¡QUE VIENEN LOS VIRUS!
Un titular reciente de TrendCompass
decía: ¿Se avecinan nuevos y mejorados
confinamientos? En ese
artículo, me refería a algunas noticias extrañas que parecían apuntar a la
posible imposición de nuevos confinamientos en un futuro próximo.
En primer lugar, estaba la extraña investigación sobre la Covid-19 realizada por la baronesa Heather Hallett. A la baronesa no le preocupaba la responsabilidad de uno de los mayores desastres de la historia de la humanidad ni quién estaba detrás de él. Su principal preocupación era cómo hacerlo bien la próxima vez.
Luego estaba la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Brujen, que mencionó de pasada, durante su discurso sobre el estado de la Unión en septiembre, que «estamos al borde, si no es que al comienzo, de otra crisis sanitaria mundial». Luego tuvimos las advertencias del BCE de que el sistema financiero se está volviendo inestable. Seis días después de mi informe, el 27 de noviembre, Reuters, el siempre veraz servicio de noticias, anunció que «el virus de la gripe aviar podría suponer un riesgo de pandemia peor que la Covid-19 si muta...».Según Reuters, la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad sobre este asunto es que el enemigo invisible y malvado «podría afectar a personas sanas, incluidos los niños, a diferencia de la Covid-19». Además, algunos expertos afirman que la gente carece de anticuerpos contra la gripe aviar y las infecciones respiratorias. ¿Cómo lo saben? Deben de haber examinado los depósitos de anticuerpos de la gente y haberlos encontrado vacíos. Afortunadamente, «existen medidas preventivas, como vacunas candidatas y reservas de antivirales». Menos mal, ¡qué suerte tenemos!
Exagerando el factor miedo
Sin embargo, por el momento no debemos preocuparnos demasiado: estamos a salvo mientras el malvado virus no mute y adquiera la capacidad de propagarse a los seres humanos. Pero, ¿quién puede saber qué harán estos virus? Quizás algún día Reuters tenga que anunciar la terrible noticia de que, por desgracia, el virus ha mutado y la humanidad sin anticuerpos se encuentra ahora en grave peligro, ¡incluidos los niños! ¡Quizás tengamos que volver a confinarnos, levantar las barreras de plexiglás impenetrables, mantener la distancia social y ponernos las mascarillas!
Si la historia de la gripe aviar se agrava, es posible que los cárteles bancarios y las autoridades sanitarias públicas tengan la intención de repetir la pandemia de Covid-19. Recordemos que los confinamientos de 2020 se produjeron solo después de unos cuatro meses de historias alarmistas acompañadas de imágenes de personas cayendo muertas en las calles de Wuhan, trabajadores sanitarios con trajes de protección haciendo tareas sin importancia y médicos frenéticos administrando PCR a maniquíes sin vida. Los hospitales abarrotados obligaron a su personal a matar el tiempo practicando coreografías de baile y publicando espantosos vídeos en YouTube.
¿Está justificado el miedo a los virus?
Sin embargo, debemos reconocer que nuestro miedo es quizás el mayor factor de riesgo. Teniendo en cuenta los últimos cientos de miles de años de historia, el miedo a los virus puede ser irracional e injustificado. La mayoría de nosotros conocemos estos horrores por los libros de historia, las películas de Hollywood y las noticias, pero no conozco a nadie que los conozca por experiencia propia.
Quizá sea imprudente por mi parte dar consejos relativos a la salud, ya que no soy un profesional médico. Por otro lado, difícilmente podría hacerlo peor que los propios profesionales médicos: a diferencia de ellos, no soy la tercera causa de muerte en Estados Unidos, así que me permitiré decir lo siguiente: el miedo a las pandemias y a los virus mortales probablemente sea injustificado. En ausencia de crisis exógenas repentinas, como grandes guerras, malas cosechas o desastres naturales a gran escala, las epidemias graves podrían ser, de hecho, extremadamente raras y poco probables.
Tienes inmunidad natural
Esto puede deberse a que cada uno de nosotros está dotado de un sistema inmunológico que probablemente sea mucho más robusto y potente que las vacunas experimentales producidas con fines lucrativos por las grandes empresas farmacéuticas. En su libro Los orígenes del orden: autoorganización y selección en la evolución, Stuart Kauffman profundizó con cierto detalle en la naturaleza de nuestros sistemas inmunológicos.
