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13.12.25

No queremos derechos o privilegios sólo vivir en armonía con dignidad y libertad

© ¿DÓNDE NOS ENCONTRAMOS?         

En el ámbito occidental ya hace tiempo que las cosas han cambiado: La pérdida de valores morales y la desorientación general son evidentes.

¿A qué se debe esta situación? La influencia de la tecnología tiene mucho que ver así como la mezcla de gente con culturas diversas.

Hay muchos interesados ​​en promover este desaguisado para hacer perder los puntos de referencia tradicionales en cada entorno geográfico.

En nuestros pueblos han ido apareciendo cada vez más negocios regidos por foráneos que abarcan especialidades diversas: restauración, electrónica, cosmética, alimentación, barberías, bazares...

Una invasión silenciosa que se ha añadido a la inculturación americana de hace ya un tiempo a través del cine, la moda, la música, la comida-basura, las tradiciones populares, el idioma...

Todo ello ha supuesto ir diluyendo la cultura y las costumbres locales con el agravante de tener que admitir de gusto o a la fuerza la presencia de hábitos que chocan e incluso ofenden.

Se quiere hacer pasar por multiculturalismo lo que no es más que una mezcla chapucera y en ningún caso solicitada que supone una agresión para la población autóctona.

Si todavía los recién llegados se adaptaran a nuestras costumbres o, al menos, no entraran en conflicto, se podría considerar la adopción de una actitud de acogida más o menos aceptable.

Malmeter el bienestar propio por unos intereses espurios y descarados es algo que debería movernos a sublevarnos antes de que acabemos completamente difuminados.

La política global de ir desvirtuando la esencia del ser humano por todos los medios: tergiversación de valores sociales, tecnología embrutecedora, desplazamientos forzados de poblaciones (cuando no genocidios) todo ello con plena impunidad, hace que nos encontremos allá donde estamos.

No hace falta perder el tiempo diciendo aquello de “no hay un palmo de limpio” sino lo que toca imperiosamente es coger el “toro por los cuernos” y tratar de poner orden en ese desbarajuste malévolamente provocado.

Lo grave de todo es que sólo nos tenemos a nosotros mismos para enfrentar este reto porque ni políticos ni autoridad de ningún tipo están a nuestro servicio, al contrario, son los causantes de lo que nos pasa además de que se aprovechan en beneficio propio.

Desde siempre el pueblo ha sido conducido, controlado, manipulado... por los dirigentes de turno. Actualmente, esto todavía es más hiriente pues nos quieren vender que todo lo que hacen es para nuestro bien.

Además nos engañan descaradamente con una sonrisa en la cara como si fuéramos estúpidos y no nos diéramos cuenta de que “nos venden la moto”. (Quizás sí que somos estúpidos, sino no se atreverían)

Estamos en un tiempo en el que no se puede creer en nada ni en nadie, lo que es muy penoso en lo que se refiere a la idiosincrasia humana que se va desprendiendo de sus valores innatos y trascendentes.

Ésta es la realidad, tanto si nos gusta como si no. La pregunta es, ¿qué podemos hacer los que no queremos darnos por vencidos?

De entrada expresar nuestra rabia y descontento por una situación que no aceptamos y que nos mueve a hacerle frente con todas las herramientas que tengamos más a mano.

No pedimos nada porque todo nos pertenece desde el momento de nacer. No queremos derechos o privilegios sólo vivir en armonía, respetando la dignidad y la libertad implícita en nuestra vida.

Queremos ser actores de nuestra vida no los sufridores de los caprichos ajenos.

O así me lo parece.

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Joan Martí - elcamidelavida@gmail.com - 15 diciembre 2025

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