Dos artículos del cronista estadounidense John Kaminski (johnkaminski.org).
Ambos textos (Flu Is Not Contagious y We Are Being
Electrocuted) son una revisión y comentario del libro de 2017 The
Invisible Rainbow del científico, investigador y activista estadounidense
Arthur Firstenberg (1950).
LA GRIPE NO ES CONTAGIOSA
La economía mundial destruída por una patraña.
El distanciamiento social y la cuarentena son fraudulentos.
El distanciamiento social y la cuarentena son fraudulentos.
LAS VACUNAS NO PUEDEN CURAR UNA ENFERMEDAD ELÉCTRICA
Una revisión de "The Invisible
Rainbow. A History of
Electricity and Life", de Arthur
Firstenberg, 2017.
Ésta es la mejor novela policíaca alguna vez escrita. La gripe no es
contagiosa. Esta cuarentena es todo un horrible fraude, deliberadamente
impuesto sobre el mundo para inaugurar el gobierno mundial totalitario. La
gripe no es contagiosa. Ninguna gripe ha sido nunca contagiosa.
Arthur Firstenberg ha
cambiado el futuro y merece un Premio Nobel por la publicación de su
libro The Invisible Rainbow, que demuestra, entre otras cosas,
que...
La gripe es
una enfermedad de origen eléctrico. El desencadenante, escribe Firstenberg,
está relacionado con variaciones estacionales en la radiación solar, como
muchos han sugerido durante los pasados dos siglos.
Hace mucho que los informes
han mostrado que las epidemias de gripe tienden a ocurrir durante los años de
máxima actividad solar, y que los casos pueden elevarse y caer con el número de
manchas solares.
Los pensadores famosos que
han vinculado la gripe con las manchas solares van desde Noah Webster a Fred
Hoyle. En 1836 Heinrich Schweich observó que era una creencia común el que la
acumulación de electricidad dentro del cuerpo humano causaba la gripe. Su
opinión nunca ha sido refutada, reporta Firstenberg.
El período entre 1645 y
1715 es conocido como el Mínimo
Maunder, donde ninguna mancha solar ni aurora fueron vistas. Tampoco hubo
ninguna pandemia mundial. No fue sino hasta 1727 que las manchas solares se
contaron en más de 100 por primera vez en más de un siglo. En 1728 la influenza
llegó en oleadas sobre la superficie de la Tierra y duró, según algunos
relatos, hasta 1738. Aproximadamente 2 millones de personas murieron, escribió
Firstenberg.
La pandemia de 1889-1894
barrió el planeta entero. Firstenberg teoriza que eso acompañó a la primera
electrificación del planeta con luces eléctricas encendiéndose por todas partes.
Una larga lista de citas de los pasados dos siglos todas declaran la conexión
entre brotes mundiales de gripe y el ciclo solar.
Firstenberg apunta a los
comienzos de falsos diagnósticos de una enfermedad una vez llamada neurastenia,
o sensibilidad eléctrica, por parte de Sigmund Freud, quien la clasificó
como una "neurosis de ansiedad" en 1894, terminando la investigación
acerca de las causas eléctricas de la gripe hasta este mismo día.
"Por causa de
él", escribe Firstenberg, "estamos poniendo hoy a
millones de personas a tomar Xanax, Prozac y Zoloft en
vez de limpiar el medioambiente".
Así, toda esta estúpida
charla actual acerca de "distanciamiento social", cuarentenas y
cierres comerciales son imposturas deliberadas de parte de médicos charlatanes
que han devastado a la población con vacunas venenosas para la enfermedad
causada por la sensibilidad eléctrica. Una exhaustiva investigación seguida de detenciones
y demandas judiciales por negligencia son totalmente apropiadas para los
criminales que procuran destruir los gobiernos del mundo con información
deliberadamente falsa. Las vacunas para la gripe han sido impuestas al público
durante muchas décadas, y la investigación de Firstenberg muestra que siempre
han sido totalmente inadecuadas, por no decir criminales.
"The Invisible
Rainbow" fue primero publicado en 2017 y desde entonces ha sido
publicado de nuevo en una edición más económica.
