EN ESTE PAÍS...
En este país, el gobierno es una casta de administradores
ilegítimos de un cadáver con tiempo prestado. Ya no administra un país, sino
una renta. Ya no gobierna, se aferra. Su único don es sembrar el vacío con
palabras vacías. Cada frase que pronuncia es una traición. Ya no tiene visión,
ya no tiene proyecto de civilización, ya no tiene conexión con el pueblo.
Gobierna solo para mantener la ilusión de control y, sobre todo, sus
privilegios. Su única prioridad es perdurar, cueste lo que cueste. Y en este
mundo donde este gobierno nos ha encarcelado, la corrupción no es una
desviación, es su matriz. Su ilegitimidad ya ni siquiera proviene del fraude,
pues es moral, espiritual, existencial. Este gobierno no está compuesto por hombres de Estado, sino por parásitos trajeados, injertados en la piel del
pueblo, chupándole la sangre en nombre de principios que pisotean a diario.