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8.4.25

Todos tenemos derecho a saberlo: las claves de la eternidad están en el aquí y ahora

TENEMOS DERECHO A CONOCER LAS REGLAS DEL JUEGO

Hay un derecho básico que tenemos como humanos y es el derecho a saber que después de esta vida hay otra, y que esta otra vida será de una forma u otra en función de lo que hacemos en ésta.

Saber esto es básico, porque se trata de una de las principales reglas del juego, y es evidente que saber cuáles son las reglas del juego es imprescindible si de lo que se trata es de jugar.

De la misma manera que para poder jugar a un juego necesitamos saber cuáles son las reglas, para poder vivir debidamente debemos saber cuál es el sentido de esta vida que vivimos

7.4.25

De forma natural, todos tenemos la capacidad de discernir entre la realidad y la mentira

LA REALIDAD Y SU SENTIDO          

A veces, parece que la ciencia se haya convertido en una nueva religión. Quizás es que el procedimiento científico crea dependencia. No sé exactamente, en todo caso, ya hay quien se niega a reconocer que la verdad puede ser conocida de manera directa, sin intermediarios, y que la experiencia vivida no es suficiente para tener criterio o discernimiento.

Hay quien trata la realidad como si ésta no tuviera sentido salvo cuando demuestra tenerlo, o peor aún, cuando una teoría le aporta. Ha llegado el día en que parece que son las teorías lo que da sentido a las cosas.

4.4.25

Debemos vivir todo lo que nos toca vivir. Debemos pasar todo lo que debe pasarnos

TENEMOS LO QUE NECESITAMOS        

No necesitamos más de lo que tenemos porque lo que tenemos es exactamente lo que necesitamos. Si ya tenemos suficiente hambre, ¿por qué deberíamos querer tener más? ¿Y si cuando llega el invierno tenemos frío, porque deberíamos querer tener más frío? ¿Acaso hay alguien que quiera tener aún más problemas de los que ya tiene? ¿O es que quizás quiere que sean aún más graves?

Todos tenemos un montón de problemas. ¿Por qué entonces deberíamos querer tener más? Es obvio que desear más de lo que se tiene es tan absurdo como pretender vivir sin tener que tener problemas, porque la vida no está hecha sólo de lo que nos gusta sino que también forma parte de ella lo que menos lo hace. Y con frecuencia lo que menos nos gusta es lo que más nos conviene.

3.4.25

Para ser una sociedad real debemos aprender a vivir como una comunidad de iguales

UNA SOCIEDAD REAL                                     

EN LA QUE VIVIR ES CONVIVIR

Tenemos la realidad ante las narices ¡y también la sentimos dentro de nosotros!, pero eso no quiere decir que la conozcamos bien. Todo lo que nosotros sabemos se basa en las experiencias que tenemos y en el discernimiento que extraemos, pero por muy ricas y diversas que sean nuestras ideas y experiencias, siempre serán parciales. Tarde o temprano deberemos renunciar a la pretensión de conocer del todo la realidad, porque no podemos abarcarla. La realidad siempre nos supera.

La realidad, en sí misma, no es lo que percibimos de ella. Tampoco es lo que reflexionamos o imaginamos, ni lo que intuimos. La realidad es mucho mayor que todo esto. A pesar de que todo lo que percibimos, sentimos y entendemos es real, la realidad escapa a quedar presa en todo esto. No debemos querer atrapar la realidad, debemos dejar que nos sorprenda ella a nosotros.

2.4.25

Cada uno debe encontrar su sitio y moverse a su aire para pasárselo lo mejor posible

© LA REALIDAD                                        

¿Debemos asumirla tal y como se nos presenta, tal y cómo es?

La situación general es la que es, nos guste más o nos guste menos, y frente a ella sólo caben dos posturas: aceptarla o rechazarla (y quizás también una tercera: pasar de ella).

La cuestión es que muchos (incluido yo mismo) la quisiéramos cambiar, la quisiéramos de otra manera. Al menos, la querríamos más amable y equitativa, más acogedora y estimulante... pero es en vano.

Las cosas son como son, sea por la maldad de quienes disponen del poder material o bien porque es lo que le toca al período destinado a nuestra civilización actual.

1.4.25

Para mí lo importante no es la duración de la existencia sino el modo en que se vive

LA ELECCIÓN DE UNA VIDA MEJOR

Por supuesto, también formo parte del pueblo pero ya no se trata sólo de la ilusión de compartir la misma tierra bajo nuestros pies. Ya no nos unen los mismos ideales, los mismos valores, las mismas ambiciones, ni el significado que le damos a la palabra Humano. La división ya es demasiado profunda y mi única lucha ahora es iluminar a las últimas almas vivas que, como yo, se niegan a mezclarse con la masa de esta sociedad enferma. 

Pero más allá de escribir mis libros, me concentraré en lo que mejor hago y lo que me hace feliz, es decir, mi trabajo como magnetizador taumaturgo. Porque ante este mundo en decadencia, me parece que el único camino honorable es ayudar lo mejor que pueda a quienes aún lo desean. Sanar, calmar, restaurar la energía y la vitalidad de quienes aún saben que vale la pena vivir, incluso en este contexto caótico, es por definición la esencia misma de la vida en la Tierra.