Haré una revisión más
completa dentro de poco, pero tienen que ser aplicados los frenos sobre este
secuestro legislativo y médico de la república estadounidense y de todos los
gobiernos del mundo llevado a cabo por políticos criminales, médicos y
millonarios que planean matar a millones de confiadas víctimas con sus vacunas
venenosas que son totalmente inadecuadas para la enfermedad de sensibilidad
eléctrica que ellos han convertido en una fuente estable de ingresos para los
inescrupulosos fabricantes de vacunas.
Firstenberg también
escribió que varios prominentes virólogos han admitido a través de los años que
la vacunación no ha hecho nada para detener las epidemias y que la enfermedad
todavía se comporta como lo hacía hace mil años.
"El embarazoso secreto
entre los virólogos consiste en que desde 1933 hasta el día presente no
ha habido ningún estudio experimental que demuestre que la gripe o el
virus o la enfermedad es transmitida alguna vez de persona a persona por medio
del contacto normal" (cap. 7).
En Septiembre de 1918
decenas de millones de personas murieron a causa de la así llamada Gripe
Española, pero nunca hubo ninguna evidencia de que fuera causada por contagio.
Había hemorragias nasales y de otro tipo. La sangre no coagulaba y había mucha
pérdida de cabello por el uso mundial sin precedentes de ondas de radio.
Se hicieron numerosas
tentativas para hacerla contagiosa pero todas ellas fallaron.
▪ En 1889 comenzó la radiación
armónica de línea de energía. Power line harmonic radiation (PLHR)
se refiere al fenómeno de que las ondas electromagnéticas, que son típicamente
producidas por redes de energía eléctrica en la superficie de la Tierra,
penetran en la ionósfera y la magnetósfera en frecuencias armónicas elevadas,
lo que tiene un alto impacto sobre el medioambiente.
▪ En 1918 comenzó
la era de la radio.
▪ En 1957 comenzó
la era del radar.
▪ En 1968 comenzó
la era de los satélites.
Éstos fueron los tiempos
significativos cuando se hicieron grandes cambios en el campo eléctrico de la
Tierra. Cada uno fue acompañado por una significativa pandemia de gripe. Y cada
vez el público fue engañado por fraudulentos intentos de vacunas que aquellos
que las administraron sabían que no funcionarían.
Luego vino la era
inalámbrica y HAARP, el High Altitude Auroral Research Project, que
será examinado cuando este informe continúe en la segunda parte.
Mientras tanto, las medidas
impuestas a los pueblos del mundo en base a falsa información de inescrupulosos
médicos y políticos deben ser inmediatamente revertidas. La vida debe volver a
la normalidad y aquellos responsables de este fiasco de abuso totalitario deben
ser castigados con el máximo rigor de la ley.
El distanciamiento social,
el poner en cuarentena y el cierre de negocios son absolutamente innecesarios
porque ninguna gripe es contagiosa. La tramposa comunidad médica le ha jugado
una broma a un público ignorante a fin de convertir el estilo de vida
estadounidense, amante de la libertad, en un diabólico campo de concentración
comunista, aparentemente con la idea de reducir la población con vacunas
venenosas totalmente innecesarias.
Difunda estas noticias
ampliamente. El tiempo es breve. Y las fuerzas del mal están desplegadas contra
toda la Humanidad, con el poder de los corruptos medios de comunicación y
políticos comprados, todos dispuestos a acabar con la libertad con esta cínica
andanada de evidentes mentiras que ha interrumpido al mundo entero y que ha
dejado a su población aterrorizada. Para este sucio engaño no hay perdón.
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ESTAMOS SIENDO ELECTROCUTADOS
por John Kaminski
31 Marzo 2020
LA HUMANIDAD BAJO AMENAZA MIENTRAS LA MAFIA MÉDICA NIEGA
LA PRUEBA OBVIA QUE VINCULA A LA ELECTRICIDAD CON LA ENFERMEDAD
Una revisión de "The Invisible
Rainbow. A History of
Electricity and Life", de Arthur Firstenberg. Segunda parte.
