Un esclavo es
alguien sin decisión propia, alguien que debe recibir órdenes para
realizar algo, no posee proyectos propios, carece de creatividad,
sólo sabe obedecer y lo hace de manera traicionera. Roba lo que
puede. Aprovecha cualquier descuido. Si accede a un puesto de
gobierno, se regocija en los lujos y la corrupción. Jamás hace nada
por los demás.
El esclavo puede
reaccionar en masa, si un líder sabe manejar su energía. Y entonces
tenemos grandes sublevaciones, pero no hay ideas detrás de ellas,
tal vez alguna que esté de moda o que haya abrazado el líder. Como
sea, ellos no están en condiciones de elegir.
Entonces llega el
sacerdote, el patrón, el gobernador y les dice qué hacer y que sus
objetivos son:
Hacer grande a su
nación, que su bandera flamee alto (?), poner en alto el nombre de
su país, volver a los tiempos, siempre pasados, de bienestar y
abundancia.
Pero siempre, en el
presente, hay que tomar medidas de austeridad…
Ahora bien…
esto es lo más opuesto a un espíritu libre que podamos concebir.
Un espíritu libre…
ha venido… a ESPIRITUALIZAR LA MATERIA.
Y cómo lo hace, si
no sabe qué quiere, adónde ir, cómo afirmar sus propios objetivos.
Queremos un mundo
de paz, justicia, alegria… donde todo sea jardines… pero estamos
esperando que lo haga… quien?
Desde niños nos
entrenan para ideales menores: ser medico, mecánico… “ser” una
profesión… “ser” una situación económica… Trabaja…
Produce… Cumple tus horarios…
Estamos confundidos
todo el tiempo, adaptándonos a la “realidad”, renunciando a
nuestros sueños por los hijos, la familia, el cónjugue, la
situación…
El Dios de la
tierra y sus esbirros tienen el dominio del TIEMPO. ¿Por qué?
Porque lo inventaron ellos, es una dimensión ilusoria que,
simplemente, evita que lo que tiene que suceder, suceda.
El tiempo nos
limita, nos envejece y finalmente nos mata…
La energía que
alimenta esa ilusión proviene de nosotros mismos, de nuestros
depósitos áuricos. No podrían alimentar el tiempo sin nuestro
consentimiento. No podrían hacer nada sin nuestro consentimiento.
Entonces, si tienes
un objetivo, ellos le pondrán tiempo y tu objetivo parecerá que
nunca llega. En el medio aparecerán miles de obstáculos y nuevas
oportunidades que te alejarán de tu objetivo, harán que lo olvides,
que renuncies.
Sin embargo verás
que hay personas realmente espirituales, que sí realizan sus
objetivos. Son personas que, en general, generan riqueza y bienestar
a su paso. No tienen pretextos para sus planes, renuncian a lo que
tengan que renunciar, pero son inexorables en su marcha.
No necesitas
cambiar el mundo, basta con que conviertas en un jardín la tierra
que pisas.
En el mismo pedazo
de terreno, unos crean un paraíso y otros fealdad.
No te conformes,
crea futuros de esperanza, futuros de paraísos posibles. No cedas a
la tentación de darle la razón a los demonios.
Si no sabes como
hacerlo, únete a alguien que sí sepa, acepta ser aprendiz, sé
leal. No es malo reconocer que se sabe menos, lo malo es querer
demostrar que somos lo máximo cuando no es así.
Renunciemos a la
pesadilla del ego, para dar lugar al futuro brillante de la
solidaridad y el amor. Pero hagámoslo ACTUANDO, creando proyectos de
abundancia.
Ya me cansé de las
amenazas de posibles catástrofes, de hambre y muerte. Cambio el
sueño de los demonios por el mío:
Convertir el
planeta en un jardín donde nadie tenga que comerse a nadie.
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