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16.3.15

Todos quieren ser de oro: "Oscar de Oro"del cine , "Balón de Oro" del fútbol , "Globo de Oro" de la televisión...

¿POR QUÉ SE FUERON LOS DIOSES?

Un "Brillante Amanecer"

El oro es metal blando y de color amarillo, cuyo símbolo químico es Au, del latín aurum, que significa "brillante amanecer". Todas las culturas y civilizaciones lo han considerado valioso, incluso lo han adorado. Durante años la economía mundial moderna ha estado supeditada a él por seguir el patrón oro, mientras que su posesión ha estado restringida en algunos países durante años.

El oro ha satisfecho muchas ambiciones y ha sacado lo peor de las personas. Desde el "Vellocino de Oro" y el "Becerro de Oro" a la invasión española del Nuevo Mundo, pasando por todas las "fiebres del oro", muchos han muerto por su culpa. El oro es un metal más asesino que el mismo plomo de las balas, ¿por qué?

El Oro de los dioses

Es evidente que debe de haber una razón para que el oro haya sido la causa de tanta de tanta lucha en el planeta, y seguro que no es el tópico de su escasez, puesto que después de miles de años de extracción intensiva las reservas del planeta siguen siendo abundantes. El oro no es un metal escaso, todo lo contrario, no sólo en la tierra sino también en el mar, aunque ahí los costes de extracción son demasiado elevados por lo que son más rentables las minas bajo el suelo, con mano de obra muy barata. La causa hay que buscarla más allá del ser humano, hay que buscarla en los dioses...

Cuando los incas recibieron la "visita" de los conquistadores españoles, los asociaron con Viracocha (Quetzalcóatl para los aztecas o Toth, hijo de Enki) y les consideraron semidioses. Los castellanos estaban sorprendidos y encegados por la enorme cantidad de oro que atesoraban y les preguntaron la razón de tal acopio. Los incas contestaron:  "Todo el oro es de los dioses".

Mucho antes, las tablillas encontradas del  Enuma Enlish, libro sagrado sumerio,   donde se describe con todo detalle la creación del  hombre, que luego sería reescrito en el Génesis bíblico:  "Todo el oro  del planeta pertenece a los dioses".


Sin contar con los dioses, la extrema importancia del oro en la historia antigua carece de lógica puesto que no es útil ni en la construcción ni en la la caza. Los egipcios, que aún no conocían el hierro ni el bronce, desarrollaron una exquisita artesanía con él. La máscara de oro de Tutankamón recibe a miles de admiradores cada año, o al menos así era cuando El Cairo aún recibía turismo. El mal momento que pasan y seguirán pasando algunos poderosos, queda reflejado en que la barba del faraón se rompió en operaciones de mantenimiento y ha sido reparado con vulgar pegamento.

No se puede separar la historia del hombre de la del oro. Pero en este artículo vamos a demostrar que la obsesión de nuestra especie por el metal no nos pertenece, es la obsesión de los antiguos dioses por el Sol y por el oro, otra de las herencias malditas que nos han legado.

El binomio Gold-God, oro-dioses, se ha mantenido vivo a lo largo de la historia, confortablemente escondido entre las religiones. Por una de esas sincronicidades que pueblan la Historia, “Oro” coincide con la primera persona del presente del verbo “orar”, que significa "comunicarse con la divinidad" y que proviene del latín "orare" (hablar en voz alta). Pero lo curioso es que de esta misma raíz surge el verbo "Adorar".

Estas tres palabras juntas, Oro-Orar-Adorar, tienen mucho más sentido del que nos podemos imaginar, como iremos viendo a lo largo del artículo.

Para cualquier observador externo, nuestro culto al oro sería una anomalía, pero está tan profundamente integrado en nuestro ADN que lo aceptamos de una forma pasmosamente normal. Si en un documental de una tribu perdida del Amazonas, viéramos una adoración a un mineral de estas magnitudes exclamaríamos llenos de compasión y superioridad "pobres, qué primitivos, qué atrasados". Pero no estoy diciendo, ni mucho menos, que el culto al oro sea un sintoma de retraso cultural, se trata más bien de un tema de herencia cultural.

La ancestral sociedad entre oro y divinidad ha convertido al metal en el símbolo de las élites, de los privilegiados. Sea en lo social. en lo deportivo o en lo cultural, los mejores siempre visten de dorado en su intento de imitar a los dioses.

El oro señala a los "superiores" de entre el resto de humanos y los sitúa un nivel por encima, es decir un paso más cerca de la divinidad en cumplimiento del eterno deseo de los guardeses de la finca de convertirse en amos.

El oro es el símbolo de los tocados por el "Efecto Privilege". La ambición por pertenecer al grupo de privilegiados es una constante en todo los niveles de la sociedad, lástima que donde hay un privilegiado al lado siempre hay un discriminado.

Todos quieren ser de oro... "Oscar de Oro" al mejor del cine, "Balón de Oro" al mejor del fútbol y "Globo de Oro" al mejor de la televisión

El mejor ejemplo de la asociación entre "humanos privilegiados" y dioses la tenemos en el propio Oscar de Hollywood. Su nombre y su figura son una réplica exacta de un dios egipcio, Sokar, dios de la oscuridad y de los muertos, sincretizado después como Osiris y como Ptah, el dios "creador" soberano del panteón, cuyos otros nombres eran “Señor de la Magia”, “Señor de la Oscuridad” o "Maestro constructor", también considerado el inventor de la albañilería y patrón de los arquitectos (en referencia a la Masonería). Sokar acabaría convirtiéndose en el dios romano Vulcano, a su vez, sincretismo de Moloch.

Sin movernos de Egipto, encontramos el signo con el que se representaba al dios Ra, el "dios creador", dios del Sol y del origen de la vida. Era un punto negro dentro de un circulo (¿sol negro?) y es la primera prueba de la indisoluble unión entre el Sol, el oro y la divinidad, ya que este signo es actualmente el símbolo del Sol en la astrologia y fue durante siglos el símbolo del oro (hasta 1808). Antes de esta fecha, al oro se le representaba directamente con un sol.

Pero este simbolo es mucho más que la representación del oro o del Sol, es el código que inicia la serie de los códigos 666 que como ya explicamos en Códigos 666 fueron representados por primera vez en el antiguo Egipto.



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