Artículo
exclusivo de Ibn Asad: “Tecnocracia global y
destrucción familiar”
Colaboración
exclusiva del ensayista más brillante de la historia. Soberbia
descripción de toda la panoplia que tienen preparada los illuminati
para CONVERTIRTE en una máquina infrahumana. Aunque el artículo es
largo, no tiene desperdicio. El plan del Nuevo Orden Mundial, viene
de atrás y ya en el siglo XIX lo tenían todo planeado. Infórmate
y despierta,
Cuanto antes lo sepas, mejor:
“Al
colaborar en un blog como éste, me consta que muchos lectores serán
jóvenes y muchos tendrán un molesto concepto de algún miembro
familiar (“el pelmazo de la suegra”, “el plomo del cuñado”,
“la rompe-pelotas de la tía”…) Es natural. Pero aquí no se
va a tratar un proceso natural. Quizás los lectores más jóvenes
(y los no tan jóvenes tampoco) no saben que han sido atacados
durante más de un siglo por una comunidad científica con un
objetivo explícito: la destrucción de la unidad familiar. No es
ningún secreto… basta con abrir los ojos para evaluar su éxito.
Pero, ¿somos conscientes de ello?
Poco
importa qué raza, qué religión, qué nacionalidad tenga el
lector. Si busca en su corazón, todo ser humano encuentra los
mismos pilares sagrados: su familia, su padre, su madre. Dijo el
Profeta (sal-la
allahu ‘alaihi wa sal-lam):
“El paraíso está a los pies de todas las madres.” Y es que a
todo ser humano, musulmán o no musulmán, no le cuesta encontrar
una valencia sagrada siempre presente en su seno interno: su madre.
Somos humanos en la medida en la que nuestros padres (y en especial,
la madre) nos lo permitieron ser: nuestra inteligencia,
sensibilidad, pureza, voluntad, fuerza, vigor, valentía,
honestidad… fueron transmitidas por nuestro padre y por nuestra
madre. Sólo en las comunidades más decadentes y moribundas se
encontrará la completa profanación del principio maternal: los bad
boys norteamericanos se saludan entre sí al estilo Tarantino (hey,
motherfucker!), los coleguitas que se encuentran en el Malasaña
madrileño se dicen amistosamente “¿Dónde te habías metido,
hijo de puta?”, y en las pintadas del Muro de Berlín una de las
palabras que más se encontraba era “Hurensohn”. Sin embargo,
aún hoy (con la excepción de la Gran Europa), no se puede insultar
a una madre sin consecuencias fatales. Si en una discusión entre
magrebíes alguien menta a una madre, esa discusión acabará en
sangre. Eso está garantizado. Si quieres buscar una pelea mortal,
pronuncia la palabra prohibida entre iraquíes, pakistaníes,
nigerianos, indonesios… te aseguro que no saldrás ileso.
Lo
que parece una “diferencia cultural” supone ser sólo un reflejo
de un proceso que afecta a todo el mundo globalizado y que tiene
como núcleo, en efecto, Europa y Estados Unidos. En este proceso
están implicados un gran número de profesionales, de
instituciones, de organizaciones, de universidades… de una manera
mucho más consciente de lo que algunos de vosotros preferís creer.
Porque este proceso de destrucción del valor familiar no es sólo
un proceso; es un plan. Intento explicarlo en forma de síntesis:
PLAN
GLOBAL DE DESTRUCCIÓN DE LA FAMILIA
Intentemos
ponernos en el lugar de un globalista que busca un control absoluto
del individuo (lo que él considera su siervo, su vasallo, su
esclavo). ¿Cuál será la última oposición que encontrará en su
psicópata ambición de controlar a los pueblos? Todo individuo
miembro de cualquier comunidad humana tiene un sano y natural
mecanismo de defensa en su familia: si te atreves a atacar, por
ejemplo, a un gitano, tienes que saber que después de agredirle
tendrás que derribar también a sus primos, a sus tíos, a sus
cuñados, a los vecinos… Si llevamos esto a un nivel más amplio,
comprendemos que el proceso globalizador tiene como mayor enemigo a
la unidad familiar: si el individuo no tiene familia, queda
indefenso a cualquier ataque gubernamental; si el individuo no tiene
padre que le infunda coraje y osadía, estará sin defensa ante el
adoctrinamiento secular del Establishment; si un individuo no tiene
madre que le dé cariño y protección, el poder político podrá
“criar” a esa persona al antojo de sus intereses. En palabras
claras: sin tu papi y sin tu mami, el Gran Hermano tiene vía libre
para devorarte.
EN
EL SIGLO XIX YA TENÍAN PREPARADA LA AGENDA GLOBALISTA TOTALITARIA
Gustave
Le Bon, antecedente de la manipulación de la psicología de masas
de Freud
Este
simple principio lógico (la familia como principal enemigo del
proceso globalizador) está explícito en el trabajo de filósofos y
sociólogos decimonónicos que sentaron las bases de esta ciencia
(¿Ciencia? Sí, ciencia: con universidades, departamentos,
fundaciones y titulaciones académicas propias). Gustave Le Bon
escribió en 1895 “La Psychologie des Foules”, y este trabajo
influyó en profundidad a Sigmund Freud que escribió mucho más
tarde “Massenpsychologie und Ich-Analyse”. Quienes crean que la
ingeniería social en manos de los globalistas es una “teoría”
propia de un “conspiranoico” (sabéis que detesto esa palabra)
que lean esos dos trabajos: que empiecen por el decimonónico Le Bon
y terminen con la psicología de masas freudiana. En la teoría, las
pretensiones “socializadoras” de la intelectualidad europea de
finales del siglo XIX dejaron bien claras sus intenciones: la
familia sobra, la familia molesta a la élite, la familia supone ser
un incordio para todo tipo de sociedad controlada científicamente.
LOS
JUDÍOS MARX Y FREUD VIVÍAN EN LA SEDE ILLUMINATI: LONDRES
Pero
estas pretensiones no se quedaron en la teoría. La intelectualidad
secular europea tenía un plan de praxis que nunca ocultó y con el
que fantaseaban en sus obras sin ningún tipo de complejo: buscaban
construir una “nueva sociedad” (así dijo por ejemplo Proudhon),
un “nuevo hombre” (así dijo por ejemplo Nietzsche), una “nueva
ciencia” (así dijo por ejemplo, Galton). No sólo se contentaron
con negar a Dios, repudiar a Dios, “matar a Dios”… osaron
también intentar sustituirlo. Comenzaron a jugar a ser Dios,
creando hombres ideales, ciudades ideales, sociedades ideales. Esta
blasfemia se apoyó en una comunidad científica financiada por la
misma minoría industrial-bancaria que ahora mismo se jactan de ser
los dueños del mundo. La élite científica de finales del siglo
XIX se arremolinó alrededor de un único centro institucional:
Londres. Karl Marx era alemán, pero redactó y publicó el
Manifiesto Comunista en Londres (de hecho, él mismo está enterrado
en Highgate). Sigmund Freud era austriaco, pero se fue a “teorizar”
a Londres (él mismo, vivía en Maresfield Gardens). Elliot Jaques
era canadiense, pero se mudó a Londres para trabajar en Tavistock
Institute. ¿Por qué Londres? Pues porque toda hueste de este
monstruo tiene allí su nido.
Las
utopías sociales se aparearon con las utopías biológicas y
raciales a través de una misma enfermiza familia endogámica:
Galton-Darwin. Charles Darwin no sólo se interesó por los bichitos
de las Galápagos; él dijo: “si podemos motivar a las mujeres a
ir detrás de los beneficios materiales, dejarán de tener hijos.”
Su primito Francis Galton se volcó aún más en el ser humano y en
pretender “mejorar la raza humana en las próximas generaciones”.
Del ayuntamiento incestuoso entre ambos, surgió el “darwinismo
social”. Literalmente: mientras esta gente teorizaba sobre su
“sociedad ideal”, su “hombre ideal”, su “raza ideal”…
sólo procreaban entre ellos en un régimen endogámico sólo
comparable al que se somete a los perritos cocker con pedigrí. Una
de las pocas familias involucradas en este experimento de élite
científico-racial fueron los Huxley; y esto nos lleva directamente
al fiel H.G. Wells, socialista fabiano perro bulldog de Charles
Darwin (no le estoy insultando: así fue llamado en su tiempo): Sir
Thomas Henry Huxley.
