© LA PESADA LOSA DE TENER QUE DECIDIR
UNA ENCRUCIJADA
INSOSLAYABLE: DECIDIR U OBEDECER.
Éste es el gran dilema en la vida del que no nos podemos
desentender, por eso se nos hace tan difícil nuestro camino.
Cada paso que damos depende de una decisión (consciente o
inconsciente). Proceso al que estamos sometidos por ser seres racionales. Se
supone que los irracionales con el instinto van servidos.
Nos llenamos mucho la boca con el tema de la “libertad” cuando de lo que se trata es de asumir nuestra responsabilidad que no es más que la posibilidad (y la obligación) de decidir.
El personal que manda sabe muy bien que nos cuesta, nos da
pereza, tener que estar continuamente pensando en lo que debemos hacer, cómo
hacerlo, cuando debemos hacerlo... Si será acertado o no.
De ahí que nos puedan manejar tan fácilmente ofreciéndonos
“soluciones” para todos los problemas y al hacérnoslas nuestras lo que
realmente hacemos es someternos a su voluntad.
No nos gusta pensar, bastante tenemos con ir tomando
decisiones cotidianas desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir:
Qué comeremos, qué nos pondremos, qué haremos, adónde iremos...
¡Qué pesado es vivir! Cada paso debe ir precedido de una
decisión, de una elección entre cosas, actitudes, tareas, sentimientos... con
la correspondiente secuela además de si lo hemos hecho bien.
La comodidad de que nos digan lo que debemos hacer y cómo
debemos hacerlo es una tentación que ya se ha vuelto una costumbre. ¡Al final
nos quejamos de que no somos libres!
Sí, vivir es muy cansado y además tiene un precio. Los
tratos nunca son de suma cero. Primero debes dar si quieres tomar para así
mantener el equilibrio general.
Los problemas aparecen cuando en las interacciones uno gana
y otro pierde. La vida entonces se desequilibra y aparecen el odio, la envidia,
la rabia, la violencia...
La cuestión es acostumbrarse a estos sencillos mecanismos
que bien practicados se van haciendo unos hábitos automáticos.
Todo el mundo es libre de seguir un sistema u otro pero será
él mismo el único responsable de las consecuencias que resulten.
Evidentemente si se valora más la comodidad de obedecer -por
no tener que esforzarse en pensar- entonces no caben reclamaciones de falta de
libertad.
Decidir es como una gimnasia mental que al igual que la
física precisa de voluntad y entrenamiento, pero siempre produce los mejores
resultados.
O así me lo parece.
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Joan Martí – elcamidelavida@gmail.com – 9 octubre 2023
OTROS ESCRITOS DEL MISMO AUTOR
https://masacriticaconsciente.blogspot.com/p/escritos-propios.html
Ser Capitan o dejar que te guíen otros "capitanes" esa es la cuestión. Que es más cómodo que te guíen y tomen las decisiones por ti, bueno cómodo, cómodo es relativo, yo tengo claro que aquel al que cedes tu soberanía, tu capitania y puente de mando no suele llevarte a buen puerto. La toma de decisiones, escribir la carta de navegación y ruta a seguir es una tarea personal que concede LIBERTAD, pero esa libertad debe comportar RESPONSABILIDAD, al igual que esa libertad no es hacer lo que te venga en gana pasando de libertad a libertinaje, y no es que reste libertad ser JUSTO y HONESTO, sencillamente es una cuestión moral y ética, el SER AUTENTICAMENTE LIBRE, NAVEGA y DEJA NAVEGAR
ResponderEliminarhttps://entrepasadoy.blogspot.com/2023/05/siempre-amanece.html?m=1
ResponderEliminarAlguna vez has pensado cómo vivirías si no existiera "algo" que contara (cuento y leyenda) cómo es la vida aquí en tu" barrio " y en otros ?
Abrazo,
Flora.