En los capítulos 3 y 4 del libro, caracterizó el sistema inmunológico como una red adaptativa, enormemente combinatoria y autocatalítica que resuelve el problema de proteger a un organismo contra un universo esencialmente ilimitado de posibles patógenos con un repertorio amplio pero finito de anticuerpos y linfocitos. Con aproximadamente 10⁸ de anticuerpos presentes en nuestros sistemas, estos pueden cubrir prácticamente cualquier antígeno posible debido a la explosión combinatoria de posibles patrones de unión.
A diferencia de la visión darwiniana clásica, que imaginaba que los anticuerpos eran «instruidos» por los antígenos, Kauffman señala descubrimientos científicos más recientes, desde los años 70 y 80, que demostraron que nuestro sistema inmunológico genera su enorme diversidad por adelantado, mediante la recombinación de segmentos genéticos y la hipermutación somática:
«El sistema inmunitario nos protege calculando por
adelantado y de forma aleatoria aproximadamente cien millones de moléculas de
anticuerpos diferentes, cada una de las cuales es capaz de unirse a un pequeño
grupo de moléculas de forma similar. Dado que el espacio posible de formas es
tan vasto y de tantas dimensiones, este
modesto número de anticuerpos aleatorios cubre colectivamente prácticamente
todos los antígenos posibles. A continuación, el sistema se ajusta
mediante la eliminación y la energía para que no reaccione contra sí mismo. En
resumen, el sistema inmunitario alcanza la completitud no imitando el mundo de
uno en uno, sino por un ingenioso truco combinatorio más la selección contra la
autorreactividad».
Las implicaciones de estos hallazgos son extremadamente
importantes: en primer lugar, sugieren que nuestro sistema inmunitario puede montar una defensa contra cualquier patógeno,
lo que sugiere además que cualquier afirmación de que «las personas carecen de
anticuerpos» para tal o cual patógeno es una mentira interesada de algún grupo
de interés. Estos grupos podrían ser los que te animen (o te obliguen) a
inyectarte las defensas que te faltan. He aquí por qué no deberías hacerlo:
Los patógenos y el holocausto de los nativos
Pero hay otra implicación importante en la idea de que nuestro sistema
inmunológico, siempre que esté sano e intacto, puede hacer frente a cualquier
patógeno. Concretamente, los estudiosos occidentales han avanzado teorías para
justificar la desaparición total de las poblaciones nativas en prácticamente
todas las partes del mundo colonizadas por las potencias imperiales
occidentales.
No desaparecieron porque sus colonizadores intentaran matarlos o esclavizarlos.
Desaparecieron porque los colonizadores occidentales trajeron sin querer
patógenos contra los que las poblaciones nativas no tenían inmunidad. ¡Los
colonizadores no tenían malas intenciones, de verdad! Fueron los patógenos, ya
ves. Sorprendentemente, de alguna manera, las poblaciones nativas nunca fueron
portadoras de ningún patógeno que pudiera acabar con sus colonizadores. Así que
el holocausto solo funcionó en una dirección, ¡por suerte para los colonizadores!
El hecho de que los frágiles nativos sobrevivieran durante decenas de miles de
años hasta la llegada del hombre occidental fue probablemente solo una cuestión
de pura suerte.
Hablar de pandemia es admitir el fracaso
En fin... volviendo a los confinamientos: me parece que el creciente debate sobre los virus de la gripe aviar y sus
mutaciones debería considerarse como una admisión de que el sistema financiero
podría estar en serios apuros y que el cártel bancario podría aprovechar el
pánico inducido por el virus para orquestar otro rescate colosal. El
resultado final de esa intervención será una aceleración de la inflación, que
podría alcanzar proporciones hiperinflacionarias. Probablemente, Gran Bretaña,
la UE y Japón sean los que corren mayor riesgo.
Sin embargo, aún está por ver si serán capaces de imponer otro confinamiento.
En 2020, la mayoría de la gente no estaba preparada para desconfiar de las
autoridades. No podían imaginar que sus responsables de salud pública,
políticos y medios de comunicación participarían en un desastre tan colosal y,
aún hoy, muchas preguntas sobre esa experiencia siguen sin respuesta.
Por su parte, la «muy honorable» baronesa Heather Hallett DBE dejó la mayoría
de ellas sin respuesta. Su principal preocupación era por qué la experiencia de
2020 fue un desastre y cómo confinarnos bien y correctamente la próxima vez.
Por ejemplo, si ese malvado virus de la gripe aviar muta.
https://es.sott.net/article/102849-Vienen-los-virus-vienen-los-virus

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