Este
círculo científico vivía y trabajaba (y trabaja) con un objetivo
que sus escritos nunca ocultaron: construir una sociedad ideal
jerarquizada a través de una ciencia secular representada por una
escasa minoría científica que en última instancia rinde pleitesía
al Imperio Británico. Es por ello por lo que en estas gentes
confluyen espectros sólo reconciliables a través de la más
abyecta hipocresía: el puritanismo victoriano con el ateísmo
científico, el anglicanismo rancio con el escepticismo propio del
empírico, el moralismo cristianoide con la más rabiosa
inmoralidad. El núcleo político de esta selecta minoría se
encontraba en la Fabian Society: los “socialistas” (así se
definían) que tenían como estrategia imponer el programa
socialista a hurtadillas, sin encarar al enemigo (como se supone
hizo Fabius Maximus).
Un
miembro de la Fabian Society fue H. G. Wells, que fue alumno de T.H.
Huxley (el “perrito” darwinista) en la Royal College of Science.
Muchos piensan en la actualidad que Wells fue sólo un novelista de
ciencia-ficción, pero si leemos sus libros de no-ficción,
encontraremos un buen montón de folletos de propaganda New World
Order (literalmente; así se refería al proyecto fabiano: New World
Order). Wells hizo explícito que para llevar a cabo ese proyecto,
“debemos destruir y terminar la obsoleta unidad familiar”. Si
quieren conocer a H.G. Wells les recomiendo que lean “Outline of
History”, obra histórica en la que colaboró el que después
sería director de la UNESCO, Julian Huxley (nieto del bulldog), que
dijo: “Si introducimos una sociedad que devalúe la vida humana y
sacamos a la humanidad de su altar como ser privilegiado del
planeta, entonces podremos llevarlo a nuestra sociedad controlada
como población útil.” Pero el programa de ingeniería social de
la tiranía científica no lo escribió un británico, sino un judío
austriaco, Edward Bernays, sobrino de Sigmund Freud, que pasaba sus
últimos días activos en el Tavistock de Londres.
LAS
OBRAS DE WELLS HIEDEN A NWO
El
primer ensayo fueron los años veinte (The Happy Twenties). En
periodo de entreguerras, instituciones norteamericanas en
estrechísima hermandad con las británicas, implementaron la
primera revolución sexual: charleston dance, cigarrillos para
mujeres, cabarets… el cine sonoro aparece en 1927 de manos de la
productora Warner (“The Jazz Singer”), se introduce en la
sociedad la cocaína (los Freud y compañía ya la habían estado
probando empíricamente años atrás), y las mujeres se cortan el
pelo como los hombres. Consecuencias: se quintuplica en Estados
Unidos el número de orfanatos controlados por el gobierno, se
triplica el número de divorcios, y se multiplica en una proporción
no determinada el número de contagios de enfermedades venéreas. La
ingeniería social de la élite secularizadora se sorprende de lo
fácil que es devastar el sustrato cultural de una sociedad para
implementar los contenidos útiles para su proyecto. Asombrados por
la vía de manipulación de masas abierta, Lavrenti Beria dijo en la
reunión de la Internacional Socialista en 1934: “Llevaba un siglo
alterar la estructura cultural de una nación. Con los medios que
tenemos ahora se puede cambiar en cinco años.” Esto lo dijo Beria
en 1934… ¡y ni los soviéticos, ni los anglo-americanos tenían
aún televisión, ni videoclip, ni muchos menos Facebook! Los
felices años veinte fue sólo un frugal aperitivo.
“THE
HAPPY TWENTIES” FUE EL PRIMER PLAN DE INGENIO SOCIAL
La
II Guerra Mundial supuso un fantástico experimento de pruebas en lo
que respecta a la psicología de masas. Todo el trabajo de
devastación cultural y familiar de las últimas cuatro décadas, se
pudo hacer en cuatro años: la II Guerra Mundial deja millones de
huérfanos, infancias rotas y familias mutiladas. La consecuencia
política directa de la II Guerra Mundial fue la actualización de
la Sociedad de las Naciones (definida por el vocero faldero del
socialismo fabiano H.G. Wells como “el núcleo del gobierno
mundial”): nace la ONU con sede en el solar neoyorkino propiedad
de la familia Rockefeller. ¿Y a quién tenemos como primer director
de la plataforma científica, cultural y educacional de la ONU? A
Julian Huxley, el nieto de Thomas Henry Huxley, el endogámico
bulldog de Darwin. La misma familia; el mismo programa. El hermanito
de Julian, Aldous Huxley fue quien publicó años atrás “Brave
New World”, novela mala en donde se fantasea alrededor de “los
nuevos paradigmas familiares abiertos por la tecnología” (sic.)
¿Qué paradigma es ese? Familias sin familia: niños educados
científicamente a través de herramientas tecnológicas en manos de
la élite europea secular.
RUSELL
ANHELABA UNA “SOCIEDAD DISEÑADA”
En
este contexto entra en escena una pieza de ajedrez importante:
Bertrand Russell. Lord, Sir, Conde de Russell, nieto del Duque de
Bedford… ¿Tenéis claro para quién trabajó este señor?
Russell, tras estudiar en Cambridge y Los Angeles, se puso a
trabajar en el Trinity College británico, llevando a cabo estudios
que sólo la maldad de la maldita Corona británica pueden permitir
y financiar. “The Impact of Science on Society” (1951) ya nos
habla de una sociedad diseñada y fabricada por una tiranía
tecnocrática: “made society”, “design society”, “create
culture”… son expresiones cotidianas en la fraseología
russelliana. El señor Russell dijo: “Al construir una sociedad
narcisista en donde todos están preocupados por sí mismos, la
población no se levantará por nada ni nadie; y así el gobierno
dominará a cada individuo directamente.” A partir de la segunda
mitad del siglo XX, comienza una escalada de ataques a la estructura
social y familiar de todo el mundo, con periódicas revoluciones
culturales y tecnológicas que arrasarán los resquicios de
sustratos culturales genuinos. Apriétense los machos.
DISEÑO
SOCIAL, DISEÑO FAMILIAR Y DISEÑO SEXUAL
Conocemos
los detalles del plan de destrucción familiar no tanto por Bertrand
Russell (que supo esconderse tras su figura pública), sino
por Jacques
Ellul. Russell
ganó el Premio Nobel; a Ellul no le dieron ningún premio así.
Russell tenía más medallas que Michael Phelps (Sylvester, De
Morgan…); Ellul no fue condecorado por el Establishment
científico. No voy a poner a Jacques Ellul en un pedestal que no
merece, pero lo cierto es que la crítica voz de Ellul es el más
explícito testimonio de lo que en realidad estaba llevando a cabo
el socialismo tecnocrático europeo. La obra de Ellul señala lo que
él llamó “la societé technicienne”. La propaganda
tecnocrática no busca adoctrinar al esclavo con argumentos lógicos,
sino que va directamente al aspecto emocional del ser humano donde
éste se encuentra intelectualmente indefenso. Es por ello por lo
que el sentimentalismo es el dominio preferido de los medios de
propaganda seculares. Y es por ello por lo que la sexualidad es
diseccionada y actualizada como engendro a través de una
devastación del hombre y de la mujer (ellos lo llamarán
“revolución sexual”). Veamos qué hacen con la mujer y con el
hombre, con la madre y con el padre, contigo y conmigo.
Devastación
de la mujer; actualización secular del arquetipo femenino: Galton,
Wells, Huxley, Russell (todos ellos hombres)… todos hicieron
explícito identificar a la familia tradicional como el enemigo a
batir en su “sociedad ideal”. Si meditamos en ello es lógico
que no haya nada más temible para los globalistas que la capacidad
de amor, protección y ternura innatas en toda mujer. Si la fuerza
política quiere adoctrinar a las nuevas generaciones, saben que
tienen que: a) aniquilar a las madres; o b) convertir a las madres
en estériles repetidores de propaganda. ¿Qué hicieron? Hicieron
ambas cosas.
