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13.11.19

Nadie vive el ahora, viven fijos en el pasado o en un futuro que no existe

EL CEREBRO COMO MÁQUINA DEL TIEMPO        


EN ESTE ‘AQUÍ’ ES IMPOSIBLE ALCANZAR UN ‘AHORA’

En 2010, los investigadores, Lars Nyberg, de la Universidad de Umea, Suecia, Reza Habib de la Universidad de Carbondale, Illinois, Alice SN Kim, Brian Levine, y Endel Tulving, de la Universidad de Toronto, Canadá, publicaron un estudio en Proceedings of the National Academy of Sciences  que muestra el comportamiento del cerebro con respecto a esta capacidad nuestra de “viajar” en el tiempo subjetivo del pensamiento.


Gracias a la resonancia magnética funcional, que es un tipo de escaneo cerebral en tiempo real, Endel Tulvin descubrió desde 2009 que el cerebro es atemporal. Es decir, hay un proceso cerebral que se llama cronestesia cerebral el cual implica que, si yo le estoy hablando del pasado a una persona, automáticamente se encienden todas las otras regiones cerebrales que se ocupan del presente o del futuro.


El cerebro mezcla la temporalidad. Recordar algo es lo mismo que vivirlo, pues el cerebro segrega las mismas sustancias. Tener miedo al futuro es lo mismo que ya estarlo viviendo, pues se segregan las mismas cosas. Es decir que no se trata de un bonito viaje en el tiempo. Si una persona se enfermó por un acontecimiento que le dolió profundamente hace 20 años, cada vez que lo recuerda, el cerebro manda órdenes químicas para que el cuerpo segregue las mismas sustancias nocivas que enfermaron a la persona. Lo mismo sucede si la persona tiene miedo que suceda lo mismo otra vez.

Somos la conciencia creativa

Esa “facilidad” de viajar en el tiempo de manera subjetiva no es ninguna ventaja, es otra limitación impuesta por la intervención. Nos aleja del ahora. Entiendan de una buena vez, no reaccionen: ¡En este “aquí”, no existe el ahora! Nadie vive el ahora, viven constantemente en el pasado o en un futuro que no existe. El que dice lo contrario, miente.

¡Deja de mentirte a ti mismo! ¿Cuándo fue la última vez que viviste ahora y qué tu mente no se fue a divagar al pasado o a generar un futuro inexistente?
¡Es mentira! Nunca lo hiciste, porque hay una sola manera de hacerlo, la cual nunca alcanzaste: es salir de tu cerebro inconsciente e ir a la conciencia, a tu verdadero yo. Desde allí sí estás en el aquí y en el ahora, mientras déjate de esfuerzos ocurrentes y concéntrate en ti mismo, en la conciencia.

Con el cerebro no puedes hacerlo porque está programado para no distinguir tiempos ¡No se puede! En el supuesto caso que el cerebro estuviera en un “ahora”, lo cual no se puede medir, no se daría cuenta, pues PASADO, PRESENTE Y FUTURO, es exactamente lo mismo para el cerebro. Esto está más que probado, y además ¿quién sabe cuánto tiempo duraría el ahora cerebral? ¿Un segundo, un microsegundo, un nanosegundo, un yoctosegundo? (un cuatrillón de cuatrillones) ¡No dura nada, porque no existe!

Oh sí, claro, tu pequeña conciencia activada del cerebro sabe si estás recordando, viviendo o proyectando. ¡Pero tu inconsciente no! ¡Y tu cerebro tiene un inconsciente once millones de veces más grande que la ínfima conciencia activada ¡Eres un inconsciente caminando! ¡Acéptalo y sal de allí! Es la única decisión posible que se puede tomar, quedarte en el cerebro o salir de allí. Desde allí tú no decides nada, decide tu inconsciente, mucho antes que lo percibas. Ese es otro capítulo de la neurociencia.

Para salir de la preconcepción del cerebro como máquina del tiempo, podemos hacer una segunda cosa, pero es solo una medida de urgencia. ¡Se puede engañar al inconsciente! Es tan malo como tonto. Ni sabe reconocer tiempos ni distingue ficción de realidad. Son las características inconscientes que utilizamos en Vida Coherente, para realizar ejercicios de control mental lo que no falla. Es darle un uso positivo a esta característica super limitante de nuestro cerebro.

Este control mental que Vida Coherente utiliza mucho y ha salvado vidas, no es otra cosa que poner al inconsciente a nuestro favor y no en contra, como generalmente se encuentra, con sus miedos y creencias limitantes.


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