La humanidad ha sido históricamente un largo viaje para llegar finalmente a un mundo que es complejo e interdependiente. Nos encontramos en un momento de la historia humana en que estamos dejando atrás una época y entramos en la siguiente.
La
época que estamos dejando atrás es la era moderna. La época a
la que estamos a punto de cambiar se le ha dado muchos nombres –
digital, post-moderna, nueva edad, etc – sin embargo, ha sufrido
hasta ahora de la falta de previsión verdadera y genuina.
Estos períodos
de transición son también momentos de la criticidad y la
oportunidad, cuando los catalizadores del cambio ejercen una mayor
influencia en el resultado de los acontecimientos. En esos
períodos actuales ideas, instituciones y creencias tienden a
sobrevivir a su utilidad.
Sin
embargo, hay principios rectores que nos pueden ayudar, si no a
predecir el futuro, por lo menos permitan determinar los modelos
alternativos del futuro. Por ejemplo, podemos ver que muchos de
nuestros sistemas actuales buscan el crecimiento a través de cada
vez más complejidad y numerosos niveles de organización, mayor
dinamismo y una interacción más estrecha y más delicado equilibrio
con el medio ambiente.