Siguiendo
el principio de Darwin ya citado, tanto los soviéticos como los
banqueros-industriales anglo-americanos (en última instancia, son
los mismos) financiaron periódicas revoluciones culturales, que
dieron una ilusión de liberación a una mujer que, a partir de ese
momento, se vio obligada a competir laboralmente. El éxito
inmediato de esta maniobra fue la duplicación de la recaudación
fiscal: ahora, el Establishment se garantizaba un doble momio con el
saqueo a través de los impuestos tanto del padre como de la madre
(los dos trabajan, los dos cotizan, los dos son sangrados). Por
supuesto, la maniobra no se quedaba ahí: la educación de los hijos
de las llamadas madres trabajadoras fue adjudicada a una recién
estrenada televisión que en los años cincuenta y sesenta hace su
estelar aparición. Los índices de divorcio se dispararon
exponencialmente a lo largo de toda la segunda mitad del siglo XX;
también el de los abortos y el de los orfanatos gubernamentales.
Todo
el movimiento feminista fue financiado y soportado por las mismas
instituciones públicas y privadas que aquí se han citado. (Existen
libros muy buenos que tratan este tema; cito por ejemplo, “Seeds
of Destruction” de F.W. Engdahl) La implementación de todo esto
fue (y es) global, y aunque Europa y Estados Unidos fue su
laboratorio de pruebas original, en el siglo XXI ya se puede evaluar
su alcance: millones de mujeres incapacitadas y lisiadas
científicamente para ejercer como tales, como esposas, como madres,
como compañeras de vida. El Novus Ordo Seclorum busca la
erradicación de las diferencias sexuales en su dimensión sacra y
eminente. Por ello, la mujer moderna es sólo mujer en el aspecto
exterior que aún tiene utilidad publicitaria y económica. Si las
mujeres cada vez son menos mujeres… ¿Qué está ocurriendo con
los hombres?
MONEY,
MONEY, MONEY…
Devastación
del varón; actualización
secular del arquetipo masculino: ¿Qué está ocurriendo con los
hombres? Lo mismo que con las mujeres. Han conseguido neutralizar
los activos viriles que necesita toda comunidad para defenderse: el
vigor, la valentía y la lealtad. Para ello, la ingeniería social
globalista se ha servido de instrumentos de programación de las
masas, como el deporte. Los instintos tribales de agrupación y
defensa son controlados a través de espectáculos deportivos. Han
conseguido que la furia de un varón ante la injusticia, la barbarie
y el ultraje, se controle y se canalice a través de la simpatía
sentimental hacia un equipo deportivo. Han conseguido disfrazar el
sentimiento de pertenencia a una comunidad con los colorines de las
camisetas, las mascotas y los aros olímpicos. Han conseguido captar
la atención del varón con una simulada pantomima de valores
heroicos, sin ningún heroísmo ni ningún valor. Eso es el deporte.
Otro
instrumento para desvirilizar al hombre moderno e incapacitarlo de
cara a la formación de una familia ha sido el erotismo. La
psicología conductivista aplicada a las masas sabe que un varón
bombardeado con estímulos eróticos constantes, acaba
acostumbrándose al contenido erótico de tal forma que su libido
queda desvigorizada y reducida a lo estrictamente biológico-genital.
Algunos lectores jóvenes se sorprenderán, pero así es: cuanto más
derroche de energía sexual, menos virilidad. Más claro: cuanta más
pornografía, menos fuerza viril. (Eso no lo digo yo, ni tampoco la
sexología de los modernos: quien quiera investigar sobre los
conceptos tántricos del sthula-bindu y
del ojas,
recomiendo un libro claro y hermoso del querido André Van Lysebeth,
“Tantra. The Cult of Femenine”.) Esta emasculación espiritual
del varón y la animalización de su sexualidad, favorece una
trivialización del adulterio, en la actualidad generalizada en
todos los países occidentales. A quien no le quede claro que el
varón es cada vez menos viril, menos leal y menos vigoroso, que
descienda (con Virgilio o sin él) al Rozze Burt holandés, al Soho
londinense, o al Chueca madrileño. Le aseguro que será un garbeo
muy revelador.
Existen
otras herramientas importantes en la desvirilización del hombre
moderno, como la industria farmacéutica, la industria alimenticia o
la industria del entretenimiento. Incluso en términos cuantitativos
y físicos, la OMS reconoce que la calidad del esperma de la
población estadounidense se ha reducido en los últimos treinta
años en niveles inexplicables. Algo parecido pasa con los europeos
y con todos los varones de un mundo ya globalizado. Y si todos
reconocen que este mundo ya está globalizado… yo pregunto:
díganme, señores, ¿quién lo ha globalizado?
Esto
es clave: la familia no ha muerto en menos de un siglo por un
proceso natural; se ha cometido un asesinato con alevosía. Existen
presupuestos anuales de millones de dólares dirigidos a
instituciones, fundaciones y think-tanks que buscan optimizar el
control tecnocrático sobre una población valorada como un rebaño
de ovejas. Departamentos militares, servicios de inteligencia,
ministerios públicos, instituciones filantrópicas… todos
persiguen un mismo objetivo (¡llámenlo “socialismo” si
quieren, y verán en qué polémica se meten!). La mayoría de los
profesionales involucrados en estos organismos no saben (ni quieren
saber) para qué agenda están trabajando, y se limitan a actuar
según su adiestramiento profesional. El 99,99% de los psicólogos,
psiquiatras, sociólogos, educadores, relaciones públicas,
publicistas, burócratas varios… van a preferir desoír esta
información por una cuestión de mera supervivencia de mentalidad
de rata. Siempre van a argumentar: “¡Yo sólo hago mi trabajo!”
¿Y cuál es ese trabajo? Romper la barrera que protege al individuo
de un Establishment político muy interesado en controlar cada
faceta del ciudadano global. Esa barrera es la familia; y ese
ciudadano eres tú.
ADOLESCENCIA
PERPETUA: MADE IN SKULL & BONES
Parte
de ese 0,01% consciente de quién es y qué hace, fue Eric
Trist,
psicólogo que estudió en Yale (Skull&Bones) y fue alumno de
B.F. Skinner. Trist observó la posibilidad de modificar la conducta
(de hecho, lo llaman “conductivismo”, behaviorism) a través de
ciertas técnicas. Existe una palabra clave en el conductivismo de
masas: “crisis”. ¿Cuál es la época más crítica de todo ser
humano? La adolescencia. Por ello, se busca prolongar la
adolescencia de la población en sendos límites para prefabricar
una sociedad global infantil, inmadura, descentrada, irreflexiva,
dispersa, distraída y maleable. En civilizaciones normales, la
adolescencia era un corto y natural lapso de tiempo (uno o dos años,
a los 15 ó 16 años) que precedía a las responsabilidades de la
vida adulta. Tras cien años de trabajo de
los think-tank globalistas,
la adolescencia es un amorfo tiempo extendido desde los diez años
hasta unos indeterminados treinta y tantos (o incluso más). Saben
que la mejor forma de garantizar la erradicación de relaciones
interpersonales profundas es instigar a tener varios compañeros
sexuales durante los críticos años de la adolescencia.
Saben
que la promiscuidad asegura en la sociedad la incapacidad de aceptar
un compromiso amoroso como base para la formación de una estructura
familiar. Saben cómo demoler una estructura social sana, porque
llevan siglos estudiándolo. A través del mass media se sexualizó
a los pre-púber y se prolongó el infantilismo en edades avanzadas,
tal y como el Dr. Trist teorizó hablando de lo deseable que era lo
que él llamó “adolescencia
perpetua”. ¿Por
qué hacer de la población mundial una masa eternamente
adolescente? El adolescente es un consumidor nato. El adolescente
gasta más. El adolescente es pusilánime. Y sobre todo: el
adolescente no es ni un niño ni un adulto; es decir, es
completamente dependiente y, al mismo tiempo, es incapaz de formar
una estructura familiar independiente. Abrid los ojos y mirad a
vuestro alrededor.
TELEVI-SIÓN=
PROGRAMACIÓN MKULTRA
Ellos
saben muy bien lo que están haciendo… ¿lo sabes tú?
