LOS TIEMPOS ESTÁN CAMBIANDO
Los tiempos están cambiando. Y no todos están preparados
para el otoño.
Así como las hojas liberan las ramas que una vez las
nutrían, también nosotros estamos presenciando la liberación de viejos sistemas
y de aquellos que se aferraron demasiado a ellos.
La naturaleza no se disculpa por sus ciclos. Cuando algo ya no sirve al conjunto, debe regresar a la tierra para alimentar lo que viene después.
Observamos cómo líderes, una vez en lo alto del dosel,
comienzan a caer: jefes de policía, políticos, senadores, congresistas… renuncian, enfrentan escrutinio o son
juzgados por decisiones que estuvieron enterradas durante mucho tiempo bajo el
mantillo del tiempo.
Y no son solo los pasillos del gobierno los que tiemblan. La
atención se centra ahora en el mundo de la riqueza y la fama, donde
celebridades, directores ejecutivos y quienes una vez moldearon la cultura
desde detrás de sus cortinas de terciopelo también están dimitiendo, siendo
llamados a declarar o destituidos discretamente de sus tronos. Sus salidas
resuenan en las salas de juntas y los estudios por igual, como si el gran árbol
de la sociedad se desprendiera de sus ramas más altas, incapaz ya de soportar
el peso del exceso y la ilusión.
Para algunos, es exposición. Para otros, quizás, redención:
la oportunidad de alejarse antes de que el viento arrecie. Sea como sea, la
limpieza está en marcha.
Una luz se proyecta en la oscuridad creciente de la
temporada, iluminando la podredumbre que ha persistido demasiado tiempo entre
las raíces. Sin embargo, en esa misma luz, pequeños brotes verdes ya se agitan
bajo las hojas caídas. Este es el ritmo de la renovación, en el mundo de abajo
y en los cielos de arriba.
Un nuevo objeto en los cielos
Sobre nosotros, un nuevo visitante celestial se desplaza por
el firmamento. Algunos lo llaman 3I Atlas, un misterioso viajero
que refleja la luz solar, pero no revela mucho más. Con todos nuestros
telescopios avanzados y ojos en órbita, ¿por qué se mantiene oculta su imagen?
Quizás sea coincidencia, que a partir de septiembre de 2025,
la NASA se haya envuelto aún más en el manto de la seguridad nacional.
Inteligencia, contrainteligencia, investigaciones: palabras que ahora definen
lo que una vez fue la ventana pública de la humanidad hacia las estrellas.
Por orden ejecutiva, la NASA ha desplazado su atención hacia
la defensa nacional, eliminando a sus empleados de la representación sindical y
sometiendo los descubrimientos a un control más estricto. ¿Qué nuevas verdades
podrían considerarse ahora "demasiado sensibles" para la mirada
colectiva? ¿Y qué no se nos podría mostrar, no solo sobre el cosmos, sino sobre
nosotros mismos?
Más allá del silencio, historias y visiones recorren la
conciencia humana. Los videntes remotos han descrito a 3I Atlas como
"arrastrado", guiado, no a la deriva en el espacio. Algunos lo ven
como una nave vacía, pero con vida, una nave imbuida de consciencia, aquí para
ayudar al despertar de la humanidad a través de frecuencias más elevadas. Otros
advierten que podría ser un elemento de una gran ilusión, la pieza central de
una invasión de "bandera falsa" pronosticada desde hace tiempo.
Pero a medida que transcurren las semanas, cada vez más
almas sienten su presencia, no como una amenaza, sino como un heraldo. Una
señal de renovación. Un mensajero consciente que se mueve en armonía con el
cambio que se avecina, animándonos a superar el miedo y abrir nuestros
corazones a la transformación.
Porque al final, lo que más importa no es qué es el objeto, sino lo que creemos que es.
¿Estamos alimentando la frecuencia del miedo o nutriendo la
vibración de la oportunidad, la misma energía que alimenta esos nuevos brotes
tras la caída?
La temporada de muda
El cambio, al parecer, desciende desde todas las
direcciones: política, planetaria, personal. Nuestro clima, nuestras guerras,
nuestra forma de pensar, todo tiembla al borde de la transformación.
La pregunta sigue siendo: ¿estamos preparados para la caída de lo viejo y el auge de lo nuevo?
Porque la caída no es un fracaso. Es un cambio inevitable, una rendición. Es el
desapego y la limpieza sagrados lo que posibilita el renacimiento y el nuevo
crecimiento.
Reflexión de cierre
El cambio rara vez pide permiso. Llega como el otoño:
inesperado, impresionante y necesario.
Cada hoja que cae es un susurro del universo que nos recuerda: nada muere
realmente, solo se transforma.
Los árboles no lloran sus hojas. Confían en la renovación
que les sigue.
Así que, mientras los viejos sistemas se derrumban y los
velos se levantan, recordemos que el otoño no es el final. Es la limpieza que da paso a la primavera.
Y aquí hay un recordatorio de Bette Midler...
Sólo recuerda que en el invierno,
muy por debajo de las amargas nieves,
yace la semilla que con el amor del sol,
en la primavera se convierte en la rosa.
Reverenda Kat Carroll
https://prepareforchange.net/2025/10/09/the-times-they-are-achanging/
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