NATURALEZA Y BIEN COMÚN: Salvaguardas de la libertad
Sin profundos cambios previos en percepciones moralmente neutras y hasta con apariencia de nobles no pudieron darse los inconcebibles genocidios chino, nazi y soviético del S. XX que en el momento necesitaron condescendencia o silencio social y obediencia de miles de ejecutores.
Con el fin de identificar los preparativos, experimentemos
mentalmente con un espíritu de inteligencia sobrehumana al que se le da la
misión de causar dictaduras y genocidios en la Tierra. Puesto que a la
naturaleza humana le repugna el mal en sí mismo, empieza por consensuar en las
élites intelectuales la idea que la libertad humana verdadera no reconoce
ningún orden restrictivo descrito o propuesto por pensador o autoridad
científica, moral o religiosa alguna.
En el ámbito filosófico lo logra con tres jugadas simples: