LA FILOSOFÍA QUE FALTABA...
... Por qué la supervivencia de la humanidad siempre estuvo
en riesgo, hasta ahora
Si nada de nosotros perdura, no es nuestro futuro. Esta simple verdad debería haber guiado cada plan, cada sistema, cada visión para la humanidad.
Sin embargo, en un mundo obsesionado con la continuidad (de
los datos, la infraestructura, los gobiernos y las cadenas de suministro),
nadie planificó nuestra continuidad.
No en la política. No en el discurso público. No como una
prioridad global.
El término "continuidad humana" ni siquiera entró en nuestro léxico. Esto no es solo un descuido. Es una revelación.
Cada momento transformador de la historia, cada movimiento,
bueno o malo, tenía una filosofía que lo guiaba.
¿Humanidad? No hemos tenido ninguno. Hasta ahora.
Las advertencias que ignoramos
No estábamos del todo despistados. El siglo XX nos dio
vislumbres de lo que estaba en juego.
George Orwell advirtió sobre un mundo en el que la verdad y
el lenguaje podían ser utilizados como armas. Aldous Huxley previó un futuro en
el que la comodidad y la distracción nos harían cómplices de nuestro propio
borrado. Ambos vieron sistemas, no cataclismos, que podrían despojar a los
seres humanos de lo que significa ser humano.
Más allá de la ficción, las culturas indígenas de todo el
mundo vivían según filosofías de memoria intergeneracional. Veneraban a los
antepasados, planeaban a los descendientes y trataban la continuidad como algo
sagrado.
Pero estas advertencias y sabidurías nunca se unieron.
Los filósofos se alojaban en torres de marfil. Los
conocimientos indígenas seguían estando marginados. Las historias distópicas se
quedaron en las estanterías.
Los fragmentos nunca se convirtieron en un todo.
Lo que necesitábamos, lo que todavía necesitamos, es una
filosofía que nos uniera en una sola tarea urgente: proteger la continuidad
humana.
Eso es lo que ofrece el continuismo.
Cada movimiento tenía una filosofía. ¿Por qué no lo
hicimos?
Echa un vistazo a la historia:
La Ilustración tenía un humanismo liberal. El comunismo
tenía el marxismo. Los derechos civiles tenían justicia y no violencia. La
tecnocracia tiene transhumanismo, largoplacismo y aceleracionismo.
Pero para aquellos de nosotros que simplemente queremos
seguir siendo humanos, vivir libremente, preservar lo que importa, no hemos
tenido nada.
Sin marco. Sin pancarta. Solo instintos, consignas y
protestas fugaces que estallan y se desvanecen.
Hemos estado luchando sin un mapa, sintiendo la amenaza pero
sin las palabras para nombrarla.
El continuismo cambia eso. No es una ideología rígida ni un
decreto de arriba hacia abajo. Es una visión del mundo, una lente para ver el
patrón, para entender lo que está en juego, para unir a las personas más allá
de las divisiones.
Ni a la izquierda ni a la derecha. Ni urbanos ni rurales. Ni
jóvenes ni viejos.
Simplemente humano.
Los sistemas tenían planes. La humanidad no lo hizo.
La continuidad es una práctica estándar para los sistemas.
Los militares tienen protocolos. Las empresas tienen planes
de riesgo. Los ingenieros tienen redundancias.
Pero, ¿dónde estaba el plan para nosotros, para
la memoria, el significado, la cultura, la familia, el idioma, el espíritu?
¿Por qué había copias de seguridad para los datos y las redes
eléctricas, pero ninguna para la esencia de la humanidad?
La respuesta es tajante: nuestra continuidad no solo se
descuidó, sino que se socavó.
Aquellos que se atrevieron a defenderla, ya sea por instinto
o intelecto, se enfrentaron a las consecuencias. Fueron silenciados,
desacreditados o etiquetados como atrasados, peligrosos o extremos.
¿Por qué? Porque la continuidad humana amenaza el orden
emergente. No porque esté mal, sino porque es incontrolable.
