En
el artículo anterior hablamos sobre la naturaleza del mundo en el
que vivimos. Nos cuestionamos si existe un mundo falso y un mundo
verdadero, un tema sobre el que han reflexionado filósofos,
escritores y guionistas. A continuación nos centraremos en la
segunda reflexión que podemos extraer de la película El Show de
Truman, y que hace referencia a la naturaleza del propio ser humano.
¿Somos personas o espectadores? ¿Vivimos la vida o la vemos pasar
ante nuestros ojos? ¿Vivimos de forma activa o pasiva? ¿Qué le
conviene al poder? De nuevo, estamos hablando de formas de control
sobre la población.
Una
sociedad enganchada al televisor
En El Show de Truman observamos dos sociedades. La película se centra en el mundo en el que vive Truman, el “falso mundo”, que sirve de distracción social masiva. Pero además del falso mundo de Truman, la trama tiene lugar de alguna manera también fuera del programa de televisión, es decir, en el mundo real. Así, a parte de la sociedad que rodea a Truman en su vida diaria, podemos analizar a la sociedad que está viendo el show.
En El Show de Truman observamos dos sociedades. La película se centra en el mundo en el que vive Truman, el “falso mundo”, que sirve de distracción social masiva. Pero además del falso mundo de Truman, la trama tiene lugar de alguna manera también fuera del programa de televisión, es decir, en el mundo real. Así, a parte de la sociedad que rodea a Truman en su vida diaria, podemos analizar a la sociedad que está viendo el show.