CRECER EN
CONSCIENCIA: La importancia del
primer paso
Cómo poner en
funcionamiento tu conocimiento
Algunos hombres y otros seres humanos se pierden cuando les indico que
han de poner en funcionamiento su conocimiento. “Posiblemente no me explique, o
no me entienden”, no saben cómo hacerlo, se pierden.
Hay muchos, muchísimos, que creen que con su buen hacer, con asistir a
la iglesia -“la que sea”-, con cantar, con rezar, con poner velita a algún
Cristo, alguna Virgen o a algún santo y después hacer lo que les venga en gana
“ya están asegurándose la salvación” -PARA NADA, ESO NO TE SIRVE A TI-. Claro
que si no tienes otra cosa y estás absolutamente “convencido”, no hace falta
que leas, sigue con lo tuyo, así de simple.
Cuando yo me encontraba en esa situación, cuando estaba “pillado,
bloqueado y en un callejón sin salida” quería, deseaba, anhelaba hacer más,
tenía la intención de ir a más, pues creía que ya lo había hecho todo lo que se
me ocurría para seguir en un camino de elevación espiritual que, por otro lado,
es lo que vas a hacer tú y todos, sin tiempo y sin espacio, tardes las vidas
que tardes.
Nótese que las palabras “quería, deseaba, anhelaba hacer más, tenía la
intención de ir a más”, son básicas para recibir nuevas informaciones tendentes
a revelarte otros “caminos de evolución”, cuando las interiorizas, y de forma
necesitada, las manifiestas ante ti y ante el Cosmos, “usándolas, poniéndolas
en funcionamiento”; recuerda que todo lo que dices y manifiestas con la
vehemencia necesaria y suficiente “se concreta”.
Cuando
uno quiere hacer algo, lo único que tiene que hacer es empezar y no importa de
qué manera ni cómo ni cuándo, sólo empezar, ponerse en movimiento con la
intención de llegar. ¿Dónde? Donde sea, pero Siempre a ti, a Ti Mismo, así de
forma lineal y evolutiva, vas dando un paso y otro, pasito a pasito, y con tus
consecuciones vas afirmando y confirmando que el Camino que has iniciado es el correcto,
el que tú necesitas; no importa que luego gires, cambies o afines el rumbo, no;
lo que importa es moverse, pues ya sabes que el agua estancada se pudre, “no
quieras ser agua estancada”