"Vivimos en un
mundo donde la información no hace aumentar el conocimiento, ni abre ojos. Las
barreras culturales son demasiado grandes. La sociedad ha estado rechazando
admitir la verdad durante demasiado tiempo. Y no obstante es imposible seguir
el camino actual por más tiempo. Se están tomando decisiones para intensificar
la lluvia global de microondas, antes de 2020, desde una llovizna estable a un
chaparrón" (Arthur Firstenberg, The Invisible Rainbow,
cap. 17).
La gente está comenzando a
comprender que nuestro mundo no tiene ningún futuro que podamos reconocer.
Atrapados en nuestras casas por orden de nuestros gobiernos, somos incapaces de
comunicarnos con otros y alcanzar un consenso de que esta histeria del
Coronavirus es realmente un recurso para paralizarnos de pensar críticamente a
medida que somos formados como sumisos robots por una despótica mafia médica e
impedidos de actuar al unísono para salvarnos del arma más diabólica alguna vez
inventada.
El libro de Arthur
Firstenberg tiene la clave para el verdadero problema que esta cuarentena
gubernamental nos impide entender. Lo que la creciente electrificación del
mundo ha hecho es solamente causar un aumento de enfermedades a lo largo del
siglo XX, y ahora se espera que el gigantesco salto hacia el 5G mate a muchos
millones de personas que sufren ya de diabetes, enfermedades cardíacas, cáncer
y un grupo de otras dolencias causadas por lo que fue llamado una vez
"enfermedad de onda de radio" (radio wave disease, o radiation
sickness).
"El problema es que
todos estamos siendo electrocutados a un grado mayor o menor, y porque la
sociedad ha estado negándose a admitir la realidad sobre esto durante más de
200 años, hemos inventado términos que esconden la verdad en vez de hablar en
lenguaje sencillo y admitir lo que está sucediendo", escribe
Firstenberg, que ha investigado este asunto toda su vida porque él es
electro-sensitivo, y representa a un gran número de la población que sufre de
la misma desconcertante aflicción.
"Tal como la lluvia
sobre una fogata, los campos electromagnéticos empapan las llamas del
metabolismo. (...) Cada persona en el planeta es afectada por la lluvia
invisible que penetra en el tejido de nuestras células. Cada uno tiene un
metabolismo más lento, está menos vivo, que si aquellos campos no estuvieran
allí" (Firstenberg, cap. 10).
Mientras la primera parte
de esta revisión se concentró en la conclusión de que la gripe no es contagiosa
sino que más bien es causada por los efectos de la electricidad sobre el cuerpo
humano (revelando que la actual cuarentena mundial que está paralizando a la
sociedad humana y el pánico que ha engendrado son un fraude que tiene una
segunda intención), el resto de esta revisión será igualmente inquietante.
El autor concluye que el
impacto de las ondas de radio que surgen de la panoplia de dispositivos
tecnológicos de los cuales el mundo moderno ha llegado a depender, es la causa
principal de las crecientes epidemias de diabetes, enfermedades cardíacas y
cáncer, así como de una generalizada devastación medioambiental.
Lo que es peor es la
terrible evaluación del autor en cuanto al futuro humano. "Usted
no puede contaminar el circuito eléctrico global con millones de señales
eléctricas pulsadas y moduladas sin destruir toda vida".
¿Tiene Usted un Dolor de Cabeza?
«Incluso para aquellos
que realmente no tienen dolores de cabeza», escribe Firstenberg, «sus
teléfonos celulares afectan su sueño y su memoria. El cantante folk Pete
Seeger me escribió hace 20 años. "A la edad de 81 años", dijo él,
"es normal para mí comenzar a perder mi memoria. Pero cada uno al que digo
esto, dice: "Bien, yo parezco estar perdiendo mi memoria también"».
Con teléfonos celulares y
torres telefónicas que ahora dominan los paisajes de la mayor parte del mundo y
afectan a las poblaciones con una desconcertante serie de frecuencias de
modulación, Firstenberg escribe: "Al igual que la proverbial rana
hervida, estamos todos sumergidos en un bote gigantesco de radiación, cuya
intensidad está aumentando, y cuyo efecto, aunque inadvertido, es sin embargo
cierto".
