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30.3.24

Ningún bálsamo que se le ponga impide tener que reconocer la malignidad del asunto

© EL FENÓMENO DE LA VIDA            

DESPIADADAMENTE ABSURDO

Hoy quiero permitirme una visión crítica de la vida en general a partir de lo que la realidad nos muestra de formas diversas.

La vida es un enigma en el que todos nos encontramos metidos pero del que, a pesar de sus contradicciones, nadie quiere desarraigarse. Existir o no existir, he aquí el imponderable dilema.

No entendemos donde estamos, ni porqué estamos aquí, pero no tenemos escapatoria: Debemos espabilarnos e ir tratando de comprenderlo, dejando de lado todo lo que no nos sirve o desestabiliza.

Porque, al final, vivir es un ejercicio de funambulismo en el que debemos pasar la maroma sin caer al vacío, ¡vaya broma! como si tener que ir siempre haciendo equilibrios fuese muy estimulante.

Todo ello una especie de yincana llena de trampas -tanto físicas como morales- que hace pensar en la maléfica historia de los Los juegos del hambre donde no puedes distraerte ni una pizca porque, o matas o te matan.

Sobrevivir, que no es precisamente vivir, es el juego que la vida plantea en términos de vida o muerte en todos sus grados y situaciones. Una verdadera e inextricable jungla de lucha sin reposo "depredador-presa".

Hemos aterrizado en la existencia con fecha de caducidad y un sinfín de riesgos de “desaparecer” de mil formas aleatorias que ensombrecen el tránsito hacia un final en paz, que sería lo mínimo que habría que exigir dada la extinción segura de la vida.

Lo de que "vivir es sufrir" parece una condición muy mezquina y bastante perversa. Ir a ciegas y además, con el final programado es, para decirlo llano, una “gran putada”.

Ningún bálsamo que quiera ponerse, desde las religiones o desde otras propuestas metafísicas, impide tener que reconocer la malignidad del asunto.

Quizás por eso, de siempre han sido una atracción -un entretenimiento- todo tipo de violencias desde las luchas de gladiadores hasta los boxeadores, desde la caza de animales hasta el toreo, desde las películas de guerra hasta las maldades humanas incontables.

¿Cómo pedir o esperar bondad cuando todo está montado sobre un esquema tan cruel como el de qué para que unos vivan, otros deben morir (cadena alimentaria o cadena de poder)?

Sinceramente, desde la visión humana limitada, todo resulta bastante desalentador por no decir nada más grueso.

Sin embargo, parece que el acceso a la vida se hace voluntariamente, con conocimiento de causa, a pesar de que todo se olvida al acceder y... aquí empieza la aventura.

Acabo de forma más posibilista, aceptando que la vida es un juego, con sus riesgos y un final pero que mientras dura proporciona experiencias de diversa calidad desde la premisa de la sensibilidad material… lo que no quita todo lo dicho antes!

O así me lo parece

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Joan Martí - elcamidelavida@gmail.com - 30 marzo 2024

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