VIVIMOS EN UNA SIMULACIÓN
Comprenderlo debe cambiar nuestras perspectivas y
prioridades
Hace poco terminé de leer el libro El Sueño de David Icke. En su último
libro, La trampa, ya escribió sobre la naturaleza de nuestra
realidad y de la esfera de la vida después de la muerte como una simulación.
En El
sueño, sin embargo, profundiza mucho más y explica cómo, dónde y por
quién -o más bien por qué- fue creada y controlada la simulación y la razón de
su existencia. Todo se reduce a que nuestra conciencia eterna, nuestra Chispa
Divina, como la llama en el libro, está atrapada en una simulación de realidad
virtual alimentada por una realidad que hemos llegado a creer real.
Nuestro cuerpo es como un casco de realidad virtual, con guantes y auriculares que decodifican la información que la IA, que dirige la simulación desde los niveles astrales inferiores, envía a nuestros sentidos.