Una condición conocida como
"corazón irritable" fue primero observada durante la Guerra Civil
estadounidense, que fue también la primera guerra en la cual fue usado el
telégrafo eléctrico. Decenas de miles de soldados que durmieron y lucharon bajo
cables de telégrafo quedaron dañados permanentemente por dolores de pecho y
falta de respiración.
La enfermedad realmente no
fue vista otra vez sino hasta la Primera Guerra Mundial, cuando a los hombres
del ejército británico se le proporcionaron equipos de radio móviles, y
nuevamente los soldados experimentaron falta de aliento y palpitaciones de
corazón. Eso a menudo es visto en el mundo moderno como ataques de pánico.
Luego en la Segunda Guerra
Mundial la debilidad retornó de nuevo, cuando el radar se unió a la radio como
armas importantes en el conflicto, y los soldados otra vez se enfermaron. Esa
vez fue llamado por su nombre original: neurastenia.
Aunque muchos de los
soldados que aparecieron con eso fueran acusados de ser enfermos fingidos,
aquellos hombres no eran casos psiquiátricos, escribe Firstenberg, sino que
fueron advertencias para el mundo.
Hacia 1986 los Centros
para el Control de Enfermedades (CDC) llamaban a esa enfermedad
Síndrome de Fatiga Crónica, una tendencia que no duró mucho tiempo. Pero no
pasó mucho tiempo antes de que fuera comprendido que mientras más
electrificación, más enfermedad cardíaca aparecía.
El aumento de ataques
cardíacos entre atletas estadounidenses en 1996 coincidió con el año en que los
teléfonos celulares digitales salieron por primera vez a la venta. Dentro de
poco a partir de entonces el Congreso aprobó una ley que prohibía la regulación
de torres de celulares sobre la base de preocupaciones de salud. Fue firmada
como ley por el Presidente Clinton.
Pero hasta hoy la comunidad
médica continúa ignorando la electrificación como la causa principal de la
enfermedad cardíaca, a pesar de que esa desconcertante dolencia que Freud había
llamado "desorden de ansiedad" fue muy a menudo diagnosticada a
partir de síntomas cardíacos.
Los electricistas y otros
trabajadores eléctricos siempre han estado plagados por leucemia, linfomas y
tumores cerebrales. El famoso inventor de lo inalámbrico, Marconi, sufrió diez
ataques cardíacos antes de su muerte prematura.
El cáncer, la diabetes y la
enfermedad cardíaca han estado todos relacionados con la electrificación
residencial, y sin embargo su causa ha permanecido INEXPLICADA durante 70 años.
Enfermedades Electrificadas
Thomas Edison y Alexander
Graham Bell ambos tenían diabetes. Eso solía ser raro. La dieta sola no es
responsable de esa pandemia. Cuando la nación de Bután fue electrificada, la
diabetes llegó con ello. Los indios de Norteamérica que están en reservaciones
tienen las tasas más altas de diabetes en el mundo. Cuando la electrificación
llegó a las reservaciones, la diabetes llegó con ella.
Ellos se hicieron
diabéticos debido a la reducida capacidad de sus células para metabolizar
grasas. Los teléfonos celulares interfieren con el metabolismo de la glucosa.
Sumando todos los números, más de la mitad de todos los estadounidenses tiene
elevados niveles de azúcar en su sangre. En ningún país en el mundo la
diabetes, o la obesidad, está disminuyendo.
La relación de la
electricidad con la enfermedad cardíaca también contiene un enigma. La
electricidad industrial en cualquiera de sus formas siempre perjudica. Si el
daño no es demasiado severo, también prolonga la vida. Las ondas de radio aumentan
la duración de la vida aunque pueden disminuir la calidad de aquella vida. La
medicina todavía no pretende entender el proceso del envejecimiento, y sin
embargo la edad máxima al momento de la muerte ha estado elevándose
constantemente.