La
Televi-Sión es para el control mental, no para el ocio
Propaganda
a través del deporte
MEDIOS
Y HERRAMIENTAS DE PROPAGANDA GLOBAL
Joseph
Goebbels, profundo conocedor y admirador del trabajo de Bernays,
dejó en sus escritos sobre Weltanshauungskrieg en
1939: “En las próximas décadas tendremos medios suficientes para
modificar completamente la percepción que el europeo tiene del
mundo.” Esos medios –ya lo señaló Le Bay y después Russell-
eran medios técnicos, o en definitiva, tecnológicos. La propaganda
se serviría de los “nuevos medios” de comunicación que
aspirarán a tener un alcance global a lo largo de todo el siglo XX.
Esta propaganda se presenta con apariencia artística, a pesar de
que su producción se lleva a cabo desde la antípoda de cualquier
arte: la industria. La Unión Soviética tenía una “Industria de
la Cultura” que, sin eufemismos soviéticos, no era otra cosa que
el aparato de propaganda. En los estados del bloque occidental el
término más usado para referirse a esa entidad gubernamental no
fue “industria” sino “ministerio”, voz política que está
irremediablemente extraída del contexto institucional vaticano.
Estos aparatos (en la guerra fría, “industrias” en los
comunistas, “ministerios” en los capitalistas) trazaron una
línea conjunta de desarrollo coordinada por la entidad de UN
(Educational, Scientific and Cultural Organization). Y ahora, en
pleno siglo XXI, se comprueba que todas las reformas educativas, las
legislaciones científicas y las políticas culturales convergen en
un mismo modelo con una simetría asombrosa. ¿Por qué los sistemas
educativos tienden a uniformarse en todo el mundo? ¿Por qué se
habla de una única comunidad científica internacional? ¿Por qué
todos escuchamos la misma música, vemos las mismas películas,
vestimos los mismos blue jeans? Existe una coordinación
meta-nacional en todo esto. Esa coordinación de propaganda global
se ejecuta actualmente desde Naciones Unidas.
Engañado
por ese aparato, el ciudadano global ve arte, cultura y educación,
allá donde sólo hay propaganda, propaganda y propaganda. De hecho,
aún hoy (ya sin soviets), los propagandistas se refieren a esas
herramientas como “industrias”. Aquí señalaremos cinco de esas
industrias y un breve resumen de algunos de sus mecanismos, los
relacionados directamente con la destrucción de la unidad familiar,
objetivo explícito del socialismo tecnocrático.
La
Industria del Deporte:
El
ya citado Goebbels dijo con referencia a los Juegos Olímpicos de
Berlín en 1936: “Este grandioso evento será la demostración
experimental que mostraremos al mundo de nuestras ideas.” Goebbels
se refería a las teorías raciales y eugenésicas. Pues bien, en
1936 las olimpiadas se celebraron en la Alemania nazi… después la
guerra… y ocho años después, se celebraron en Londres, y a los
cuatros siguientes también en Londres. La locura racial no fue ni
mucho menos exclusiva de los nazis. De hecho, hubo una campaña
propagandística de masas que buscó la criminalización del
nacional-socialismo, alrededor de los excesos que compartieron con
sus enemigos aliados. La eugenesia es europea, el colectivismo
tecnocrático es europeo… y el deporte también es europeo.
El
poder propagandístico del deporte es inmenso en la sociedad global.
Incide con virulencia en la emotividad de las masas para transmitir
contenidos pseudo-heroicos a niños y adultos. Erradica las
referencias viriles genuinas de la cultura, para sustituirlas por
modelos comportamentales prefabricados. Por ejemplo: un niño hindú
normal crecía escuchando historias de Arjuna, un niño español
normal se criaba escuchando leyendas del Cid Campeador, o un niño
egipcio normal aprendía de los relatos que escuchaba de Dhul-Nun.
En el mundo globalizado, esa autenticidad cultural fue sustituida
por Leo Messi, Cristiano Ronaldo, Kobe Bryan, Tiger Woods, Michael
Phelps y compañía.
Una
vez más, la técnica se aplicó en este medio propagandístico con
el desarrollo de una medicina y una farmacología propia: la
medicina deportiva y su correspondiente doping. ¿Qué sería del
deporte de élite norteamericano (NBA, NFL, etc) sin doping? Nada.
¿Y qué sería de la industria del deporte sin el deporte de élite
norteamericano? Nada de nada.
Porque
el deporte de élite es el campo de pruebas de la investigación
farmacológica y biotecnológica desarrollada por las mismas
instituciones siniestras que aquí se han citado. Las principales
universidades en esta área son las británicas de siempre
(Cambridge y Oxford) y ciertas universidades norteamericanas (en
especial, californianas). Los Huxley fueron los primeros en hablar
de “transhumanismo”, y ambos (en especial, Aldous) trabajaron en
la Universidad de Los Ángeles y en contextos académicos
californianos de los que saldrá más tarde el Foresight Institute.
En Silicon Valley está Singularity University, entidad científica
y educativa fundada por el judeo-austrico (como Bernays) Raymond
Kurzweil, que aboga por la biotecnología, la nano-robótica y la
farmacología para “mejorar al ser humano”. En este proyecto
participan patrocinadores como la NASA, Google, o Nokia. Un ejemplo
más histriónico de esta hermandad entre socialismo tecnócrata y
deporte es el atlético y grotesco Timothy Ferriss, que es doctor en
Neurociencia (Neuroscience) en la Universidad de Princeton. Llevan
más de cien años fabricando héroes de plástico; y con el deporte
se ha llegado al límite inferior en el cual los fantoches
producidos ni tan si quiera se asemejan a un ser humano.
OTRO
CANON Y LOGRO DE LA INFRAHUMANIDAD:
Los
engendros de la tecnología y la farmacología deportiva
Angelina
Jolie, Embajadora de Naciones Unidas y CFR
El
industrial del cine, Pedro Almodóvar, nombrado Doctor Honoris Causa
La
Industria del Cine:
Si
el deporte es la principal herramienta de propaganda global sobre
los instintos activo-masculinos, la Industria del Cine se sirve de
la pasividad inherente a todo espectador para llevar a cabo una
profundísima manipulación psicológica. Que nadie lo dude: el cine
es un medio propagandístico. Como industria nació en Los Angeles a
principios de siglo XX, y en él siempre prevaleció la “producción”
por encima de cualquier dirección artística o trabajo
interpretativo a sueldo. El dueño de una película es siempre el
“productor”. El cine no es un medio artístico en el que se
insertó una industria. No, no, no. Es una industria de propaganda
en la que dentro existen destellos artísticos que en última
instancia están a sueldo de la producción. En palabras aún más
claras: el cine no es el séptimo arte; sino que es -y siempre fue
desde su aparición- la principal herramienta de propaganda global.
Sobre todo después de la crisis de los años cuarenta, el cine de
Hollywood ni tan siquiera es rentable en términos económicos. De
nuevo, la financiación de una herramienta propagandística (en este
caso, el cine todo ello) se apoya en una sofisticada estructura de
fundaciones, entidades privadas y subvenciones públicas más
interesadas en su función propagandística y publicitaria. ¿Os
habéis preguntado cuánta gente tendría que ir al cine y pagar su
entrada para pagar los cachés de Steven Spielberg, Angelina Jolie o
Tom Hanks? No hay gente ni salas de cine en el mundo suficientes
para sufragar esas cifras. Hay otros financistas y otros intereses.
¿Cuál
es la función simbólica de una “estrella”? La de guiar: la
Estrella Polar (o el Crucero del Sur) nos guía; la Estrella de
Oriente guía a los Reyes Magos; alguien bien guiado es alguien “con
estrella”. Obsérvese que se ha creado un explícito “sistema de
estrellas” (star system; literalmente así llamado). La población
mundial es guiada científicamente por unas referencias
comportamentales sistematizadas: las “estrellas” de cine. Para
formar parte de ese sistema estelar, además de ser actor, hay que
tener algunos de los siguientes requisitos: o ser de origen
judeo-asquenazita, o estar divorciado, o tener un pasado
problemático con las drogas y el alcohol (o en muchos casos, los
tres al mismo tiempo). De forma descarada, algunas de estas
referencias estelares se presentan como “Embajadores de Buena
Voluntad de la ONU”; otros como “caballeros” de la Reina de
Inglaterra; y otros directamente como directores y miembros de
entidades educativas, academias artísticas, fundaciones
filantrópicas, ministerios de cultura, universidades varias…
Estos sinvergüenzas son las referencias comportamentales de todo el
mundo globalizado, y a estas alturas la influencia de esta
herramienta de ingeniería social se encuentra en extremo desbocada.
