© EN LAS ALTURAS VAN MUY EMBALADOS
Y a los de la plebe parece que ya nos va bien...
Desde que hemos entrado en Septiembre (un mes muy grato a
los que cortan el bacalao para hacer sus travesuras) se han ido sucediendo un
grupo de hechos que coinciden sospechosamente... ¿Qué trastada deben estar
preparando?
El Vaticano (dueño de la City de Londres) ordena retirar
todos sus fondos esparcidos por todas partes y su cabeza da a entender que
quiere cesar (o lo hacen cesar...)
En el Reino Unido, cambian el jefe de gobierno la misma
semana que cambian de rey, por la muerte (¿?) de la hasta ahora reina.
El mismo día el Banco Central Europeo sube exageradamente el precio del dinero para estrangular aún más la economía ya suficientemente dañada intencionadamente y al “pueblo” no paran de decirle que las cosas irán cada vez peor en todos los sentidos.
Es evidente que nos están "haciendo la cama" como
se dice vulgarmente y que han puesto la directa sin freno.
¡Qué tiempos aquellos -no hace demasiado- cuando se hablaba
de que todo eran "conspiraciones"!
Pues ya las tenemos encima y cada día que pasa nos aplastan
un poco más “sin prisa pero sin pausa”. Una presión lenta pero sostenida, como
el hervido de la rana. Al igual que la rana –pese a sentir el calor- no nos
damos cuenta de que nos están cociendo.
Como Astérix temía, nos está cayendo el cielo encima... pero
vamos haciendo los distraídos o, como mucho, vamos refunfuñando un poco...
¿En qué punto reaccionaremos de verdad antes de que sea algo
imposible?
¿Qué necesitamos que nos hagan para levantarnos y dar un
puñetazo sobre la mesa?
¿Tan ciegos estamos? ¿Tan impotentes nos sentimos? ¿Tan
cómodos (cobardes) somos?
Van cerrando el grifo progresivamente... cuando ya no mane
nada, ¿será el momento de rebelarnos?
¿Acaso creemos que no nos estarán esperando para machacarnos?
Poco a poco lo van interviniendo todo: el agua, la
alimentación, la energía, la salud... sin dejar de lado el control de lo que
pensamos y lo que decimos que hace tiempo que dura.
Ha llegado un momento en que ya no será necesario ni que ”nos
bajemos los pantalones” porque, aparte de que no nos quedará ánimo para
hacerlo, pasarán de nosotros y nos dejarán en un rincón y que “nos jodamos”
porque ya les hemos facilitado todos sus planes, poniéndonos muy bien de su
parte.
¡Un verdadero triunfo... para ellos y una verdadera pena
para nosotros!!
Ante este panorama, debemos reconocer que no somos
merecedores de nada más que lo que nos pasa, porque somos nosotros mismos
quienes nos lo dejamos hacer y parece que ya nos está bien el trato que nos
dan.
Sólo nos falta darles las gracias...
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Joan Martí – elcamidelavida@gmail.com
9 septiembre 2022
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