladas por las altas esferas.
Antes
vívíamos en un mundo de martillos, clavos y tablas de madera. Para
poder vivir, más o menos todos podíamos construirnos una cabaña y
un arado para cultivar la tierra.
Ahora
estamos en un mundo de microchips y computación de alta frecuencia y
para poder vivir, necesitamos un smartphone y una computadora.
¿Pueden
ustedes fabricarse un microchip en el garaje de su casa?
Game
Over.
No hay comentarios:
Publicar un comentario