TODA
LA INDUSTRIA DE SEXO ESTÁ DISEÑADA PARA ESCLAVIZARTE, NO
PARA EL PLACER
La Industria del Sexo:
Conviene
tomarse en serio como enemigo a la llamada Industria del Sexo. En
volumen de negocio sólo tiene parangón con la industria del cine
convencional. Si se estudia su financiación y su origen se
comprende qué función propagandística tiene. Con la pornografía
(tal y como con el opio o la cocaína) ocurre que los primeros
consumidores y traficantes formaban parte de la misma élite
política. Los primeros pornógrafos fueron nobles europeos e
industriales norteamericanos más o menos pervertidos. Con las
revoluciones culturales de los sesenta y los setenta, la población
tuvo acceso libre a la pornografía, a través de empresas con el
mismo origen que las cinematográficas. Hollywood está al lado de
San Fernando Valley. Para comprender rápidamente la importancia de
la Industria del Sexo en el plan global de destrucción cultural,
basta saber que uno de sus magnates, Hugh Hefner, fue asistente
registrado de varias reuniones Bilderberg. ¿Por qué comparten mesa
tipos como Hugh Hefner o Larry Flint con tipos como Henry Kissinger
o David Rockefeller? Insisto en que hay que tomarse en serio la
amenaza de la industria pornográfica: ataca y arrasa cimientos
culturales con poquísimo esfuerzo, rápido y en masa. No se trata
sólo de que el onanismo desvitalice al consumidor de estos
contenidos hasta límites que prácticamente ningún moderno va a
reconocer por un hipócrita pudor. La pornografía de masa va más
lejos: la misma actividad sexual se muestra como una mera
masturbación con otro cuerpo, profanando toda valencia sagrada de
la sexualidad. Personalmente me niego a pensar que existen tantos
onanistas dispuestos a pagar como para mantener una estructura
empresarial que mueve tantos millones de dólares. Como ocurre con
el cine convencional, el cine porno se apoya en una financiación
suministrada por entidades interesadas en su papel propagandístico.
Si
se observa a sus productores, se verán unos puntos comunes. Gran
porcentaje de los productores y actores porno se criaron en
contextos sociales y familiares de un extremo puritanismo. Entre las
actrices porno, abundan las hijas de reverendos protestantes,
activos moralistas y férreos militares. No es una contradicción:
sólo en el puritanismo secular puede florecer una industria como la
pornográfica. Al repasar la biografía de algunos de los
protagonistas de esta industria, comprobé interesantes datos
comunes en muchos de ellos. Por ejemplo, una de las parejas de
productores de más éxito del siglo XXI, tiene un currículo
curioso: Michelle Belladona es hija de una autoridad religiosa
cristiano-mormona y militar de alta graduación en el Ejército de
los Estados Unidos; y su pareja y socio, el español Nacho Vidal fue
miembro de las Fuerzas Especiales del Ejército Español. Por
supuesto, en la pornografía se suministran todos los contenidos
propios de una decadencia civilizadora: homosexualismo, sodomía,
lesbianismo, coprofagia, bestialismo, necromancia, sadismo… todo.
Si comparamos Sodoma con nuestro “mundo feliz” del siglo XXI,
parece que la ciudad bíblica sería clasificada como softcore.
La
Industria de la Música:
La
música es otra herramienta propagandística de primer orden apoyada
en una
industria específica, pues al fin y al cabo ¿a quién no le gusta
la música? Cuando publiqué algunas observaciones sobre la cultura
pop en el libro “La Danza Final de Kali”, recibí decenas de
correos de beatlemaniacos, hippies y fans de Michael Jackson, que
creían haber leído una crítica hacia sus artistas preferidos. Esa
no es la cuestión. Por supuesto que hay músicos y artistas
extraordinarios que hacen música pop. Lo que tenemos que discernir
es que la estructura mediática que hace posible que esos artistas
sean conocidos es netamente propagandística. Michael Jackson puede
ser o puede no ser un gran artista, pero el hecho de que sus
canciones sean conocidas en Rio, Tokio, Paris o Johannesburgo, lo
permite un entramado que no tiene ningún interés artístico, sino
tan sólo político. Para mejor comprensión: en este artículo se
ha citado a Sir Charles Darwin, Sir Thomas Henry Huxley o Sir
Bertrand Russell. ¿Qué tendría en común toda esta gente con
tipos como Paul McCartney, Mick Jagger o Elthon John? Pues que los
unos y los otros (todos ellos) tienen título de Sir británico y
son “caballeros” de órdenes de la Corona de los Windsor. Una
institución política como la Corona jamás va a conceder honores a
alguien que no colabore con sus intereses. El valor artístico es
irrelevante, pues la función de estos sires en cuanto sires es
propagandística. Científicos, periodistas, militares… son meras
herramientas de los intereses imperialistas, y por ello, reciben
condecoraciones y honores de instituciones político-militares. Lo
mismo ocurre con la industria pop: es otro brazo del mismo plan de
agresión.
En
última instancia, las fuerzas militares, la psicología de masas
aplicada a la ingeniería social y la industria pop, colaboran
estrechamente entre ellas. Desde los años sesenta, periódicas
“revoluciones culturales” son implementadas para arrasar los
sustratos culturales genuinos de todos los pueblos, y de paso,
introducir ciertas drogas en la población. La música pop es algo
así como la banda sonora que estas revoluciones prêt-à-porter
utilizan en su imposición comportamental y manipulación social.
Cada década tiene su “revolución”, con su droga estrella y con
su artista estrellado. En los sesenta, el LSD (con su pelele Brian
Jones, drogadicto, muerto en extrañas circunstancias). En los
setenta, la heroína (con su pelele Sid Vicious, drogadicto, muerto
en extrañas circunstancias). En los ochenta, los anti-depresivos y
ansiolíticos (y con su pelele Michael Jackson, drogadicto, muerto
en extrañas circunstancias). En los noventa, la cocaína (con su
pelele Kurt Cobain, drogadicto, muerto en extrañas circunstancias).
Las revoluciones pop siguen un padrón repetido: devastación
cultural, imposición de una referencia comportamental e
introducción social de alguna droga. La única diferencia esencial
entre las diferentes revoluciones pop es que en cada década se
consigue un alcance mayor, pues las herramientas de propaganda cada
vez son más numerosas y potentes.
El
último y más salvaje ejemplo de esta imposición cultural es el
llamado hip-hop. Una vez más hay que saber discernir entre la
manifestación cultural legítima de un pueblo y la utilidad de
manipulación cultural que el plan globalista extrae. El pueblo
afroamericano es una de las comunidades más castigadas por la
ingeniería social tecnocrática. (Si queréis saber realmente qué
han hecho con los afroamericanos, leed Malcom X. No estoy diciendo
que veáis películas sobre Malcom X, documentales sobre Malcom X,
conciertos en homenaje a Malcom X. Estoy recomendando la lectura de
los libros de Malcom X. Hago una pregunta: ¿Alguien sabe quién fue
Malcom X? Leed Malcom X.) El pueblo afroamericano fue usado para
proyectar una “revolución cultural” global, aplicada en todo el
mundo, con unos contenidos claros: culto a la violencia, las drogas,
el dinero, el crimen y la misoginia. Con la cultura hip-hop, la
música pop como herramienta en manos de la ingeniería social
global llegó a un nivel de devastación sin precedentes en la
historia de la globalización cultural. En los años noventa,
mientras los occidentales se espantaban con las noticias de los
burqas de los tarados talibanes o de la monstruosa ablación genital
de algunas comunidades africanas, la música que escuchaban en sus
estaciones globales de música en los cinco continentes canturreaban
cantinelas con palabras como “hooker”, “bitch”, “cunt”,
“pussy”, y demás atropellos de los que no parecían espantarse
tanto. En pleno siglo XXI, tras observar y analizar las evidencias,
se puede enunciar con claridad: la industria de la música pop es
una inmensa red de propaganda global. Así de claro: podéis seguir
bailando a ese ritmo si eso queréis… pero así es.
