Páginas

3.11.23

Según cómo valoremos el “patrimonio” que somos, queremos conservarlo o alterarlo?

© EL HOMBRE ¿NATURAL O TECNOLÓGICO?

Con el desarrollo en los campos de la genética y la biotecnología se plantean algunos dilemas en lo que se refiere a la esencia del ser humano.

El estado natural del hombre está sometido a los azares de la vida en todos los sentidos, tanto a los “buenos” como a los “malos” que van configurando su devenir vital.

Hoy de forma acelerada se va acercando la posibilidad de incorporar en su cuerpo y su mente unas “mejoras” o “capacidades” que pueden darle un plus de opciones a su vida.

Hasta ahora las mejoras que se aplican al cuerpo humano son reparaciones o sustituciones de elementos estropeados, desde un implante dental hasta un corazón nuevo, siempre pero bajo la premisa de restaurar alguna función afectada para recuperar todo lo posible la normalidad vital.

Pero lo que se va concretando en el horizonte es actuar sobre el ser humano para proporcionarle nuevas facultades o facultades más desarrolladas, sean físicas o mentales.

Además, en el campo de la genética se abren posibilidades de prevenir enfermedades o malformaciones ya desde el nacimiento, interviniendo en los códigos genéticos.

Dejando a un lado que el acceso a estas posibilidades -queridas o no- como en tantos otros ámbitos de la vida, quedarán limitadas a quienes se lo puedan pagar.

Pero en el supuesto de que fueran accesibles –vía Seguridad Social por ejemplo- la cuestión a valorar es su idoneidad ética y trascendente: ¿Nos apuntaríamos a todas las “mejoras”?

De hecho sería una gran tentación poder disponer de más capacidades y ampliar las básicas, pero ¿cómo quedaría entonces nuestra idiosincrasia, seguiríamos siendo humanos? Y más aún, ¿no perderíamos otras facultades como la sensibilidad, la empatía e incluso la capacidad de amar?

Decíamos que, en la vida, estamos sometidos a los azares buenos y malos. Si cambiamos nuestras facultades parece lógico pensar que también alteraremos los resultados y si, por un lado logramos nuevas metas, que no sea a cuenta de perder otras porque no se avienen a los nuevos patrones que vamos creando con las "mejoras".

En definitiva, podría ser aquello de “quien mucho abarca poco aprieta”, por lo tanto deberíamos elegir entre unas facultades -las nuestras básicas- o las “mejoradas”, dando por hecho que en muchos casos serían incompatibles unas y otras.

Si convenimos que somos libres -todo lo libres que podemos ser- las decisiones que tomemos serán un paso más en nuestra evolución -natural o artificial- y nos beneficiaremos o sufriremos las consecuencias porque sólo nosotros seremos responsables.

Por tanto, que sea lo que tenga que ser, al fin y al cabo aquí hemos venido a experimentar y tampoco sabemos que vendrá después que es cosa de creencias y no hay ninguna certeza.

Hay gente que desde hace tiempo no acepta ni siquiera transfusiones de sangre o sea que todo depende de cómo valoremos el “patrimonio” que somos: Si queremos conservarlo tal cual o queremos alterarlo.

Quizás sólo son disquisiciones ociosas pero no nos hace ningún daño pensar en ello dado que estas y otras opciones “tecnológicas” las tenemos ya a la vuelta de la esquina y nos afectarán de lleno en nuestro día a día.

________________________________________________________________________________

Joan Martí – elcamidelavida@gmail.com  – 3 noviembre 2023

OTROS ESCRITOS DEL MISMO AUTOR

https://masacriticaconsciente.blogspot.com/p/escritos-propios.html

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario