Si
bien la filosofía trata de profundizar en el pensamiento humano, y
responder sus dudas existenciales, así como analizar y reflexionar
sobre la sociedad en la que vive, tratando de encajar todo en un
conjunto, la metafísica va más allá y llega donde la filosofía
no es capaz de responder ninguna de las cuestiones que plantea.
Es por ello que la filosofía es una
cátedra universitaria, ya que su éxito como herramienta radica en
su fracaso existencial, cuando es incapaz de responder ninguna de
sus cuestiones, ni dar sentido a la existencia del Ser.
La
filosofía murió cuando fue institucionalizada, diplomada y
doctorada. El pensamiento reflexivo profundo huyó de la mente del
hombre de su tiempo, y recayó en un despacho, y un diploma colgado
de una pared. Solo se es filósofo si la industria de la cátedra
así te etiqueta, y si el pago de las correspondientes tasas así lo
certifica.
La
metafísica nació para ir más allá (meta) y responder todas esas
cuestiones que la filosofía enraizada en la mente y la razón pura
no lograba. La metafísica tuvo la suerte de quedar denostada, y
quedarse únicamente como un reducto edulcorado de tarotistas y
espiritistas. El quedar libre de cátedra institucionalizada, le
permitió que todo aquel que busque repuestas no tenga unos raíles
por los que circular y pueda libremente dar rienda suelta a su
conciencia, sin necesidad de una diplomatura o un doctorado.
Aun habrá quien crea que la
metafísica solo es un ecosistema donde viven seres mitológicos,
ángeles, y espíritus elementales, pero esto solo es una
malformación de la esencia raíz de esta disciplina (si es que se
puede denominar así).
Englobar y encajar, todas las piezas
físicas, mentales y espirituales del hombre, su lugar en el cosmos,
su principio, su medio y su final, como existencia y como
experiencia, y encajarlo en su clima social, cultural, y natural, es
metafísica.
Mal que me pese, en mí huida de toda
etiqueta, todo el contenido de mis textos, son pura metafísica, sea
o no sea aceptada como tal. No me considero nada más que uno
cualquiera, pero aún habrá quien necesite un compartimento para
ubicar lo que aquí lea.
Para
la generalidad, la metafísica no es más que angelitos, coros y
querubines, maestros ascendidos, y el recurrente tema de volver a la
fuente, el cual, según a quien preguntes te dará una
interpretación distinta.
Y este es el problema más común que
se encuentra uno en cualquier disciplina o tema a debatir que
afrontes. La interpretación es la percepción, unida a la capacidad
de comprensión, lo que reduce el foco de cada persona para
encontrar posturas comunes, y amplía la capacidad egoica de estas,
hasta llegar a matarse para demostrar que su percepción de
cualquier foco de la realidad, es el único y el correcto.
Nadie puede ver y percibir la
realidad como tú la percibes, porque nadie puede ocupar el lugar
que tu ocupas, es por ello que es útil ser empático y consciente,
de cómo el prisma por el que miramos, cambia cuando es otro el que
observa.
Es aquí donde entran todos los
argumentos del ego que han hecho millonarios a muchos cantamañanas.
No hay mucho misterio, solo hay que entender que nuestro ombligo no
es el centro del universo, y para ello solo hay que levantar la
mirada hacia el horizonte y ver que el sol sale, estemos nosotros
allí o no.
Está bien eso de experimentar la
separación y la individualidad, como argumento para justificar esta
retorcida y latosa realidad, pero esa individualidad tan importante
para muchos, carece de sentido si finalmente es más poderoso el
sentimiento de soledad y abandono.
Para ello hay que poner a prueba ese
ego que todos tenemos y nadie reconocemos.
Cuando las personas hablan del
regreso a la fuente, solo imaginan el fin de sus problemas, el fin
del sufrimiento, el amor y la calma infinitos y la seguridad eterna
de sentirse a salvo. En todo ello solo existe el YO, después
aclaran de estar con familia y amigos en una fiesta eterna, pero
poco más.
En este razonamiento aún está muy
presente el rol que juegan ahora y denota cierto desconocimiento de
lo que significa la unión con el todo, para comprenderlo solo hay
que hacer un pequeño ejercicio.
Imagina la no existencia, imagina la
nada absoluta, completa y total, en un vacío eterno, no existir, no
ser. La desaparición total y para siempre de lo que eres, sin
memoria, ni recuerdo, sin que nadie sepa que fuiste o si exististe.
Si
lo has intentado, tu ego se habrá rebelado y se habrá convertido
en tu mayor enemigo, no es algo sencillo, ni siquiera creo que nadie
pueda lograrlo. No te preocupes es solo un ejercicio, para lograr
precisamente eso, que tu ego dé la cara y puedas ver su peor
rostro.
No hay mejor forma para saber a qué
te enfrentas, otros lo llaman sombra, es simplemente amor por las
etiquetas, pero lo importante es que conozcas esa parte oculta de ti
y la trabajes.
Personalmente
yo no me planteo el regreso a la fuente, ni el tener que ir a ningún
sitio, o hacer nada concreto cuando todo esto termine. Sí lo deseo
para todos los seres que así lo quieran, para este planeta y para
todos los que están mal viviendo aquí, pero yo entiendo la
existencia de otro modo y en esa idealizada recompensa final, como
una opción más, no como una meta única.
Esto
no tiene que ser entendido, ni compartido por nadie, la meta a la
que cada uno aspira al final, es individual. Tampoco entiendo esta
existencia como una evolución, este argumento está cada vez más
desmontado, y no hace falta evolucionar a lo que ya somos, solo se
trata de recuperar lo que perdimos (o nos quitaron, ya se verá).
La
metafísica es esto, plantearte tu existencia, tu experiencia, más
allá de lo que tus líneas mentales y las fronteras del ego nos
permiten, cruzar esos límites y volver sano y cuerdo, para darnos
cuenta que nuestro culo ocupa un espacio ínfimo en el universo, y
que no es más importante ni mejor que el del resto, solo es, lo que
eres ahora.
Fuiste otras cosas antes, y serás
otras más adelante, no es una cuestión evolutiva, es solo la
elección de algo que no recuerdas, no comprendes o simplemente no
eres consciente.
Es importante saber quién eres, pero
ello no debe ir en contra de lo que son los demás, de lo que somos
todos, de lo que en algún momento seremos o no.
Las eternas preguntas existenciales
ya están respondidas y todas estas cuestiones pueden ser respuestas
de dos formas, con una palabra de cuatro letras.
¿Quién soy?
¿De dónde vengo?
¿Hacia dónde voy?
Para responder solo debes elegir
entre…
TODO / NADA
Ambas son correctas, ambas son lo
mismo, ambas precisan de un proceso de integración de opuestos en
una misma unidad.
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