MENSAJE DE MARTE AL PUEBLO DE LA
TIERRA
El encabezamiento de este texto, evidentemente y con
toda seguridad, suscitará sonrisas en la mayoría de aquellos que lo lean… ¡Es
lógico! Pero esa sonrisa, surgida probablemente del más profundo escepticismo,
o incluso de la más profunda ignorancia, podría cambiar su expresión en el
rostro si se conocieran, o hubieran conocido, ciertas informaciones científicas
relativas a la astronomía que, por desgracia,
ignora la inmensa mayoría de la población mundial.
En la actualidad, muy pocos saben que la práctica
totalidad de los científicos astrofísicos y astrónomos de las dos grandes
potencias mundiales EE.UU. y Rusia, están totalmente de acuerdo en algo
sorprendente, en la teoría que afirma que los dos satélites de Marte, Fobos y
Deimos, ¡¡SON DE CONSTRUCCIÓN ARTIFICIAL!! y que, obviamente, no pudieron ser
construidos por nuestra civilización. Entonces, ¿QUIÉN CONSTRUYÓ LOS DOS
SATÉLITES ARTIFICIALES DE MARTE?, Y ¿POR QUÉ?
Los astrofísicos de la Agencia Espacial
Norteamericana, la NASA, y los rusos, saben desde comienzos de los años 60,
aproximadamente, que tanto Fobos como Deimos son, satélites artificiales. El
primero que barajó esta posibilidad fue el astrónomo y astrofísico ruso Dr. J.
Samuílovich Shklovsky que ya en el año 1959 publicó los resultados de sus
investigaciones sobre los dos satélites marcianos. No tardaron mucho en apoyar
pública y abiertamente esta teoría varios colegas norteamericanos y astrónomos
de otros países.
Y, el hecho de descubrir que los dos satélites de
Marte eran, realmente, de construcción artificial, fue el motivo fundamental
que impulsó a los militares dirigentes de la NASA a llegar a Marte, ¡lo más
rápidamente posible!
Y, así lo hicieron. Después de tres años,
aproximadamente, de que la NASA hubiera dado por finalizado “oficialmente” el
Programa Apolo, estaban ya en condiciones de enviar una nave no tripulada al
planeta Marte. Después que los militares dirigentes de la NASA encontraron “lo
que encontraron” en la cara oculta de la Luna, estaban ansiosos por ver lo que
encontrarían en la superficie del llamado planeta rojo.
Después de un largo viaje que duró prácticamente un
año, el 20 de julio de 1976, y siete años después de que el ser humano pisara
la Luna, la sonda espacial de exploración norteamericana Viking I, descendía
sobre la superficie marciana, en la región conocida como la Planicie de los
Dioses.
Al día siguiente del descenso, en la Tierra, un
famoso contactado recibió por vía telepática, un sorprendente
mensaje extraterrestre de amonestación que procedía, ni más ni menos, que del
máximo representante de Marte ante la Confederación de Mundos, La Alianza. Un
mensaje que estaba dirigido, expresamente, a los científicos y gobernantes de
las dos principales grandes potencias mundiales, en aquel entonces.