PSICOSIS MASIVA
Cómo crear una epidemia de enfermedad mental
HISTORIA EN
BREVE:
- La psicosis masiva se define
como una epidemia de locura que se produce cuando una gran parte de la
sociedad pierde el contacto con la realidad y cae en ilusiones
- Cuando una sociedad cae en la locura,
los resultados son devastadores. Las personas que componen la sociedad
afectada se vuelven moral y espiritualmente inferiores, irrazonables,
irresponsables, emocionales, erráticas y poco confiables. Lo peor de todo
es que una multitud psicótica se involucrará en atrocidades que cualquier
persona solitaria dentro del grupo nunca consideraría
- Los pasos psicógenos que causan la
locura incluyen una fase de pánico, donde la persona está
asustada y confundida por eventos que no puede explicar, y una fase
de percepción psicótica, donde la persona explica su experiencia anormal
del mundo, al inventar una forma ilógica pero mágica de relacionarse para
ver la realidad que alivia el pánico y que da sentido a la experiencia
- El menticidio es un término
que significa “matar la mente”. Es una forma de controlar a las masas, al
matar de forma sistemática el espíritu humano y el pensamiento libre. Es
un sistema por el que la élite gobernante imprime su propia cosmovisión
delirante en la sociedad. Una sociedad está preparada para el menticidio a
través de la siembra intencional del miedo y el aislamiento social
La psicosis masiva se define como “una
epidemia de locura” que se produce cuando una “gran parte de la sociedad pierde
el contacto con la realidad y cae en ilusiones”.
Un ejemplo clásico de la psicosis masiva es la cacería de
brujas que ocurrió en América y Europa durante los siglos XVI y XVII, cuando
decenas de miles de personas, en su mayoría mujeres, fueron torturadas,
ahogadas y quemadas vivas en la hoguera. El auge del totalitarismo en el siglo
XX es un ejemplo más reciente de la psicosis masiva.
El peor enemigo del hombre
“Las masas nunca
han tenido sed de la verdad. Se apartan de la evidencia que no es de su gusto,
y prefieren deificar el error, si el error los seduce. Quien pueda
proporcionarles ilusiones es su amo; quien intente destruir sus ilusiones es
siempre su víctima”.
Esa es una cita atribuida a Gustave Le Bon, un
psicólogo social francés reconocido por su estudio de las multitudes. Su libro
titulado: “The Crowd: A Study of the Popular Mind”, profundiza en
las características de las multitudes humanas y en cómo las personas tienden a
renunciar a la deliberación consciente en favor de la acción inconsciente de
las multitudes cuando se reúnen en grupos. De manera similar, el
psicólogo Carl Jung dijo una vez lo siguiente:
“No es el hambre, ni los terremotos, ni los microbios, ni
el cáncer, sino el hombre mismo el mayor peligro para el hombre, por la
sencilla razón de que no existe una protección adecuada contra las epidemias
psíquicas, que son infinitamente más devastadoras que las peores catástrofes
naturales”.
Cuando una sociedad cae en la locura, los resultados son
devastadores. Jung, que estudió las psicosis masivas, escribió
que las personas que componen la sociedad afectada “se vuelven moral y
espiritualmente inferiores”. Se vuelven “irrazonables, irresponsables,
emocionales, erráticas y poco fiables”.
Lo peor de todo es que una multitud psicótica se involucrará
en atrocidades que cualquier persona solitaria dentro del grupo nunca
consideraría. Sin embargo, a pesar de todo, las personas afectadas siguen sin
ser conscientes de su condición y no pueden reconocer el error a su manera.
¿Qué causa la psicosis masiva?
Para comprender cómo toda una sociedad puede volverse loca,
primero debe comprender qué ocasiona la locura en cualquier persona. Excluyendo
al abuso de drogas o de alcohol, o una lesión cerebral, la psicosis se causa
generalmente por factores psicógenos, es decir, influencias que se originan en
la mente.