La
industria del Entretenimiento:
Todos
estos medios propagandísticos globales (deporte, cine, pornografía,
música pop…) se presentan con el pretexto de ofrecer un inocente
entretenimiento. De hecho, ellos hablan de una “Industria del
Entretenimiento” como un cajón de sastre donde entra todo tipo de
propaganda. Fijaos en esta palabra: “entretenimiento”. El
entretenimiento es la acción de entretener y, definido por la RALE,
entretener no es sino “distraer a alguien impidiéndole hacer
algo”. Es decir: no hay entretenimiento posible sin la voluntad de
alguien que busca impedir algo al entretenido. ¿Qué pretende
impedir la Industria del Entretenimiento? Impedir que cuestiones,
que te enfurezcas, que razones, que luches, que veas, que hables,
que ames, que leas, que escribas, que pienses… en definitiva, ¡que
vivas!
Zbigniew
Brzezinski dijo en 1970, en “Between Two Ages” que “en las
próximas décadas va a resultar prácticamente imposible la
existencia de un pensamiento propio.” ¿Acaso piensas que el señor
Brzezinski está interesado en tu diversión? Pues lo está: existe
una Industria del Entretenimiento que produce cacharros que incluso
fueron llamados “Sistemas de Entretenimiento” (Entertainment
System). Recordemos la “adolescencia perpetua” del Dr. Trist y
la intención de infantilizar a la población global. Hace décadas,
apareció en escena algo referido con la palabra “juego” (game,
en inglés), es decir, algo para niños. Este “juego” no se
comercializó sólo para los niños. En su desarrollo, se puede
hacer un seguimiento de los contenidos y asegurar categóricamente
que todo esto es muchísimo más que un juego. Es una potentísima
plataforma de propaganda global con una influencia de masas en
constante crecimiento. Eso son los llamados “videojuegos”.
La
industria del videojuego ofrece algo novedoso con respecto a la
industria del cine: una ilusión de interacción. Ante una película,
el espectador está pasivo tragando contenidos. Ante un videojuego,
el jugador cree estar interactuando en una trama (por supuesto, la
actividad se reduce a los movimientos de las manos sobre el llamado
joystick). El videojugador se involucra emotivamente con lo que está
presenciando a través de su ilusoria participación. Resulta
previsible que sus apologistas y publicistas aseguren que el
videojuego no es más que un juego, como el ajedrez, las damas o el
manqara. Pero no es así: los contenidos están científicamente
escogidos y en la industria están involucrados las mismas
instituciones, entidades, universidades y las mismas corporaciones
paraguas que están detrás del deporte, el cine o la pornografía.
Las
playstations están en el mismo saco empresarial que la
cinematográfica Columbia Pictures o el monstruo discográfico Sony
BMG. Las X-box es un artilugio más de Microsoft y, por lo tanto,
bajo control de la infame Bill & Melinda Gates Foundation. Todo
videojuego está bajo la sombra del llamado “Gran 6” mediático.
Veamos cuáles son los contenidos de estos inocentes juegos: deporte
(por ejemplo, EA-Sports es una compañía especializada en
videojuegos en colaboración con FIFA, NBA, NFL… y demás
espectáculos deportivos), guerra (existen innumerables videojuegos
que son simuladores de guerra de infantería, de aviación, naval…
Cito, por citar alguno, la saga Medal of Honor), y armas (existen
innumerables videojuegos en los que el jugador -¿el niño?- se
familiariza con los diferentes fusiles, pistolas y rifles de asalto
del mercado internacional del armas.
¿QUÉ
ES VERDADERAMENTE LA REALIDAD VIRTUAL?
Muy
sencillo: Es Mátrix.
Cito,
por citar alguno, Counter Strike). Existen extremos ya alcanzados
como videojuegos consistentes en ser un criminal proxeneta (San
Andreas, de Rockstar Games), atropellar mujeres embarazadas
(Carmageddon, de Stainless Games), o realizar orgías sexuales
(Sexfriend, de Stone Heads). En el extremo del “entretenimiento”
ya alcanzado existen videojuegos que ofrecen una vida alternativa a
la vida real, una vida virtual, una ciber-vida (Second Life, de
Linden Reseach).Y es que estos “juegos” hace tiempo que dejaron
claras sus intenciones: crear una realidad paralela, virtual y
paradójica en el sentido de que no puede ser real. El desarrollo de
esta herramienta como medio propagandístico llevaría el poder de
manipulación psicológica hasta límites difíciles de predecir.
Preferimos
ceñirnos a la actualidad: si la Industria del Entretenimiento sigue
desarrollándose al mismo ritmo que lo está haciendo, ni los más
optimistas pueden alejar “los próximos años” que señaló
Brzezinski en 1970, del futuro más inmediato. Los medios de
propaganda global y psico-manipulación de masas habrán llegado en
ese momento a la culminación de su expansión exterior. En ese
momento, la escalada de control sobre el ser humano se concentrará
en su interior, en la propia tecnización de su organismo y
fisiología. Con control absoluto sobre el exterior del individuo y
su contexto social (es lo que han hecho durante todo el siglo XX),
la tecnocracia global a lo largo del siglo XXI se sumergirá en el
control de su interior y su computarización psicológica. Este
viaje infernal ya ha comenzado.
VIDEOJUEGOS
FAMILIARES
Los
primeros sistemas de entretenimiento
En
esta era abierta, la propaganda global ya no tendrá como producto
una “ingeniería social”, tal y como ya conocemos. Será
(empieza a ser) aún más horrible: al controlar ya no sólo el
exterior y lo social, sino el interior y lo psico-fisiológico, la
industria propagandística global arrojaría una “ingeniería
psíquica”. El siglo XXI se presenta así para la tiranía
científica: la sociedad (lo que ya Le Bon valoró como “masa”)
ya está controlada; ahora resta controlar directamente al
individuo. Pero, infelizmente para estos psicópatas enfermos del
control, esto es más difícil. ¿Por qué? Pues porque aun después
de sobrevivir a toda esta locura globalizadora resumida en este
artículo, la psique individual (el alma, ruh, jiva… cada pueblo
aún lo llama con su propia lengua) tiene vigor para enfrentarse y
encarar al enemigo. Un individuo como yo ha escrito este artículo;
y un individuo como tú lo está leyendo. Por muy adversa que nos
resulte la situación, me consta que ni tú ni yo se lo vamos a
poner fácil. Hemos demostrado ser huesos mucho más duros de roer
de lo que valoraron sus ideólogos globalistas. Y si hemos
conseguido esto, cada uno de nosotros como individuo (poco importan
nuestras diferencias de raza, nacionalidad, religión…) se lo
debemos a nuestro padre y a nuestra madre, a la familia: esa unidad
que han buscado destruir sin éxito. Pues aun maltrecha, la familia
es el verdadero bastión de resistencia frente al colectivismo
tecnocrático que sigue identificándola como enemigo. Conviene
tenerlo claro y no llevarse a engaño: la ambición de poder y
control sobre el individuo no tiene límites para las fuerzas
globalizadoras. Concluimos esta breve síntesis de la historia de la
agresión secular global sobre todo sustrato cultural genuino y su
unidad familiar. Hablemos ahora del riguroso presente.
