29.12.16

Vivamos bien ahora. Armemos un sistema sin hipotecas, sin gobierno

EL FINAL DE LOS TIEMPOS                               
Se han predicho muchas consecuencias alarmantes acerca del destino de la Tierra, al mismo tiempo que el sistema funciona como si todo estuviera bien. Lo más aterrador es darse cuenta de que, piensen lo que piensen, ninguno está haciendo nada al respecto.
Puede que algo caiga sobre la Tierra, o explote, o lo que sea, y simplemente muramos con el acontecimiento en forma colectiva y total.
Puede que, naturalmente, muramos individualmente sin ninguna relación con catástrofe alguna.
Puede que se trate de catástrofes menores o aisladas y solo una porción de la Tierra se vea afectada y sus habitantes borrados.
Puede que no suceda nada y continuemos con nuestro derrotero en cualquiera de los dos sentidos: seguir destruyéndolo todo irresponsablemente o cambiando a una forma de vida más conservacionista.

Mi planteo no surge del miedo a la muerte sino de la idea de vivir 30 años más o renacer luego de mi muerte, en un planeta desolado.
Muchos nos atrevemos a decir que no nos agarraran para otra ronda en este planeta, o que nos liberaremos y evitaremos que nos sigan manipulando.
Pero llevan medio millón de años haciéndolo… y esto sólo si me refiero al control Annunaki… Tengo la sospecha de que si el Universo fue creado por un incompetente, nos será mucho más difícil, si no imposible, recuperar nuestra libertad.
El quedarme de brazos cruzados no ha sido, nunca, para mi, una posibilidad viable.
Si realmente somos mónadas atrapadas en la materia, no hemos perdido nuestra capacidad de crear a partir de la intención… y, por lo menos hasta ahora, nos hemos probado que somos capaces de crear infiernos.
Que el planeta, ahora mismo, estalle o se incendie o se inunde en forma total y definitiva, no es decisión mía, ni está en mis manos evitarlo.
Pero puedo HACER ALGO si la vida continúa de alguna forma. Ya sea que me salve de las catástrofes venideras (incluyendo enfermedades y accidentes de tránsito), que muera en alguna de ellas y vuelva a nacer en esa Tierra agitada, que sea llevado a otro planeta, o alguna opción que no tengo ahora en cuenta; PUEDO SIEMPRE hacer algo por mejorar mi situación o nuestra situación existencial presente.
Aunque el vendaval me coja en medio de la construcción de mi sueño, no dejaré, por ello, de soñar.
Hacemos tanto esfuerzo, por años, para finalmente no tener nada… o comprar una casa y un coche… o lograr que la casa sea más grande y lujosa; para encontrarnos que con casa o sin ella, estamos en una prisión y que, cuando el vendaval llegue, no se fijará en el costo de la propiedad antes de arrasarla. Y si nunca llega, eso no evitará que invirtamos toda la vida en trabajar para pagar cuentas e hipotecas. Y aunque nunca llegue, el día de nuestra muerte deberemos devolver las escrituras…
Vivamos bien ahora. Armemos un sistema sin hipotecas, sin cuentas, sin gobierno y mudémonos a ese sistema.
Toda la civilización mundial está asentada en las costas. Pregunta donde construyen sus casas los muy ricos. En lo alto.
En general, cuando se habla de predicción de catástrofes, más allá de las fracturas de continentes, hablamos de terremotos y tsunamis y de fuertes vientos y marejadas. La franja más insegura del planeta es todo territorio que esté a menos de 500 metros sobre el nivel del mar.
Si hubiera más guerras, serán siempre sobre territorios poblados.
Una catástrofe que implique suspensión de suministros (alimentos, agua y medicinas) afectará principalmente a las ciudades.
Entonces… el lugar es la tierra ubicada a más de 500 metros sobre el nivel del mar, alejada de centros poblados, con disponibilidad de agua potable natural y alimentos (caza, pesca, recolección y siembra)
Muchos sitios así están despoblados actualmente. Incluso en algunos de ellos puedes reclamar la tierra sin comprarla. Pero, siempre, tendrás más posibilidades de éxito y acceso a mejores predios, si te asocias con un grupo con ideas similares, que buscan retirarse aunque sus motivos no sean apocalípticos.

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