1.3.17

Seremos dependientes de las materias primas y los dispositivos tecnológicos

LAS CRIPTOMONEDAS Y LOS BANCOS CENTRALES                 


Como ya venimos advirtiendo desde hace tiempo, el desarrollo de la tecnología es la base para la instauración del Nuevo Orden, más allá de las luchas geopoliticas que estemos viendo. Lo advertíamos en el artículo titulado 2 EJEMPLOS QUE MUESTRAN QUE RUSIA Y CHINA “NO SON LA ALTERNATIVA”, por poner un ejemplo.

Al respecto, cabe destacar que paralelamente, se está desarrollando un discurso falsario en los medios alternativos desde hace años, cuya función principal es desviar la atención y generar falsas esperanzas y expectativas, para que gran cantidad de gente que se autocalifica de despierta”, se trague la patraña de que hay un cambio o una rebelión contra las élites.

Es la manera de conseguir que esas masas de personas potencialmente rebeldes, se crean que han ganado la batalla y acepten las bases del Nuevo Orden.
Pero nada más lejos de la realidad.

Es todo falso y muchas de las maniobras que parecen ir contra las élites malvadas que controlan el mundo” ya había sido previstas y calculadas con anterioridad por esas mismas élites, que están diseñando el Nuevo Orden.

De la misma manera que existen gran cantidad de medios alternativos que repiten las mismas letanías engañosas destinadas a hacernos creer la burda falsedad de que Trump es un enemigo de las élites”, gran cantidad de esos mismos medios alternativos, nos han inoculado durante años la idea de que todo el poder de esas élites radica en el control de los bancos centrales y la emisión de moneda.

Eso era cierto en el viejo modelo que estamos a punto de abandonar. La emisión de dinero fiduiciario y la generación de deuda, eran un instrumento crucial para apoderarse de lo que tiene valor real: las materias primas y todos los recursos naturales.

Pero ese sistema de funcionamiento, dejará de ser aplicable en el futuro que esas mismas élites están planeando. Y lo será por el desarrollo tecnológico, que es, como ya hemos dicho tantas veces, la clave que lo cambia todo y la fuerza que moldea las estructuras socio-económicas futuras. El desarrollo tecnológico, combinado con el aumento de población y la escasez de algunos recursos, no permiten mantener en funcionamiento las viejas estructuras del sistema.

Muchas cosas van a tener que cambiar, para adaptarse a la nueva situación, que viene planeándose desde hace tiempo. Los bancos centrales van a desaparecer, o como mínimo, su poder se va a diluir paulatinamente.

Es algo que ya está planeado desde hace tiempo y las bases están siendo sentadas.
Por lo tanto, no se crean las mentiras de los medios alternativos que les digan que la caída de los bancos centrales es una victoria de los rebeldes” o un golpe a las élites”. Ya pueden adivinar de dónde sale ese discurso y qué función real tiene.

Todos sabemos que las criptomonedas son el futuro. Pero es de ingenuos creer que son una casualidad que ha aparecido de repente como una seta y ha pillado a los malvados banqueros centrales desprevenidos.

El Bitcoin (cuya creación durante años ha estado rodeada de una misteriosa neblina), ha sido un primer paso, un experimento global para estudiar la instauración de las criptomonedas.

Una vez estudiado como se desarrolla el asunto, cómo se aplica y cómo responde la gente a este tipo de producto”, los bancos centrales serán los que se apoderarán de ello. Parecerá que no regulan nada y que todo funciona solo, sin que malvadísimos banqueros lo controlen todo desde las sombras”.

Pero no será así. Se establecerán nuevos modelos de control económico y social, que harán obsoletas las viejas estructuras. Y China, que es el campo de pruebas del Nuevo Orden a todos los niveles, nos lo muestra bien claramente.

Esta es una noticia que encontramos en Bloomberg, traducida por Sputnik…

EL BANCO CENTRAL DE CHINA CREARÁ SU PROPIO “BITCOIN”

Mientras que la moneda digital, Bitcoin, sigue batiendo nuevos récords históricos, los bancos nacionales de los países en todo el mundo se dan cuenta que representa un desafío. Pekín, por su parte, decidió seguir la conocida máxima: si no puedes vencerlos, únete a ellos.

Al organizar un grupo de investigación especial en 2014, el Banco Popular de China se propuso introducir paulatinamente su propia moneda digital, lo que convertiría al regulador chino en el primer banco nacional en emitirla.

Actualmente, el banco está estudiando varias criptomonedas ya existentes como el bitcoin y otras, cuyo rasgo principal es su carácter descentralizado, es decir, es casi imposible de controlar por las autoridades financieras.

Pekín intenta evitar ceder este mercado emergente a las empresas privadas mientras que la población ya utiliza frecuentemente los pagos en línea en todas las transacciones. Hoy en día la mayoría de los chinos, para comprar una lata de cola, prefieren escanear un código QR con sus celulares que insertar una moneda en una máquina.

La introducción de la moneda digital por un banco nacional, no importaría practicamente nada a los acostumbrados a los pagos en línea, sin embargo, es sumamente importante para los vendedores, ya que en vez de recibir dinero directamente de los clientes, podrían obtener pagos digitales, bajando drásticamente los costos de transacción.

Según explica Duan Xinxing, vicepresidente de OKCoin, una de las mayores casas de cambio de criptodivisas de China: “La moneda digital garantizaría al Banco Popular de China la capacidad de controlar riesgos en el sistema financiero y monitorear transacciones a escala de toda la economía”.