BRZEZINSKI:
“ES MEJOR MATAR UN MILLÓN QUE CONTROLAR UN MILLÓN”
La
Era Tecnotrónica:
El
Doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Harvard ya
citado, Zbigniew Brzezinski escribió en 1972: “La era
tecnotrónica involucra la aparición gradual de una sociedad más
controlada. Tal sociedad será controlada por una élite no
contenida por los valores tradicionales.” La aparición gradual de
esta sociedad no es un fenómeno espontáneo, sino que responde a un
proyecto de ingeniería social global, apoyado en una ciencia
específica y ejecutado por medios técnicos, tal y como se ha
explicado en este artículo. Esa “aparición gradual” que
Brzezinski anunció en los años setenta, en los años noventa se
convirtió en algo “visible” (Recordemos a George H. W. Bush en
1991 y su ya célebre “It´s coming in the view…”), y en el
siglo XXI es palpable: una sociedad global uniformada y controlada
por medios técnicos en manos de una reducida minoría que proyecta
sucedáneos culturales, ideológicos y religiosos a una población
en la que han arrasado su sustrato intelectual y espiritual genuino
a lo largo del último siglo. En efecto, tal y como dijo y dice
Brzezinski, esta sociedad ya está “controlada por una élite no
contenida por los valores tradicionales”. Lo que da cohesión a
esta élite no es ninguna familia, ni raza, ni religión: es la
perpetuación de su oligarquía a través de herramientas
tecnológicas y científicas. Para dicha perpetuación, es necesario
arrasar todo (todo) resquicio de sustrato cultural genuino,
cualquier base de una comunidad humana, toda estructura de
agrupación y cooperación. Es por ello, como ya he dicho, que la
familia es (y siempre será mientras sobreviva aún en la agonía)
el enemigo final a batir para el socialismo global tecnocrático.
Pero
ciñéndonos a la actualidad, esta tiranía global tecnocrática
ahora mismo está librando otra batalla con otro enemigo: los restos
orgánicos de los estados-nación. ¿Cuántos estados-nación
existen en el mundo que no colaboren con el Gobierno Mundial?
¿Existe alguno? Por supuesto que ya no existe ninguno. Lo que sí
que existen son estructuras orgánicas nacionales y algunos pocos
patriotas dispuestos a dar guerra. Existen resquicios nacionales
vivos en Estados Unidos, existe alguno tibio en Europa, y también
habría alguno en ciertos países árabes. Por ello, la segunda
década del siglo XXI se inaugura con una escalada de “revoluciones”
diseñadas por think-tanks globalistas, servicios de inteligencia y
socialistas tecnocráticos que ejercen de marionetas. En una
entrevista datada de finales de 2009 (por cierto, la
colgué en Youtube al considerarla un documento relevante ),
Henry Kissinger declara lo siguiente: “Se puede explicar en
términos económicos de manera más sencilla. En los próximos
años, en algunos países o algunas regiones, la gente va a quedar
sin trabajo.
Ante
esta situación, la población va a pedir soluciones a sus
gobiernos. Pero los gobiernos son nacionales, y los problemas son
globales.” Este es el “proceso de la globalización” (así se
refiere en la misma declaración el señor Kissinger) que busca
liquidar las debilitadas soberanías nacionales, con el fin de
introducir más legislación internacional, más impuestos globales,
más poder para las plataformas burocráticas metanacionales, y en
última instancia, la imposición de un aparato de poder político
global. Para ello, las mismas instituciones (universidades,
fundaciones, massmedia…) que hemos aquí citado coordinan
“revueltas” y “protestas” a través de herramientas
tecnológicas con un poder propagandístico sólo inaugurado
recientemente. Pues para una ingeniería social de alcance global,
¿qué mejor herramienta que algo llamado “Redes Sociales”
presentada a las masas a través de Harvard, la misma universidad
del señor Brzezinski ? Dos años después de la declaración de
Kissinger, comenzaba una escalada de “revoluciones” (así las
llamaron) coordinadas para desestabilizar los países árabes de
cara a la expansión sionista. Por otro lado, en Europa, ya
desvencijada económicamente, se escenificaron movimientos de
control del descontento social completamente inéditos en
sincronización, eficacia y utilidad en el proceso globalizador.
Podemos ilustrar este nuevo paradigma de ingeniería social con lo
que ha sucedido en España. Se podría hablar de lo que están
haciendo en Libia (otra guerra permanente más, como Afganistán o
Iraq), o de lo que están haciendo en Siria (un peligrosísimo juego
sólo comparable a un niño zarandeando un enorme barril con
dinamita)… pero centrémonos en la llamada, no sin sorna, spanish
revolution.
EL
MANIFIESTO DEL 15-M APARECIÓ EN LA WEB DEL PSOE
Para
los lectores no españoles, les pongo en antecedentes: en 2011,
España se presenta como una de las economías más debilitadas de
una turulata Unión Europea, con una de las poblaciones más
envejecidas del mundo y con unos índices de desempleo alarmantes
para cualquier viabilidad estatal. En este contexto de descontento
(más aún, desesperación) social, se llevan a cabo unas
movilizaciones de apariencia espontánea en la última quincena de
este pasado mes de Mayo, mes en el que se celebraron comicios
electorales donde el partido gobernante, el Partido Socialista
Obrero Español (subráyese “socialista”), tenía una prueba de
fuego muy difícil de superar. Hasta ahí, todo bien, todo normal.
Ocurre que las movilizaciones se transformaron en organizadísimas
acampadas precisamente una semana antes de las elecciones. Ocurre
que las movilizaciones dijeron haberse coordinado a través de las
llamadas “redes sociales” y la telefonía móvil. Ocurre que las
movilizaciones tuvieron como motor a la base social de los
desencantados simpatizantes y ex votantes de los desacreditados
partidos de izquierda del estado. Y sobre todo: ocurre que el 15-M
se convirtió en un movimiento más diseñado y prefabricado con el
mismo objetivo antes señalado: liquidar los resquicios orgánicos
legítimos de la nación-estado, dar a las masas descontentas una
ilusión teatral de disidencia en última instancia controlada, y
abrir paso para una petición popular de un internacionalismo
gubernamental (Kissinger dixit).
¿Y quién tenemos al frente de estas “nuevas revoluciones”?
Antaño, en toda revolución, teníamos a experimentados militares,
estrategas de guerrilla y astutos politólogos. Pero ahora, ¿a
quién tenemos como apologistas e ideólogos de las
ciber-revoluciones tecnocráticas? ¡Pues a expertos en informática
y nuevas tecnologías!
Hay
unos rasgos que abundan en los nombres propios de la spanish
revolution. Los
cito: muchos de ellos tienen o han tenido filiación socialista de
cualquier tipo (fabiana, comunista, la que sea); muchos de ellos son
de origen judeo-asquenazita (incluso algunos educados como judíos
seculares); muchos de ellos están vinculados profesionalmente con
empresas tecnológicas o de telecomunicación; muchos de ellos
tuvieron (o tienen) relación académica con instituciones
científicas o tecnológicas citadas en este artículo; y
finalmente, otro rasgo: muchos de ellos son homosexuales. Por
supuesto que este último dato es irrelevante por sí solo (como
algunos otros), y me consta que los fanáticos y subyugados me lo
arrojarán a la cara con aquel estigmatizante moderno de la
“homofobia”. Sin embargo, un gran porcentaje de los
ciber-revolucionarios españoles son homosexuales, y yo tengo coraje
para usar ese dato con el fin de identificar lo que tenemos en
frente. Por ejemplo, si digo, ¿qué es oscura, tiene bigote, tiene
una cola larga, es sucia y vive en las alcantarillas? Alguien me
responde: ¡Es una rata! Eso no quiere decir que “tener bigote”
sea intrínsecamente negativo, pero citar el dato ayudó para que
identificarais la rata. Así ocurre con la homosexualidad de algunas
de estas gentes, dato junto con el cual, por supuesto, jamás daría
nombres propios.
Pero
sí que puedo dar y doy nombres propios junto a otros datos: en un
programa informativo del ente público RTVE (“Informe Semanal”;
pueden buscar en los archivos de RTVE del 4-6-2011), aparece una
entrevista a Tomasz Szabelewski presentado como “portavoz 15-M”
(ahí tenéis la foto; ¡gracias José M.!). ¿Qué hace un polaco
educado en Estados Unidos y Reino Unido indignado con el pueblo
español?