Uno de los factores psicógenos más comunes que pueden
provocar la psicosis es una avalancha de emociones negativas, como
el miedo o la ansiedad, que lleva a la persona a un estado de pánico. Cuando
está en pánico, la tendencia natural es buscar alivio. Una persona
psicológicamente resiliente podría adaptarse al enfrentar su miedo y
derrotarlo.
Otro mecanismo de defensa es una ruptura psicótica.
Esto no es el descenso al caos, sino más bien un reordenamiento del mundo experiencial
de una manera que combina la realidad y ficción, realidad e ilusiones, de tal
manera que se restablece la sensación de control y el pánico termina.
Los pasos psicógenos que causan la locura se pueden
resumir de la siguiente manera:
- Fase
de pánico: aquí la persona comienza a percibir el mundo que lo rodea
de una manera diferente y se asusta por ello. Existe una amenaza
percibida, ya sea real, fabricada o imaginada. La confusión crece a medida
que no pueden encontrar una manera de explicar de forma racional los
extraños sucesos que tienen lugar a su alrededor.
- Fase
de percepción psicótica: aquí la persona logra explicar su experiencia
anormal del mundo al inventar una forma ilógica pero mágica de ver la
realidad. Se utiliza el término “insight” (intuición), porque el
pensamiento mágico permite que la persona escape del pánico y encuentra el
significado de nuevo. Sin embargo, la percepción es psicótica porque se
basa en engaños.
Así como una persona psicológicamente débil y vulnerable
puede volverse loca, también grandes grupos de personas débiles y vulnerables
pueden caer en la locura y el pensamiento mágico.
El totalitarismo es una sociedad construida en engaños
En el siglo XX, hemos visto un aumento del totalitarismo, definido de la
siguiente manera por el profesor y académico de estudios religiosos Arthur
Versluis:
“El fenómeno moderno del poder estatal centralizado junto
con la aniquilación de los derechos humanos: en el estado totalizado, están los
que están en el poder, las masas objetivadas y las víctimas”.
En una sociedad totalitaria, existen dos clases: los
gobernantes y los gobernados, y ambos grupos sufren una transformación
patológica. Los gobernantes se elevan a un estado divino en el que no pueden
hacer nada malo, una visión que los lleva muy fácil a la corrupción y al
comportamiento poco ético, mientras que los gobernados se transforman en
personas dependientes, lo que causa la regresión psicológica.
Joost Meerloo, autor del libro titulado: “Rape
of the Mind”, compara las reacciones de los ciudadanos que
viven en estados totalitarios con las de las personas con esquizofrenia. Tanto
los gobernantes como los gobernados están enfermos. Ambos viven en una niebla
delirante, ya que toda la sociedad y sus reglas se sustentan en el pensamiento
delirante.
Solo las personas engañadas regresan a un estado infantil de
sumisión total, mientras que solo una clase dominante engañada creerá que posee
el conocimiento y la sabiduría para controlar la sociedad de arriba hacia
abajo. Y solo una persona engañada creerá que una élite hambrienta de poder,
que gobierne una sociedad con regresión mental, resultará en cualquier cosa
menos sufrimiento masivo y ruina financiera.
La psicosis de
masas, que es el totalitarismo, comienza dentro de la clase
dominante, ya que las personas dentro de esta clase se enamoran muy fácil de
los engaños que aumentan su poder. Y ningún engaño es mayor que el engaño de
que pueden y deben controlar y dominar a todos los demás.
Ya sea que la
mentalidad totalitaria adopte la forma de comunismo, fascismo o tecnocracia,
una élite gobernante que ha sucumbido a sus propios delirios de grandeza se
dispone a adoctrinar a las masas en su propia cosmovisión retorcida.
Todo lo que se
necesita para lograr esa reorganización de la sociedad es la manipulación de
los sentimientos colectivos.