Para comprender mejor el modelo de mundo hacia el que nos encaminamos, podríamos utilizar algo así como una metáfora visual.

Podríamos definir el mundo en el que hemos vivido hasta ahora, como un enorme complejo repleto de paredes, puertas, pasillos y salas. Un lugar donde no teníamos libertad para movernos por donde quisiéramos. Para acceder a una sala, siempre teníamos que franquear una puerta, en la que debíamos pedirle permiso a un guardia y presentar el pertinente salvoconducto.

Todo estaba más o menos, delimitado y controlado desde arriba”, por unos directores que nos daban instrucciones desde altavoces o nos torturaban con largos discursos repletos de promesas. Con el paso del tiempo, sustituyeron las rudas voces de los viejos carcamales abusivos, por voces más próximas y simpáticas que nos hacían sentir mejor y nos hablaban con más respeto…pero nada cambiaba en realidad.

Ese gran complejo delimitado por innumerables muros y estancias, era la única forma de tener controlado al rebaño humano”, porque no existía ninguna otra manera de conseguirlo debido a la carencia de tecnologías de control eficientes.

En él encontrábamos diferentes salas donde se fabricaban diferentes productos, calderas donde se generaba energía, capillas donde pedirle aliento a algún modelo de dios que nos aliviara la desesperación y salas de cine donde disfrutar de las aventuras de los valerosos guardias que nos controlaban y pegaban porrazos cuando alborotábamos un poco.

Pero el desarrollo tecnológico, está haciendo obsoleto ese viejo complejo de elevados muros y guardias armados. Ya nada de eso será necesario para controlarnos.

El mundo hacia el que nos encaminamos, será como un gigantesco y diáfano campo de concentración sin límites aparentes. El rebaño humano estará confinado en un espacio abierto sin paredes ni restricciones visibles, rodeado por una suerte de campo de fuerza. Y dentro de los límites de ese campo de concentración, nos podremos auto-organizar como nos dé la gana. O eso nos harán creer.

Tendremos nuestras criptomonedas que parecerán funcionar solas y nuestras impresoras 3D para imprimir los productos que nosotros mismos diseñemos. Tendremos incluso nuestra paga de ciudadanía, para ir sobreviviendo y trapichear entre nosotros, que caerá como maná del cielo. Los policías y los guardias serán sustituidos por algoritmos y cámaras ocultas, que nos ofrecerán una sensación de falsa libertad. Estaremos más vigilados y controlados que nunca, pero sin tener que cruzar la mirada con un rudo e intimidante guardia uniformado de los de antaño. Cuando nos portemos mal, ya no vendrán 3 enormes policías a pegarnos porrazos, porque directamente “nos fulminará un rayo”.

Las ideas con las que nos organizaremos dentro de ese campo, nos parecerán libres y propias. Pero jamás sabremos si son realmente espontáneas, o si ese jovenzuelo vestido en camiseta y tejanos que ha tenido la idea brillante, ha sido enviado allí desde fuera del campo para inocularla al grupo y controlar nuestros modelos organizativos.

Como decíamos, dentro de los límites del “campo de confinamiento”, nos podremos auto-organizar como nos dé la gana. Pero no porque seamos más libres, sino porque se establecerá un nuevo modelo de control social auto-gestionado y auto-confinado, solo posible gracias a la alta tecnología.

Nos dejarán auto-organizarnos, porque en realidad, todos los recursos que necesitaremos para sobrevivir, provendrán del “exterior del campo”. Las materias primas, la energía, la comida, incluso muchas de las ideas, provendrán del exterior del espacio confinado. Hasta la marihuana con la que fumarnos y olvidarnos de nuestras miserias.

Por poner otro símil: hasta ahora, nos decían lo que íbamos a comer cada día. Nos decían: “hoy toca comer puré de patatas”. En este nuevo modelo, nos dejarán cocinar libremente. Nos dirán: “Cocínate lo que quieras. Pero la carne, las verduras y el gas para cocinar, te las traeré yo”. (Es decir, implícitamente, nos dirán “y si te portas mal, te quedarás sin carne, sin verduras y sin gas”).

La cuestión es que nos harán creer, no solo que somos libres, sino que encima somos chefs. Nuestra propia autogestión será la que generará la ilusión de libertad.

Antes queríamos derribar muros para escapar; y teníamos ese impulso porque el muro estaba ahí, tapando el paisaje y proyectando su oscura sombra; pero si no hay muros, se genera la ilusión de que somos libres, y ya nadie piensa en escapar. Se genera un sistema auto-confinado y auto-controlado.

Nosotros mismos seremos nuestras propias paredes y muros.

La cruda realidad, es que nos controlarán totalmente. Y lo harán por el simple hecho de que seremos dependientes al 100% de las materias primas y de los dispositivos tecnológicos que nos suministren desde las corporaciones controladas por las altas esferas.

Antes vívíamos en un mundo de martillos, clavos y tablas de madera. Para poder vivir, más o menos todos podíamos construirnos una cabaña y un arado para cultivar la tierra.
Ahora estamos en un mundo de microchips y computación de alta frecuencia y para poder vivir, necesitamos un smartphone y una computadora.

¿Pueden ustedes fabricarse un microchip en el garaje de su casa?

Game Over.


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