PUN-SETH,
EL EX ECONOMISTA DEL FMI QUE APOYA EL 15-M
UNO
DE LOS PORTAVOCES DEL 15-M ES DE UN THINK TANK ILLUMINATI
Recordemos
cuál era el centro de la tecnocracia global; recordemos de qué
universidades salieron los Huxley y los Kurzweil? ¿Dónde se formó
Szabelewski? En California hizo el High School, y después estudió
en Cambridge y en Londres. Después pasó a trabajar como consultor
de negocios del que se ha convertido en uno de los mayores
think-tank de Europa, Fundación EVERIS,
presidida por Eduardo Serra Rexach, el que fue Secretario de Defensa
durante el gobierno socialista desde 1982 hasta 1987 (años de
inserción de España en la OTAN) y fue Ministro de Defensa entre
1996 y 2000. Veamos: un “portavoz” de un movimiento
revolucionario que está a sueldo de un think-tank ultra-neoliberal
bajo control de un político que fue Secretario y Ministro del
Ministerio de Defensa durante una década. ¿Sabéis aquella
adivinanza: “oro parece; plata no es”? Pues está clarito.
Otro
nombre propio, tan poco español como el precedente, es Martin
Varsavsky, benefactor de la acampada de la Puerta del Sol los días
posteriores al 15 de Mayo. Si Eduardo Serra Rexach (además de
Ministro de Defensa) fue fundador de Airtel, el señor Varsavsky fue
fundador de otra grande de las telecomunicaciones en España,
Jazztel. Martin Varsavsky está especializado en el mundo
empresarial de las nuevas tecnologías y fundó entre otras
Einsteinet, Ya.com y FON. Además de su actividad empresarial,
Varsavsky tiene una fundación con su nombre (Fundación Varsavsky)
volcada en la educación y las nuevas tecnologías. Él mismo es
miembro del Consejo de Administración de la Fundación Clinton (sí,
sí: de Bill Clinton) y de la infame Fundación OneVoice, inmiscuida
en la política exterior israelí. Martin Varsavsky fundó también
Medicorp Sciences, una empresa de biotecnología que se hizo de oro
desarrollando los test del virus del SIDA (seguro que sobre
esto Luis
Carlos Campos tiene
mucho que decir…).
Y es que todos los nombres propios de esta spanish-revolution son
entusiastas tecnócratas amantes de las nuevas tecnologías, como
Enrique Dans, doctor de la Universidad de California (de nuevo,
California) y post-graduado en Harvard (¿nos preguntamos si se
encontró por el campus a Brzezinski o a Zuckerberg?). Si hay
alguien que aún duda del carácter social-tecnocrático de esta
revolución pre-fabricada, que eche un vistazo a otro instigador y
“portavoz”: Eduard Punset. Punset hizo el bachillerato en Los
Angeles antes de ser miembro del Partido Comunista en su vuelta a
Europa. Estudió en la Universidad de Londres y trabajó como
periodista económico en el brazo mediático de los Windsor, la BBC,
además de ejercer como economista del Fondo Monetario
Internacional, organismo implementado por la ONU en 1945. Punset
debe su fama popular a su tarea divulgativa sobre investigaciones
científicas.
Sólo
sus fans y los que hemos tenido la santa paciencia de asistir a su
programa televisivo, “Redes”, saben que a Eduardo Punset le
encanta repetir a cuántos ilustres científicos ha conocido en su
vida, tales como los mismos Huxley, Francis Crick o Raymond
Kurzweil. Si tienen acceso al archivo de “Redes”, podrán ver a
Eduard Punset codearse en ruso con científicos del libertarian
transhumanism soviético y jactarse de tener aristocráticos amigos
del Royal College of Science británico, todo ello mientras hace
publicidad de sus libros de autoayuda (reconocemos no haber leído
ninguno como para asegurar hasta qué punto son malos) con títulos
como “El Viaje a la Felicidad” (editado en Booket, es decir, a
través del Grupo Planeta). Obsérvese que los nombres propios son
los mismos, que las universidades son las mismas, que las
fundaciones, empresas y entidades burocráticas son las mismas
La
revolución española es sólo un ejemplo de una vuelta de tuerca
más en una misma ingeniería social global con pretensiones
tecnocráticas e internacionalistas. La población, una vez más,
fue utilizada para dar otro paso en la misma dirección. Los que me
conocen saben que mi tarea no es pretender parecer simpático ni
decir lo que todo el mundo quiere oír. Mi tarea es aportar datos
alrededor de lo que valoro como verdad, independientemente de la
irritación que cause. Por eso, con respecto al caso particular
español, enuncio algo que mi deber me exige enunciar: hay
evidencias para asegurar que, ahora mismo, el pueblo español está
siendo dirigido por el peor de sus enemigos.
Sin
embargo, el caso particular español no debe apartarnos de la visión
panorámica de un mismo proyecto globalizador que se ha servido
siempre de una misma estrategia: desmantelar toda cultura genuina.
Hace cien años las masas no tenían Facebook, ni acceso a internet,
ni cine en 3D; y aun así, la maniobra globalista ha sido en esencia
la misma hace cien años y ahora, repitiéndose constantemente,
variando sólo en radio de influencia. Han devastado científicamente
todo sustrato cultural orgánico, y después han implementado una
sustitutiva e ilusoria uniformidad cultural llamada “globalización”.
Algunos hablan de un “gobierno en la sombra”, pero lo cierto es
que no están tan en la sombra, están a cara descubierta, y sonríen
para que les fotografíen. Insisto en que hay todo un respaldo
científico e institucional en esta destrucción global de cada una
de las comunidades humanas, y basta que el lector investigue a
través de algunos de los nombres que en este artículo se ha dado
para que se dé cuenta del nivel de descaro alcanzado por la
comunidad científica y sus financistas industrial-bancarios. Habrá
quienes aleguen “no creer en teorías de conspiración”, cuando
yo no propongo nada en lo que creer y sí mucho en lo que
reflexionar y cuestionar. Para mí, más increíble que cualquier
teoría, supone comprobar que tras señalar las obviedades de un
presente que ya ha alcanzado cotas grotescas, algunos se disculpen
diciendo: “Yo es que no me lo creo…”. Sin embargo, en este
artículo no he tratado una cuestión de fe.
Este
artículo se ha limitado a arrojar una síntesis sobre una
información que concierne a todo ser humano. Respeto profundamente
el criterio individual de cada lector a la hora de reaccionar ante
todo lo dicho. En los últimos años, me he acostumbrado a recibir
reproches y recriminaciones por no proponer praxis ni planes de
acción. No obstante, toda la presión que recibo la soporto bien y
me mantengo en el mismo posicionamiento: aquí cada uno ya es
mayorcito para saber qué puede, qué debe, y qué va a hacer.
Respeto al hombre y a la mujer que no exigen a sus superiores que
les dicten lo que tienen que hacer. Toda capacidad de acción del
individuo moderno pasa por una reconstrucción de su relación
comunitaria y familiar. Poco importa que seas argentino, egipcio o
ruso; musulmán, cristiano o pagano; hombre, mujer o hermafrodita…
tu capacidad de reacción pasa por reconstituir tu respectiva
comunidad, la cual –sea la que sea- estará debilitada por la
brutal guerra cultural desarrollada en los últimos cien años. Por
lo tanto, si quieres extraer algo “práctico” de este artículo,
habla, debate, cuestiónalo con tu comunidad. Establece los lazos
que fueron rotos: reflexiona sobre lo esencial de la información y
contrástala con los puntos de vista de otros miembros comunitarios
y familiares. Habla, conversa, discute, en la puerta de las
iglesias, o en las mezquitas, o en las cafeterías, o en tu club de
tenis, o donde quieras. Lee este artículo en el formato que gustes,
impreso, en pdf, o en forma de barquito de papel. Difúndelo
fotocopiado, en email, o dentro de una botella arrojada al mar.
Cópialo si quieres. Pégalo si quieres. Plágialo si quieres. Que
este artículo sirva para revitalizar las diferentes comunidades
humanas supervivientes y sus núcleos intelectuales genuinos.
Sólo
un imperativo: Proteged a vuestras familias.
Bendiciones para todas ellas.”
Bendiciones para todas ellas.”
Ibn
Asad, 21-6-2011, http://www.ibnasad.com
autor
de La
Danza Final de Kali y La Rueda de Cuatro Brazos
Fuente:
https://contraperiodismomatrix.wordpress.com/2011/07/03/articulo-exclusivo-de-ibn-asad-tecnocracia-global-y-destruccion-familiar/
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