SÍNTOMAS DE UNA SOCIEDAD DESPIERTA
Mientras muchos
continúan investigando la exactitud de las diversas explicaciones que se
atribuyen a éste “despertar” colectivo, no puede pasar desapercibido el que muchas personas están finalmente tomando conciencia de cosas que aparentemente permanecían ocultas
durante tanto tiempo. Por supuesto, este despertar no es un proceso repentino. Se necesita tiempo para ir descubriendo las muchas
capas ilusorias para finalmente llegar a la esencia de las verdades últimas.
A continuación los
diez síntomas que sugieren el despertar de la sociedad:
1. Conocemos que no
hay diferencia significativa entre los principales partidos políticos.
Es muy fácil quedar
atrapado en el debate entre izquierda-derecha y creer que hay una diferencia
entre los principales partidos políticos. Sin embargo, el debate es una cosa,
mientras que las acciones son otra. “Por sus
obras los conoceréis”, y es indiscutible que no
hay una diferencia significativa entre los partidos políticos al momento de la
acción sobre los temas más importantes.
2. Conocemos que los
bancos centrales e internacionales son el motor de nuestros problemas
económicos.
La esclavitud a la
deuda es la fuerza totalitaria que amenaza a toda la humanidad. Cuando un pequeño
grupo de personas tiene la capacidad de crear riqueza de la nada y cobrar
intereses sobre la misma, adquieren la capacidad
de esclavizar al planeta a pesar del tipo de
gobierno que un país diga tener.
3. Conocemos que las
guerras preventivas no son necesarias.
Cuando nos damos
cuenta de que la legítima autodefensa es la única forma aceptable de violencia,
entonces nos convertimos en seres humanos despiertos. Sugerir una guerra porque
alguien es diferente a nosotros, o porque pueden suponer una amenaza en el
futuro es simplemente absurdo. Nadie quiere una
guerra, excepto por los poderes inmorales que se benefician de ella.
4. Tenemos
conocimiento de los intentos sistemáticos para envenenarnos.
Es cierto que hay
mucho que aprender en términos de cómo estamos siendo secretamente envenenados.
Es probable que con el propósito
deliberado del embrutecimiento social y, en última instancia, para el
sacrificio de la población. Podríamos pensar:
¿Existe alguien tan peligroso que quiera hacer esto a gente inocente? En el momento en que comenzamos a buscar la
respuesta a esa pregunta, estamos un paso más cerca del despertar.
5. Entendemos que el
gobierno no puede, ni debe legislar moralidad.
Cuando nos damos
cuenta que la función del gobierno es sólo proteger nuestra libertad y trabajar
por el bienestar de los ciudadanos, despertamos. Debería existir tan sólo una
ley moral: No hacer daño. Por lo tanto, es imposible que el
gobierno obligue el cumplimiento de la moralidad con armas de fuego, jaulas, e
impuestos, porque claramente causan daño severo a nuestra libertad y bienestar.