CONSIDERACIONES DE UNA LOGIA SALVAJE (VI)
Trataremos ahora del tema energético, algo sumamente importante en el ser humano, y más concretamente, en el desarrollo del trabajo interior, pues su calidad, la falta de energía, o el derroche de ésta coarta la libre expansión de consciencia y que el acceso a estratos superiores se pueda dar de forma satisfactoria.Recordemos los tres tipos de alimento de la máquina humana, que son: la comida (carbono), el aire (oxígeno) y las impresiones (nitrógeno). De su asimilación y procesamiento, dará una energía resultante (hidrógeno). Resulta obvio que a mayor calidad de la materia prima que consumamos, mayor será el rendimiento de la energía resultante. Por lo tanto, no es un tema menor la atención y el cuidado de estos tres tipos de alimento, si queremos que nuestra destilación energética sea de calidad y nos permita disponer de la energía adecuada para un buen funcionamiento del trabajo alquímico.
No me detendré en la comida que ingerimos y el aire que
respiramos, pues considero que es de sobra conocido los peligros de los
alimentos procesados y sus químicos, así como la importancia de respirar aire
puro y el contacto con la naturaleza. En cambio, si merece la pena que nos
detengamos en el tema de las impresiones, pues estamos sometidos a un bombardeo
constante donde apenas elegimos, sino que nos pasa sin más, con el consecuente
efecto energético.
Es fácil que pensemos en los noticieros, donde todo lo que
nos cuentan son casi siempre noticias negativas, que además lo hacen a la hora
del desayuno, del almuerzo y de la cena, para que estemos bien surtidos de
negatividad a la hora de ingerir nuestra comida. Los anuncios y publicidad
están cargados de mensajes de sexo, codicia y ambición, así como de satisfacer
deseos, o incluso de crearlos si no los tenemos, deseos que se camuflan de
necesidad para ser felices y triunfar en la vida. Aunque no solo debemos estar
atentos a esos noticieros y mensajes, pues las personas con quienes nos
relacionamos también vienen con su carga negativa, vertiendo en nosotros sus
frustraciones, culpas, envidias, insatisfacciones, y un sinfín de energías de
baja vibración, las cuales se mezclan con las propias por natural empatía, y
así nos retroalimentamos unos a otros en esos estados emocionales pesados e
indeseables.
Todo esto nos indica la necesidad de prestar la debida
atención a todas esas impresiones y sensaciones con las que nos ponemos en
contacto día a día, algo que podemos descubrir fácilmente si tenemos activada
la observación; pero no basta con procurar alejarnos de esas bajas energías,
pues no siempre será posible, sino que debemos usar los debidos filtros,
principalmente el discernimiento, para no identificarnos con ellas y que pase a
nuestra mente lo que tenga que pasar, y lo que no, simplemente dejar que se
vaya sin que tome asiento en nuestro interior, ni provoque nuestra reacción.
Hoy en día, nos preocupamos mucho por la comida que
ingerimos, abundando numerosas dietas y filosofías sobre ello, pero poco se
dice de hacer una dieta de pensamientos y emociones que constantemente
contamina nuestra mente y baja nuestro ánimo. Todos los días limpiamos nuestra
casa y sacamos la basura para dejarla en el contenedor o punto de recogida,
pero poco nos ocupamos de limpiar nuestra mente de esas impresiones que
ensucian nuestros pensamientos y emociones, bajando la calidad de nuestra
energía. Luego, a menudo nos preguntamos cómo es que estamos tan bajos de moral
o el motivo de nuestra falta de energía y vitalidad para emprender grandes
esfuerzos. Así, no es de extrañar que tantas personas tengan que acudir al
médico para resolver sus problemas psicológicos, recurriendo a las pastillas
para luego volver a caer en los mismos problemas, y que pocos encuentren la
serenidad, el bienestar y la paz largo tiempo perdidos y que tanto ansían.
Mención especial se merece el miedo, el cual está adherido a
nuestra psiquis y nuestra propia alma, opacando su luz natural y paralizando
todo intento de mejora. Un miedo que impregna nuestros pensamientos y emociones
infundiendo inseguridad, cobardía, falta de confianza y debilidad por la baja
energía en que nos hace vibrar. Ese miedo lo recogemos de cualquier sitio y en
todos lados, porque es el producto final de las impresiones negativas.
Mientras, el Amor espera ser experimentado y expresado, porque donde hay miedo
es desterrado, y porque, en definitiva, el Amor se alimenta con Amor.
Es indudable que quien aspire a expandir su consciencia,
quien aspire a nacer en espíritu y acceder a dimensiones superiores, quien
aspire a crear sus cuerpos superiores del Ser, necesita de un excedente de
energía, una energía extra que, además, deberá ser de más alto octanaje que el
normal que producimos, pues la que hasta ese momento hemos ido generando, sin
nuestra participación consciente, ya sabemos a dónde nos ha conducido.
A este trabajo de depuración y limpieza hay que añadir un
factor que también resulta clave para una correcta elevación y mejora, que es
ir acabando con el derroche indiscriminado de nuestra energía. Si lo que vamos
limpiando por un lado lo vamos malgastando por otro, como pueden ser las
discusiones inútiles, el exceso de trabajo, las explosiones emocionales, el
ajetreo mental improductivo y, en general, cualquier actividad sin mesura que,
no siendo necesaria, realizamos con frecuencia, entonces, la energía se perderá
y constantemente la tendremos que reponer, solo para que nuestra máquina humana
pueda seguir funcionando de forma común hasta que aguante. Quien se tome la
molestia de observarse y escucharse a sí mismo, sabrá de forma instintiva
cuando parar y cuando algo es productivo o es vano.
Una vez se comprende su importancia y es llevado a la
práctica, cuando hemos dejado de alimentarnos de la basura reinante, no queda
más que seguir nutriéndonos de energías más elevadas acordes con nuestro
propósito. Entonces la misma energía que producimos se irá sublimando
paulatinamente, re-creándonos a nosotros mismos y dejando la recurrencia
continua para acceder a octavas superiores. La sensación de integridad, de paz
y de libertad estará al alcance de la mano y nuevas posibilidades se abrirán
como ventanas de luz y claridad.
Sé por experiencia que este trabajo con las energías a veces
es menospreciado, relegado al olvido o realizado de forma muy esporádica, no
dándole la importancia que en verdad tiene. Nos resulta más fácil y atractivo
buscar alimento de nuevos conocimientos y estudios avanzados, pero no vamos
haciendo la necesaria limpieza ni usamos los filtros adecuados para depurar
nuestras energías. De esta manera, lo que conseguimos es verter agua limpia
donde hay agua sucia en el fondo. Primero hay que vaciar el agua sucia para que
deje de contaminar el agua limpia con la que nos queremos llenar para saciar
nuestra sed.
Ángel Hidalgo
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