LAS COSAS BUENAS LLEGAN PARA QUIENES ESPERAN...
Actualmente vivimos al final de una era que podría liberar al mundo entero. No es un simple ciclo el que se cierra, sino una estructura entera que se derrumba, lenta y metódicamente, como un coloso hueco golpeado sobre su talón de arcilla. Los pilares de la modernidad occidental, que creíamos inquebrantables, se están resquebrajando en un silencio mediático ensordecedor.El trabajo se vacía de su sentido, la política se reduce a la contabilidad del miedo, la cultura se transforma en un circo decadente y subvencionado, la justicia se imparte en nombre de la ideología de un pequeño grupo de degenerados y no de la ley. La seguridad ha desaparecido de nuestras calles. Más de un tercio de la población del país es de origen inmigrante y, sin embargo, nos llaman racistas.