En el capítulo "Cancer
and the Starvation of Life" Firstenberg hace la conexión que la
hemoglobina en la sangre hace posible la respiración, pero los tumores tienen
la capacidad de crecer sin oxígeno.
Firstenberg concluye que el
cáncer siempre acompaña a la electricidad. Muchos casos de cáncer pulmonar
pueden ser atribuidos a ondas de radio en cuanto a los fumadores. La mayor
parte de lunares y melanomas ocurren en áreas no expuestas. Y se da la misma
curva ascendente en un gráfico para el cáncer en cuanto a la enfermedad
cardíaca y la diabetes.
"Una guerra
mediática ha puesto a los científicos independientes que reportan una
triplicación o quintuplicación de las tasas de cáncer cerebral entre aquellos
que han usado sus teléfonos celulares durante diez años o más, contra los
científicos de la industria que no reportan ningún aumento de cáncer en
absoluto", dice el autor (cap. 13).
A principios de los años
2000 la Administración de Veteranos (de Guerra) inexplicablemente dejó de
reportar muertes por cáncer. Un oncólogo en Suecia, después de un largo
estudio, insistió en que la utilización tanto de teléfonos celulares como de
teléfonos inalámbricos aumenta el riesgo de alguien de contraer cáncer
cerebral.
"Estamos todos,
hasta un grado que ha estado intensificándose durante 160 años, en un estado
moderado de animación suspendida. Vivimos más, pero estamos menos vivos, que
nuestros antepasados", escribe Firstenberg (cap. 14).
Un Fantasma Indeseado
Algunas personas, en
particular los electro-sensitivos, pueden oír la electricidad (yo mismo podría
ser uno; Firstenberg definitivamente es uno de aquellos que pueden oír el
perturbador ruido que la electricidad puede hacer). El fallecido gurú del Poder
de la Pirámide Patrick Flanagan demostró eso cuando inventó el
Neurófono, que permite que los sordos oigan.
Pero para la ciencia
predominante, la química es el rey y la electricidad es omitida de la mayor
parte de los cálculos y evaluaciones. Entonces para la mujer que podía oír en
la Aurora Boreal el sonido de la seda susurrando, no hay ninguna parte donde
acudir por ayuda.
Todas las corrientes de
alta frecuencia que recorren la Tierra, y los campos electromagnéticos de alta
frecuencia que vibran a través del aire, enferman a millones de personas. La
sociedad ha estado, y está, rechazando aceptar la verdad sobre eso, escribe
Firstenberg.
En Michigan, funcionarios
intentaron ignorar el problema hasta que sus vacas se enfermaron, lo que dañó a
su economía. El zumbido escuchado en Oklahoma está relacionado con el radar
aerotransportado que recorre el mundo en busca de enemigos potenciales.
Firstenberg nota que la
tendencia mundial hacia las ampolletas de energía eficiente es un gran error
porque contienen vapor de mercurio, el cual emite radiación ultravioleta cuando
es activado por el alto voltaje. Los vertederos de basura por todo el mundo
están siendo contaminados por el mercurio de esas ampolletas rotas.
Los interruptores
reguladores del voltaje (dimmers), los cables eléctricos, y los
medidores "inteligentes" de electricidad todos contribuyen al coro
demoníaco del ruido electrónico que ensordece a los oídos electro-sensitivos.
La epidemia mundial de
tinnitus incluye a gente que oye sonidos en total silencio. La única
explicación consiste en que ellos pueden oír el eco del ruido de microondas que
emana de computadores y toda clase de dispositivos electrónicos.
Animales bajo Ataque
Los gorriones están
desapareciendo por todo el mundo. Se puede culpar a las microondas de teléfonos
celulares y radios de policía. Las aves perciben la radiación por medio de sus
plumas. Los polluelos sin plumas no fueron afectados por microondas sino hasta
que sus plumas comenzaron a crecer.
"Anexar un
dispositivo radio-rastreador a un animal salvaje es como dar al animal un
teléfono celular para que lo lleve consigo", escribe Firstenberg, como
una advertencia a los naturalistas de alta tecnología.
