Bases
como Los Alamos, Area 51, Dulce, Peasemore (al sur de Londres), y
otras muchas desconocidas que incluyen bases españolas, dedican sus
trabajos entre otras cosas a la producción de humanoides.
Tecnología
muy avanzada desconocida para la sociedad, a la que nos regalan de
vez en cuando con avances tanto en fertilidad como en informática, y
la solución parcial a algunas enfermedades.
Se
habla de otras como Fort Worth dónde se desarrolla tecnología
militar de virus y soldados híbridos entre lo humano y lo alienígena
con biología robótica.
La
biotecnología para la guerra no es un secreto. Sí lo es el número
y clases de virus. En ellos se ha desarrollado el ébola, el sida, la
gripe aviar, la gripe A, el hantavirus, el coronavirus, la
reproducción de la gripe española, y así una lista de miles de
virus y enfermedades desarrolladas para matar.
Experimentos
de control mental de la sociedad, de personas, de políticos y
banqueros, de famosos, de entes que nos parecen humanos pero que no
lo son del todo.
El
desconocimiento de estos temas produce varias reacciones en la gente,
una es la incredulidad, otra la negación, otra el estupor y el
miedo, otra la comprensión de la realidad secreta y oscura, y otra
la científica.
En
cualquiera se da la prevención. Se parece a un acto de fe de lo
desconocido. Una prudencia para saber conocer o diferenciar lo real,
de la ciencia ficción, de lo falso o fake, de lo supuesto, de lo
científico por comprobable y búsqueda de pruebas irrefutable.
En
cualquier caso hemos de reconocer, primero que no estamos solos,
segundo que toda esa realidad que nos acompaña aunque desconocida es
tan real como nosotros, y que no por el hecho de ser desconocida no
sea real.
El
propio control mental de masas con tecnología, unas veces humana y
otras no, se encarga asímismo de la incredulidad, del mirar a otro
lado, y de no querer saber nada para intentar vivir como hasta el
siglo XX, pero esa ingenuidad es la peor aliada de la humanidad. Para
convivir con ello no hay nada como el conocimiento y el abrir la
mente a intentar seguir lo que nos parezca más fiable que muchas
veces no lo sabemos distinguir, pero que no por ello deja de ser
auténtico.
La
sociedad humana si quiere seguir prosperando en el tiempo es
IMPRESCINDIBLE el conocimiento de esta realidad que nos acompaña.
La
pirámide social y del poder es una constante en cualquier sociedad,
nuestra o de nuestros acompañantes. En el término más sencillo,
cualquier tribu tiene su jefe, su brujo, y sus empleados.
Esta
estructura se complica según el número de personas, y la
complejidad de la tecnología que manejen. La cosa es que sociedades
antiguas se han hecho con el control de todas y cada una de las
estructuras de control del poder. Aplican su simbología, sus
conocimientos secretos y sus creaciones al control del poder sobre
nosotros los humanos, y se dice esto porque a ella se han añadido
entidades desconocidas para nosotros dónde muchos ni siquiera son
humanos o plenamente
humanos.
La
sociedad es tan compleja y diversa que el deseo de ocupar la cima de
la pirámide lleva a los grupos de poder al enfrentamiento y la
guerra, siendo los humanos más humildes los que pagan el coste, y
siendo allí arriba una partida de ajedrez de movimientos sin riesgo
personal. Como dicen en la guerra, costes cero y daños colaterales
solo para los de abajo. Pero casi siempre estas guerras y
enfrentamientos van asociados a las bajas pasiones, a la ambición
desmedida, a la enfermedad del
poder,
a la falta de consensuar. Todos quieren imponer su posición, su
poder y SU CONTROL.
Comportamientos
y actitudes asociados a nuestro ADN durante generaciones por la
depredación, la competición, la violencia y la muerte, de las que
nos preguntamos sin cesar si pudieran ser erradicadas con la
educación. Y que encontremos o no certificación a la respuesta, se
ve que no, porque cada siglo no paran de sucederse guerras, un estado
permanente de guerra y enfrentamientos en cualquier parte del
planeta. El problema es que hemos desarrollado una tecnología del
todo destructiva
con la bomba nuclear, los virus, y nuevas formas de guerra como la
climatología, las ondas escalares VLF, el Control Mental de la
sociedad y la exigencia de comportamientos sociales impuestos
camuflados en modas que los de la cúspide de la pirámide deciden
cada año.
Nuestra
civilización no se fundamenta únicamente en el trabajo y la
familia, a esto se une la teología, la teosofía, la filosofía, la
ciencia, el conocimiento que cambia de hecho cualquier momento social
para convertirlo en mejor o destrozarlo con la guerra.
La
parte de lo no evidente y comprobable es vinculante de la forma de
vivir de nuestra sociedad.
Desde
nuestra concepción inevitable de nuestra percepción de la vida y de
la muerte y el más allá, son pensamientos diarios inevitables en
nuestras vidas. Se podría decir incluso, que nuestros pensamientos
están más habitados por todas esas cosas no demostrables siempre,
que por lo conocido y comprobable. El halo de misterio supera muchas
veces al de la razón. Y por ello debemos enfrentarnos como sociedad
a la comprensión colectiva de todo ello, que sobre todo gracias a la
informática y las redes sociales (que nos han regalado…), nos
acercan a la comprensión de un mundo desconocido pero omnipresente
desde los albores de la humanidad.
En
el propio desconocimiento, o conocimiento superficial que tenemos de
muchas de estas cosas aparece el desorden lógico para explicarnos lo
desconocido. Es inevitable.
Al
no tener herramientas de juicio y criterios científicos (son los
comprobados y demostrados empíricamente), nos vemos en una situación
de confusión, muchas veces de error y desorientación para explicar,
comprender y captar la realidad o realidades dentro de lo irreal por
lo que tienen de no comprobable con nuestros métodos científicos
hasta el momento.
Algunas
cosas realmente extrañas no dejan de sorprendernos. Desde una
ciencia desconocida que ha dado con el viaje en el tiempo y los
paralelismos dimensionales y su intersección, hasta hibridaciones y
clonaciones desconocidos solo para los de abajo, la transformación
holográfica de cuerpos cuya apariencia a nuestros ojos no se
corresponde con el aspecto real escondido detrás de sus hologramas,
demonios que toman cuerpos (demonios pequeños y demonios grandes, y
un gran demonio), y otras
especies
no humanas (de la tierra y extraterrestres), que conviven con
nosotros, y evidentemente siempre en la escala superior de la
pirámide.
Esto
es como la serie V que, en plan broma o serio, nos van contando lo
que hay.
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