POSITIVAMENTE
En
el discurrir de los acontecimientos siempre estará presente la
interpretación personal de los mismos, estando sujeta dicha
interpretación a los parámetros de apreciación de cada uno. Los
acontecimientos que nos suceden son los que son, pero la
interpretación y la actitud con que los afrontamos pueden variar en
gran manera.
De
esta interpretación y disposición interna nacen los términos
pesimismo y optimismo. El primero para referirse al que espera lo
peor, el segundo para el que confía en un futuro favorable. Mientras
que el pesimista entra en desánimo al ver todo como un cúmulo de
desventajas e inconvenientes, el optimista afronta las dificultades
con entusiasmo, perseverancia y voluntad, encontrando posibilidades
de crecimiento y mejora.
El
famoso ejemplo del vaso medio lleno o medio vacío, no es solo una
diferencia de apreciación, sino que nos está diciendo dónde se
enfoca nuestra atención, si en ver las inconvenientes y quedarnos a
su merced o en ver las ventajas y dificultades para poder mejorar. El
pesimista se siente superado y víctima de las circunstancias, el
optimista aprovecha las posibilidades que entraña para crecer y
expandirse. El pesimista se centra en lo negativo y resulta abrumado,
el optimista se centra en lo positivo y termina reforzado. El
pesimista es presa del miedo y se predispone para el fracaso, el
optimista actúa a pesar del miedo y se predispone para el triunfo.
El pesimista reacciona, el optimista acciona.
Las
ventajas de una actitud positiva es clara y manifiesta, pues no solo
previene contra la depresión y ayuda a preservar una buena salud
física y psicológica, potenciando el sistema inmunológico, sino
que nos capacita para enfrentar los problemas y superar las
dificultades, amortigua el impacto del sufrimiento, favorece un mayor
rendimiento en cualquier faceta, mejora la adaptación a los cambios
y aumenta las posibilidades de conseguir nuestros logros.
Por
el contrario, una actitud negativa o pesimista nos lleva a la
angustia, la queja o la crítica fácil, nos resta energía y
quedamos desvalidos, tomando la salida de querer huir del conflicto,
de evadirse, o de entrar en un bucle de emociones negativas que no
ayudan en nada a encontrar una solución.
Resulta
útil ver las causas de nuestras actitudes positivas o negativas ante
la vida. Claramente, tanto nuestra educación como nuestras
experiencias pasadas tienen un peso específico a la hora de afrontar
las dificultades, pero también depende de nuestras expectativas
formadas y de nuestra confianza en superar los problemas. Es bueno
saber que nada se nos da regalado, que todo tiene un coste que
debemos asumir con responsabilidad y que las dificultades no son sino
oportunidades de superación que, una vez solventadas, terminamos
saliendo reforzados.
El
optimismo es una disposición de ánimo, un valor que nos permite
confiar en nuestras capacidades para enfrentar con perseverancia las
dificultades del camino con entusiasmo y emprendimiento. No es como
algunos piensan por ignorancia o negación de la realidad, el
optimista no cierra los ojos, sino que viendo los pros y los contras,
utiliza la situación como posibilidad de avanzar y oportunidad para
crecer.
En
el gran juego de la vida no siempre se gana, como tampoco siempre se
pierde, lo que importa es cómo hemos actuado, y si en cada
oportunidad hicimos lo suficiente. Todos cometemos errores y es bueno
reconocerlos. Los únicos que no se equivocan son aquellos que nunca
hacen nada, aunque ése sea su mayor error. Aquel que se ha esforzado
haciendo lo mejor que pudo, no importa tanto el resultado, sino haber
accionado haciendo lo que consideró justo y acorde a su consciencia.
Algo
que se suele olvidar es aprender a apreciar lo bueno de las personas
que nos rodean, sus cualidades y virtudes, pues si solo vemos maldad,
envidias y falsedad, seguro que estamos viendo el vaso medio vacío,
estamos siendo pesimistas, y nos habremos instalado sin querer en un
estado de negatividad, donde nos cuesta sobrevivir porque nos
sentimos en una batalla de “solos contra el mundo”.
El
Amor, la amistad y el compartir es lo que hace Humana y digna la
existencia, aquello por lo que merece la pena vivir, que acrecienta
las satisfacciones y amortigua los sufrimientos. Si nos rodeamos de
Amor alejaremos lo negativo, disfrutaremos más, reiremos más,
porque lo haremos en compañía, y lo positivo simplemente vendrá a
nuestras vidas. El Amor se alimenta con Amor.
Ángel
.º.
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