Estos términos pueden traernos a la
memoria libros o películas para adolescentes, pero reflejan
perfectamente las etapas que pasamos al despertar a la falsedad del
sistema, y la progresiva toma de conciencia, o lo que conocemos como
“el camino”.
Son etapas vividas en silencio y casi
siempre en solitario, o como mucho volcadas en redes sociales,
vividas desde la incomprensión y la ojiplatica sociedad, que nos ve
como bichos raros, la cual no duda, y no se replantea nada en
absoluto, vive en modo “piloto automático” como autómatas.
De
algún modo, algo colapsa en nosotros y empezamos a salirnos de la
tangente, tras ese primer shock, que muchos identificamos como
despertar y un periodo de duelo, en el que es necesario despedirse
de esa persona inmersa en el sistema que fuimos, y que sin saber
cómo, nace a una nueva forma de percibir y sentir, algo que
confronta y descoloca, y no impulsa a querer volver a agarrarnos a
algo, que nos dé seguridad.
Estas
etapas son importantes y aunque puedan ser relacionadas algunas con
actos violentos (porque así nos fueron vendidas), esa no es la
motivación, o el significado que voy a plantear a continuación.
Disidente
Una persona disidente comienza a
replantearse sus creencias, a no estar conforme con lo generalmente
aceptado, o lo políticamente correcto. Piensa distinto, cree
distinto, y sobre todo no se identificas con la masa. Comienza a
tener un sentido común más afilado, y un sentido crítico más
agudo. Aún le queda mucho que expurgar y limpiar en sí mismo, pero
ya no hay vuelta atrás, querrá saber más, y querrá ver hasta
dónde llega todo.
Otros tardan más en trascender esta
etapa ya que convierten este estado en su propio dogma de fe.
Insurgente
Es
la etapa proactiva, tratas de concienciar a los demás, de
despertarlos, buscas a otros como tú, y buscas grupos en los que
compartir y descargar tus sensaciones e inquietudes. Eres un rebelde
y estas convencido de que estás en lo correcto, pero te das de
bruces con la incomprensión y la incoherencia del resto de lo que
te rodea. Pasas por alto muchas precauciones y por lo general
te estrellas una y otra vez con el mismo muro, esta etapa es breve.
Al igual que en la anterior, quien no
trasciende esta etapa, se vuelve proselitista y trata de comerle el
coco a todos los que le rodean, busca tener la razón a toda costa y
sobre todo, mucho reconocimiento.
Eres distinto y te sientes distinto,
no encajas en el sistema, pero vives oculto en él. Sabes cada vez
más y crees cada vez menos, eres consciente y sabes que tu mayor
arma es tu mente. La utilizas como medio de transformar tu entorno y
tu realidad, a medida que entiendes la metafísica, la mecánica y
el funcionamiento de la realidad, esta se va transformando poco a
poco. Tu frecuencia cambia y tu entorno también, personas se alejan
o desaparecen de tu lado. La familia, el trabajo, los lugares que
frecuentas, tus gustos y hábitos de consumo, cambian radicalmente,
y esto es solo el principio.
Cada etapa es más compleja que la
anterior, y cuando eres consciente de tu divergencia, potenciarla es
tu deber, ya que con ello estas aportando tu parte en el cambio.
Es
muy probable que los cambios, si suceden rápido, te puedan
descolocar e incluso puedas pensar que “algo malo pasa” y es
culpa tuya, o estás haciendo algo mal. Para nada, solamente es que
tu estado es incompatible con lo que conocías y tenías asentado.
Has cambiado, y tu poder provoca que
cambie todo el escenario (aunque aún no sabes completamente como),
suelta lo viejo, despídete para siempre, y toma todo lo que llega,
es el indicativo de que estas en el camino correcto. Forma parte de
tu toma de conciencia y de tu elevación de frecuencia. Soltar y
permitir es el truco.
Muy pocos han trascendido su
divergencia a día de hoy.
Convergente
Es la última etapa, y ocurre cuando
todos los divergentes comienzan a unificar sus frecuencias en un
unísono. Comienzan a agruparse, de un modo u otro, se empieza a
coincidir y a atraerse. Llegados a este punto, cuantos más
divergentes convivan en una comunidad o grupo, más rápido se
producen los cambios y más rápido de cambia y se combate al
sistema.
Es el próximo paso en este despertar
global, muchos de los que llevan tiempo peleando a su manera dando
palos de ciego, van a ir encontrando vías comunes y formas de
unión, en las que converger con los demás, primero de forma
mental, y luego emocional. La unión de las conciencias en una misma
frecuencia afín, será el detonante final del cual el planeta ya no
volverá a ser el mismo, y la realidad será cimentada en los deseos
que esas conciencias proyecten.
Esto se da, por todas las conciencias
que divergen y co-crean a su manera, algo que crean justo y
verdadero, para sí y para los demás, generando altas frecuencias
disonantes con la frecuencia unificada del sistema, pudiendo ir
materializando todo lo coincidente entre todas.
Para arrancar esta etapa definitiva y
definitoria, hay que empezar a buscar lo que nos une, por encima de
lo que nos diferencia. Encontrando los puntos concordantes,
sumándolos y multiplicándolos, enfocando las energías a lo más
esencial e importante, y dejando las pequeñas diferencias para el
final, quemando así etapas, y logrando un objetivo, esta es la
mejor estrategia.
La imposibilidad no existe, ahora
toca encontrar nexos en común, buscar el acercamiento, y potenciar
los puntos en común, para poder dar cimiento a ideas que potencien
el sentimiento de comunidad y generen bien común.
Olvidar quien lleva razón, no
permitirnos competir ni perseguir ser superiores a los demás, sino
Ser mejores, para aportar y mejorar la calidad moral de todos.
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No hay que tomar estas etapas como
escalones, lo normal es que se solapen de algún modo, sobre todo
las dos primeras, por eso encontraras que estas en una, o varias a
la vez, trabajar nuestra mente y trascender en conciencia, es casi
obligado.
No agarrarse a lo que crees que eres
y estar dispuesto a ver quién serás, es lo mejor que te puedes
permitir.
Mente y corazón en uno.
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