Matar a la mente
El menticidio es un término que significa
“matar la mente” y es una forma antigua de controlar a las masas, al matar de
forma sistemática el espíritu humano y el pensamiento libre. Es un sistema por el que la élite gobernante
imprime su propia cosmovisión delirante en la sociedad.
Una sociedad está preparada para el menticidio a
través de la siembra intencional del miedo. Una forma efectiva de inducir miedo
y pánico que resulta en psicosis es causar oleadas de terror, y no importa si
el “terror” es real o ficticio. La técnica de ondas de terror se puede
representar de forma gráfica como un patrón de ondas en aumento en el que cada
ronda de miedo es seguida por una ronda de calma.
Después de un breve período de calma, el nivel de amenaza se eleva de nuevo, mientras que cada ronda de alarmismo es más intensa que la anterior.
La propaganda (noticias falsas y engañosas) se
utiliza para destruir las mentes de las masas y, con el tiempo, se vuelve cada
vez más fácil controlar a todos a medida que la confusión y la ansiedad dan
paso al pensamiento mágico y a la percepción psicótica presentados como
soluciones a través de los medios de comunicación.
Los informes contradictorios, recomendaciones sin sentido y
las mentiras flagrantes se envían de forma intencional, ya que aumenta la
confusión. Cuanto más confundida está una población, mayor es el estado de
ansiedad, lo que reduce la capacidad de la sociedad para hacer frente a la
crisis. A medida que se disuelve la capacidad de afrontar la enfermedad,
mayores son las posibilidades de que se desarrolle una psicosis masiva.
La confusión aumenta la susceptibilidad de un descenso a los
engaños del totalitarismo, o como lo indica Meerloo en su
libro:
“La lógica se puede enfrentar con la lógica, mientras que
lo ilógico no. Confunde a quienes piensan con claridad. La gran mentira y las
tonterías repetidas de forma monótona tienen más atractivo emocional que la
lógica y la razón. Mientras las personas siguen buscando un contraargumento
razonable a la primera mentira, los totalitarios pueden agredirlos con otra”.
El comienzo de la tecnocracia
Lo que distingue al totalitarismo moderno de los estados
totalitarios anteriores es la tecnología. Los medios para incitar al miedo y
manipular el pensamiento de las personas nunca han sido más eficientes ni
efectivos. La televisión, el internet, los teléfonos inteligentes y las redes
sociales son fuentes de información en estos días, por lo que ahora es más
fácil controlar el flujo de esa información.
Los algoritmos filtran de forma automática las voces de la
razón y el pensamiento racional, y los sustituyen por narrativas de miedo. Las
tecnologías modernas también tienen cualidades adictivas, por lo que muchas
personas se exponen de forma voluntaria al lavado de cerebro.
Al comentar sobre la dependencia del hombre en la
tecnología, Meerloo señala:
“Sin descanso, sin meditación, sin reflexión, sin
conversación. Los sentidos están cargados en exceso de estímulos. El hombre ya
no aprende a cuestionar su mundo. La pantalla le ofrece respuestas ya hechas”.
El aislamiento es una herramienta que provoca psicosis
masiva
Aparte de la avalancha de miedo y propaganda falsa, la
herramienta definitiva para inducir la psicosis es el aislamiento. Cuando
se le priva de interacciones y de discusiones sociales regulares, se vuelve más
susceptible a los engaños por varias razones:
1. Pierde contacto con las fuerzas correctivas
de ejemplos positivos, modelos de conducta y pensamiento racional. No todo el
mundo es engañado con los intentos de lavado de cerebro de la élite gobernante,
por lo tanto estas personas pueden ayudar a liberar a otros de los engaños.
Cuando está aislado, el poder de estas personas disminuye.
2. Al igual que los animales, el comportamiento
humano es más fácil de manipular cuando la persona se mantiene aislada. Como se
descubrió en la investigación con animales, los reflejos condicionados se
desarrollan más fácil en un laboratorio tranquilo y aislado con un mínimo de
estímulos para restar valor al adoctrinamiento.
