© QUE BIEN SE ESTÁ CUANDO SE ESTÁ BIEN
Parece que la "tormenta" haya amainado en lo que
respecta al acoso directo pero es una calma engañosa y más a la vista de las
"distracciones" que se han puesto en marcha. Unas distracciones que a
la vez suponen un sufrimiento inadmisible para tantas personas.
Y es que no paran, no pueden estarse de hacer daño en todo
lo que hacen. Empezaron con el falso virus y sus perversas medidas, siguieron
con la guerra de Ucrania y ahora reavivan el escenario permanente de Israel.
Todo son distracciones –mortíferas distracciones- mientras preparan con tranquilidad el asalto final contra la humanidad en su conjunto. Es abominable, pero es lo que hay.