¿Por qué nunca se nombró?
¿Por qué ningún pensador importante articuló esta brecha?
¿Por qué no se debatió en las universidades, no fue amplificado por los
editores o se defendió en TED?
Porque nombrar la continuidad humana como una prioridad
plantea preguntas peligrosas:
- ¿Qué
nos están haciendo?
- ¿Quién
está dando forma a nuestro futuro?
- ¿Con
qué autoridad?
Una vez que se preguntan esto, la maquinaria de control
(identificaciones digitales, ciudades inteligentes, gobernanza de IA,
"empujones" conductuales, Net Zero) se revela como lo que es: Un
sistema coordinado para borrar la agencia humana, encubierto en el progreso,
vendido como seguridad y reforzado a través del miedo.
Continuismo: Un camino hacia la claridad
El continuismo no tiene que ver con el control. Se trata de
la libertad.
No queremos gobernarte, actualizarte ni administrarte.
Queremos que prosperes. Queremos que tus hijos hereden algo
significativo. Queremos que la historia de la humanidad perdure.
El continuismo no es anti-progreso. Abarca la tecnología, la
innovación y el descubrimiento, pero en nuestros términos, no
en los de los tecnócratas que ven a los humanos como problemas a resolver.
Es una filosofía de:
- Memoria,
significado y agencia.
- Claridad
sobre lo que está en juego.
- Un
marco para que la gente se organice, sin guardianes.
- Un
estandarte para que todo ser humano lo lleve.
Esto no es rebelión. No es rabia. Es el acto tranquilo y urgente de continuar.
Sin una filosofía, perderemos
El instinto por sí solo no ganará esta pelea.
El otro lado está organizado. Están ideológicamente unificados,
coordinados globalmente e implacables.
Sin nuestra propia claridad, perderemos, no porque estemos
equivocados, sino porque no estamos preparados.
El continuismo es nuestro primer paso. No es toda la
respuesta, pero es la base.
Nombra lo que importa y podrás protegerlo. Ve el patrón, y
no puedes dejar de verlo. Date cuenta de que no estás solo y comienzas a ganar.
El Movimiento para Asegurar la Humanidad Continúa
Para proteger la continuidad humana, primero debemos
redefinir la lucha en la que estamos.
Necesitamos un cambio masivo en la forma en que pensamos
sobre esta lucha. El continuismo no es solo un movimiento de libertad, un
movimiento por la verdad o un movimiento de derechos humanos, es más grande que
eso. Es el movimiento para asegurar que la humanidad continúe.
Este es el corazón de nuestra misión. Todo esfuerzo por
preservar la cultura, defender la agencia o resistir a los sistemas
deshumanizantes es parte de un propósito singular y profundo: llevar adelante
la historia de la humanidad, nuestros recuerdos, nuestros valores, nuestra
esencia. Es una visión audaz, y puede parecer desalentadora para algunos.
Puedes centrarte en un tema (la libertad de expresión, la privacidad o el
patrimonio cultural) y eso es crucial. Pero llamémoslo por lo que es: cada
acción que tomes, sin importar cuán específica sea, está ayudando a garantizar
la supervivencia de la humanidad. Al nombrar esta verdad, unimos nuestros
esfuerzos bajo un propósito compartido, dando fuerza y claridad a cada voz en
este movimiento.
El futuro es nuestro para moldearlo
El continuismo es un comienzo. Esta filosofía, este
movimiento, nuestro sitio web, es un trabajo en
progreso. Evolucionará a medida que otros se unan.
Pero el silencio se rompe. Se nombra la idea que falta.
Elegimos la comprensión. Nosotros elegimos la continuidad.
Elegimos asegurarnos de que la humanidad continúe.
Esto es el continuismo. La lucha por el futuro de la
humanidad comienza aquí.
Únete a nosotros.
Visite www.continuism.org para
ayudar a garantizar que la historia de la humanidad perdure.
https://dfleming.substack.com/p/the-philosophy-that-was-missing
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