La capacidad de navegar de
los pájaros migratorios ha sido seriamente afectada. El desorden de colapso de
la colonia en las abejas está totalmente relacionado con microondas.
Firstenberg culpa al HAARP,
la serie gigantesca de antenas en Alaska que dispara electricidad hacia la
ionósfera, como "un acto irresponsable de vandalismo global" que
ha destruido un número significativo de abejas en todo el mundo.
En 2002 una zona de 2
millones de millas cuadradas de la selva tropical del Amazonas fue
electrificada por un sistema de radares y sensores construido por Raytheon tan
penetrantes que los funcionarios brasileños insisten en que ellos pueden oír el
chasquido de una pequeña rama en cualquier parte en aquel importante bosque.
La gente en Colorado ahora
se lamenta por la pérdida de la mayor parte de sus álamos color de otoño que un
observador llamó "un suicidio en cámara lenta".
¿Cuánta gente, pregunta
Firstenberg, se requerirá para decir: "Tu teléfono celular me está
matando"?
A medida que se disparan
las tasas de mortalidad en toda clase de enfermedades, una doctora médica
con «un constante flujo de pacientes con un "síndrome viral",
típicamente con un dolor de cabeza insoportable, dolor de oído, glándula
aumentada dentro del cuello, congestiones nasales de las que no podían
deshacerse, dolor facial, dolor de garganta, y a veces deshidratación profunda»,
relata que la mayoría de sus pacientes no estaba respondiendo a la medicación.
Ningún Modo de Escapar
"Los invisibles
tentáculos de la civilización, en la forma de torres para teléfonos celulares,
instalaciones de radar y antenas parabólicas de dos direcciones, han hecho
ubicua la radiación, imposible de evadir, no importa a qué distancia usted vaya
y cuánta tierra usted compre. E incluso si usted encuentra uno de los últimos
santuarios escondidos, aquél puede ser destruido en un instante, invisiblemente
y sin advertencia. No hay ninguna protección. Muy por el contrario: han sido
aprobadas leyes que impiden que los ciudadanos se protejan a sí mismos, o que
funcionarios electos hagan algo en cuanto a la radiación. Nadie está
inmune" (Firstenberg, cap. 17).
Las mujeres de 20 y 30 años
que guardan sus teléfonos celulares en sus sostenes adquieren un tipo
distintivo de cáncer de mama directamente debajo de donde ellas guardan sus
teléfonos.
Las tasas de reemplazo de
cadera total han aumentado enormemente desde que los teléfonos celulares
comenzaron a vivir en los bolsillos traseros de sus pantalones.
Un estudio estadounidense
llevado a cabo entre 2003 y 2013 encontró que los hombres jóvenes tenían
menores cantidades de esperma que sus padres por primera vez en la historia
humana.
En 2019, el informe de
la Blue Cross Blue Shield Association [federación
estadounidense de compañías de seguros de salud] titulado "La
Salud de los Millennials" mostró que no sólo la salud
de esa generación da un giro agudo para peor a la edad de 27 años, sino que
también la prevalencia de muchas enfermedades médicas se había elevado
considerablemente en sólo tres años.
"La única
explicación razonable de la alarmante declinación en la salud de la
generación millenial es la irradiación durante toda su vida
de sus cerebros y cuerpos desde sus teléfonos celulares. (...) La radiación de
microondas es responsable del trágico estado de la salud de la generación millenial
comparada con la salud de cada generación que los precedió a ellos".
El libro de Firstenberg es
el nuevo Silent Spring, el manifiesto de 1962 de Rachel Carson
contra el uso del DDT que primero estimuló la oposición al envenenamiento
medioambiental.
El nivel seguro de
exposición a ondas de radio es cero.
"La especie humana
está ahora dispuesta a, y es capaz de, finalmente realizar la promesa original
del telégrafo, puesta en palabras hace un siglo y medio. Aquella promesa, sin
embargo, es el Caballo de Troya final, que contiene dentro de sí una amenaza no
sospechada: la aniquilación o el empobrecimiento severo de la vida misma" (Firstenberg,
cap. 17).
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