ESA ESQUIVA VERDAD
La Verdad es la que es y no la que nos gustaría. Para poder conocer la verdad
hay que aprender a desprenderse de lo ilusorio, de las fantasías propias y
ajenas, pero sobre todo del miedo que es quien limita la expansión de
consciencia y empaña el cristal del entendimiento.
Todo se aprende por observación y experiencia, pero la capacidad de observación
se encuentra a menudo teñida por nuestros deseos, por lo que me conviene o no
me conviene, por lo que me agrada o desagrada. Sin embargo, la verdad pura y
desnuda no atiende a deseos vanos, no está para satisfacer conveniencias, ni
existe para colmar agrados. La experiencia es el campo donde nos probamos, la
escuela donde aprendemos, el gimnasio donde nos entrenamos, la playa donde
construimos castillos de arena que luego son borrados por las olas del mar.