Cuando quiera domesticar un animal salvaje, debe aislarlo y
repetir de forma paciente un estímulo particular hasta obtener la respuesta
deseada. Los seres humanos pueden estar condicionados de la misma manera. Una
sociedad aislada desciende a la locura a medida que el pensamiento racional es
aniquilado y reemplazado por el pensamiento mágico, ya que está sola,
confundida y golpeada por oleadas de terror.
Una vez que una sociedad está en las garras de la psicosis
de masas, los totalitarios son libres de dar el último paso decisivo y pueden
ofrecer una salida o retorno al orden. El precio es su libertad.
Debe ceder el control de todos los aspectos de su vida a los gobernantes,
porque a menos que se les otorgue el control total, no podrán crear el orden
que todos anhelan.
Este orden, sin embargo, es patológico y desprovisto de toda
humanidad. Elimina la espontaneidad que trae alegría y creatividad a la vida,
al exigir una conformidad estricta y una obediencia ciega.
Y a pesar de la promesa de seguridad, una sociedad
totalitaria es muy temerosa. Se construyó sobre la base del miedo y también se
mantiene gracias a él. Entonces, renunciar a su libertad por seguridad y por un
sentido de orden, solo conducirá a más del mismo miedo y ansiedad que permitió
a los totalitarios tomar el control en primer lugar.
¿Cómo se puede revertir la psicosis masiva?
¿Se puede prevenir el totalitarismo? ¿Y se pueden revertir
los efectos de la psicosis masiva? Sí, pero, así como el enfoque menticida es múltiple, también debe serlo la solución. Para
ayudar a devolver la cordura a un mundo loco, primero debe centrarse y vivir de
tal manera que proporcione inspiración para que otros lo sigan. Como
señaló Jung:
“No en balde nuestra época clama por la personalidad
redentora, por aquel que pueda emanciparse de las garras de la psicosis
colectiva y salvar al menos su propia alma, quien encienda un faro de esperanza
para los demás y anuncie que aquí hay al menos un hombre que ha logrado
liberarse de la identidad fatal con la psique grupal”.
A continuación, es necesario compartir y difundir la
verdad y la contraposición a la propaganda, lo más ampliamente posible.
Dado que la verdad es más poderosa que la mentira, el éxito de la propaganda se
basa en la censura de la verdad. Otra táctica es usar el humor y la
burla para deslegitimar a la élite gobernante.
Una estrategia propuesta por Vaclav Havel, un
disidente político que se convirtió en presidente de Checoslovaquia, es
llamada “estructuras paralelas”.
Una estructura
paralela es cualquier tipo de negocio, organización, tecnología, movimiento
o actividad creativa que encaja dentro de una sociedad totalitaria mientras
está moralmente fuera de ella.
Una vez que se crean suficientes estructuras paralelas, nace
una cultura paralela que funciona como un santuario de cordura dentro
del mundo totalitario.
Havel explica esta estrategia en su libro
titulado: “The Power of the Powerless”.
Por último, pero no menos importante, para evitar el
descenso a la locura totalitaria, la mayor cantidad posible de personas
debe emprender acciones sensatas y racionales. La élite totalitaria no se
sienta a juguetear con los pulgares para aumentar su poder y control. No. Toman
medidas activas para aumentar su posición. Para defenderse de ellos, se debe
ser igual de activos y decididos en su contraataque hacia la libertad.
Todo esto puede ser muy desafiante, ya que las personas que
lo rodean sucumben a la psicosis colectiva. Pero como dijo una vez Thomas
Paine:
“La tiranía, como el infierno, no se vence tan fácil,
pero tenemos este consuelo con nosotros, que cuanto más duro es el conflicto,
más glorioso es el triunfo”.
Por Dr. Joseph
Mercola
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