EL DEPREDADOR GLOBAL DEL QUE SOMOS PRESA
Cada día, las mismas maniobras geopolíticas, los mismos falsos pretextos de defensa y soberanía, enmascaran un proyecto mucho mayor y más siniestro de control totalitario donde los seres humanos no son más que una mercancía y la guerra un medio para afianzar el poder de las élites. El panorama que se despliega ante nuestros ojos no es nuevo ni inocente. Es el de una Europa en decadencia, de una humanidad pisoteada y de una casta gobernante que, lejos de defender al pueblo, trabaja para esclavizarlo.